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lunes, marzo 31, 2014

El uso de robots periodistas aumenta en Estados Unidos

Wall Street los usa para tomar decisiones multimillonarias en cuestión de nanosegundos; la NASA para identificar meteoritos, la medicina para buscar curas a grandes enfermedades y ahora el periodismo para informar mejor y más rápido.
Son los "robots periodistas”, o algoritmos, conjuntos de reglas definidas que permiten a una máquina hacer actividades como las búsquedas en el navegador de Google.
El padre de la criatura es el periodista y desarrollador Ken Schwencke, el creador de Quakebot, un algoritmo diseñado para extraer información del Servicio Geológico de EEUU (USGS) cuando hay un temblor e incluirla en una plantilla. Así que cuando el terremoto de California sacó a Schwencke de la cama a las 6:25 hace un par de semanas, la noticia ya estaba escrita y esperando en el sistema a que un editor pulsase el botón de enviar.
Los medios de comunicación han sido lentos en adoptar la tecnología, que gana tracción pero está todavía "en pañales” en ese terreno, según explicó en una entrevista con EFE Chase Davis, editor adjunto del equipo interactivo del diario The New York Times. "Algunos medios como ProPublica están haciendo cosas sofisticadas pero en general esto está empezando”, explicó Davis.
ProPublica, una organización sin ánimo de lucro de periodismo de investigación que encabeza el exdirector del diario The Wall Street Journal Paul Steiger, está en la vanguardia en el uso de algoritmos en Estados Unidos.
Entre los proyectos que más han dado que hablar está uno de "ingeniería inversa” que se usó para investigar el sistema de email directo utilizado por el presidente Barack Obama durante su campaña a la reelección y que envía unos correos electrónicos u otros en función de la edad, la raza o el nivel adquisitivo del destinatario.
La agencia Associated Press ha desarrollado también durante los últimos años Overview, una plataforma de código abierto financiada por la Fundación Knight, que permite navegar por grandes cantidades de documentos, como las filtraciones de WikiLeaks sobre la guerra en Irak o los cables diplomáticos estadounidenses.
La plataforma, alimentada por un algoritmo inteligente, permite organizar los documentos por temas y subtemas y visualizarlos, de forma que el periodista puede encontrar exactamente lo que buscaba, contar el número de documentos en cada área o etiquetar categorías enteras para su posterior análisis.
Davis resta importancia al temor a que la automatización destruya más puestos de trabajo en una industria en crisis y lo ve como un paso en la buena dirección, que permitirá hacer coberturas periodísticas más sofisticadas y mecanizar las tareas más rutinarias y aburridas. El periodismo se suma así a un campo muy avanzado ya en otras áreas. (Teresa Bouza)

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