Busca en el Blog

domingo, octubre 31, 2010

Televisión. Es tiempo de la producción

Una de las propuestas de las nuevas leyes es, precisamente, que los canales de televisión incorporen un 50% de producción nacional. Este simple dato nos permite hacernos una pregunta: ¿quiénes producen los programas que vemos en cualquiera de los 16 canales que hay Santa Cruz? La respuesta nos lleva por un camino con muchas curiosidades. Para empezar, son los pilares que sustentan la televisión local: producción propia, producción independiente y coproducción.
Emplear una u otra fórmula depende de las políticas del medio, de las propuestas y, obviamente, de un presupuesto. Existen redes, como Unitel, que son 'dueñas' de todo lo que se muestra en su pantalla chica, mientras que en la otra cara de la moneda está el canal universitario, que tiene 27 propuestas televisivas independientes; es decir, un 70% de su programación es sustentada por productores que han comprado un espacio en el 11. También está el caso de Sudamericana que, según Rolando Mendoza, jefe de producción, un 60% le corresponde a ‘enlatados locales’ y el resto a programas propios, como revistas y noticiarios. “Nosotros no podemos compararnos con las redes. Este medio tiene muchas limitaciones para producir; entonces, los ‘independientes vienen a ser una ayuda. Claro que aquí, más que la plata, nos interesa que sean un aporte. Por eso tenemos varios programas religiosos y culturales”, afirma Walter Rocabado, jefe de producción del canal Universitario.
Para Charly Calucho, jefe de producción de la Red Uno, es importante definir conceptos. En una producción independiente simplemente se “lleva el programa en un CD y en el canal sólo se pone play. Dentro de ese espacio que se lo compra, el productor puede decir y hacer lo que quiera, se tenga o no publicidad”. A eso se suma la figura de la coproducción. En el caso de la Red Uno, por ejemplo, se tiene cuatro programas coproducidos, entre ellos No somos ángeles, mientras que en Bolivia TV solamente hay uno. En esta modalidad, canal y productor comparten los gastos. De forma resumida podríamos decir que uno pone lo logístico y el otro la idea. Todo depende, por supuesto, de la negociación. “Para cubrir los gastos se utilizan las coproducciones”, añade Bernal.
En base a la experiencia de los jefes de producciones, han aumentado los proyectos de productores independientes y cada vez son más los que tocan las puertas de los medios, aunque la fórmula es siempre la misma: programas de entretenimiento, entrevistas de farándula y concursos, lo que para los canales no deja de ser algo trillado. “Más de lo mismo”, dice Calucho.
Eso los obliga a abstenerse de incluirlos y a tener políticas claras de generar su propia grilla. Salvo El Escaparate, una coproducción de Simón I. Patiño y PAT, el canal 42 prefiere, por ejemplo, que el contenido y la buena producción dependan sólo de su staff. Ahora, si usted quiere aventurarse a una producción propia, considere las palabras de Mariam Nazrala, de Gigavisión: “Nuestros espacios están cubiertos. Es muy poco probable que le demos espacio a otros programas, tampoco tenemos necesidad, porque nuestro formato es totalmente distinto al del resto de los canales. Sólo tenemos dos productores independientes, que nos acompañan desde el comienzo”.
Y si va a Sittel podrá toparse con experiencias como la de Evelyn Arias, que lleva dos años como productora independiente. “Al comienzo cuesta, pero ahora ya tengo mi cámara, mi editor... No pensé en coproducción, porque a veces los canales no te dan buenos equipos o te fallan. Es mejor ser independiente”. Claro que esa independencia la lleva a Arias a presupuestar entre $us 1.500 y 3.000 por su programa, que sale cuatro veces al día, de lunes a domingo. Otro ejemplo lo dan los periodistas Leopoldo Vegas y Claudia Siles, que apostaron por la responsabilidad social en Alerta, el programa de reportajes que se transmite por Cadena A. Contrario a lo que se pueda pensar, su propuesta caló en las empresas. “Para contar con el respaldo es fundamental la credibilidad y la trayectoria de los productores y conductores del programa. Muchos de ellos nos conocen por más de 14 años que tenemos en el medio. Llevamos 35 programas y podemos decir que hemos conseguido el apoyo de las empresas, instituciones, y del público, de esa teleaudiencia que nos llama, nos escribe y nos impulsa a seguir adelante. Quizás cuente también el hecho de que proponemos una forma distinta de ver a Bolivia y su gente”, cuenta Vegas.
También valen las palabras del chileno Hans Cáceres. “Hacer una producción de la magnitud de la que hago yo, tiene un costo muy alto. Tengo casi 40 personas a mi cargo y los costos operativos muy elevados, pero cuando uno hace un producto y tiene fe en que va a funcionar, los números cuadran y, a la larga, la cosa funciona”, afirma Cáceres. Según el productor, el capital es lo principal para concretar cualquier idea. Sólo la escenografía de Baile de las estrellas costó $us 20.000; “de ahí para adelante hay que sumarle costos operativos, técnicos y personal. Cuanto inicias un proyecto, siempre pierdes al comienzo, luego empatas y después de un tiempo, ganas”, acota.
No cabe duda de que los medios tendrán que revisar su grilla de aprobarse la propuesta que obligará a emitir un mínimo de un 50% de producción nacional incluyendo informativos locales, entonces se verá por cuál de los tres pilares optarán.

opinión

En este
país todo
se copia
Max Tórrez G.
Analista
Hay que reconocer que, según el reglamento general de televisión, que se modificó incluso en la década de los 80, ya se exige a los canales de televisión un 40% de producción nacional. Pero siempre ha habido una confusión para entender qué es producción nacional. Nunca, hasta ahora, se hizo cumplir esta norma.
Los canales de televisión producen, pero la mayoría hace noticieros y programas de opinión. En este campo, hay un notorio esfuerzo. Han invertido en tecnología, en infraestructura, en transmisión satelital. Pero en las redes no existe una producción independiente, porque la gran mayoría de productoras actúan a la criolla y hasta son de mala calidad, mientras que hay otros medios que viven sólo de ellos.
Los medios de comunicación tienen que hacer un mea culpa: el problema de la falta de producción radica en la gran oferta de enlatados, que son baratísimos. Por $us 50 se puede comprar el reprís del Chavo del 8 y transmitirlo a escala nacional y va a tener más audiencia que un programa nacional, cuyo costo de una hora por día es de unos $us 500. Eso no quita que en algunas redes sientan obsesión por difundir material extranjero.
Tampoco tenemos una estructura de producción, salvo una que otra. Se va a dictar la ley y tal vez lo canales busquen productores, pero es como querer compartir un negocio, donde ellos han sido reyes. Ése es el gran problema de las coproducciones. Claro que en este momento no hay muchas empresas que puedan hacer novelas, generar un flujo de documentales, no hay ni siquiera una que realice reportajes… Tenemos demasiadas falencias.
Ahora, en este país si alguien hace una cosa nueva, luego comienzan los copiones a seguirla. Por ejemplo, no había farándula en el noticiero, ahora todos la tienen; no aparecían trajes de baño en las revistas, ahora todas los muestran; antes no había programas de opinión, ahora sí... Hay que aprovechar para organizarse por talentos y áreas especializadas.

Para considerar

Desde 800
Dólares
se pueden comprar espacios en la televisión, incluso hay medios que los hacen por menos.

Un coproductor
5.000
Dólares
Es lo que necesita un productor como capital para iniciar su trabajo en cualquier canal

Escenografía
6.000
Dólares
Pueden demandar la escenografía más sencilla. Las más costosas están arriba de los $us 18.000

No hay comentarios:

Publicar un comentario