Un lamentable incidente protagonizado por la primera autoridad municipal de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra contra la dignidad de una colega periodista ha derivado, lamentablemente, en amenazas verbales de funcionarios y operadores políticos cercanos al Alcalde contra el periódico El Deber que, bajo su principio de servicio a la comunidad, informó a sus lectores sobre los penosos incidentes éticos y morales que rodean a esa autoridad municipal.
La reprobación nacional a los desatinos del Alcalde, reflejada también en las páginas del matutino, desató una reacción de sus seguidores que ahora están empeñados en campañas de intimidación al medio colega.
Esa actitud inútil de intimidación se suma al chantaje que ejercen los funcionarios municipales encargados de la publicidad que excluyen de sus pautas publicitarias a El Deber, a manera de sanción por reflejar la opinión colectiva de censura a las frecuentes acciones de un Alcalde cuyo comportamiento raya en el descontrol y la ilegalidad.
La Asociación Nacional de la Prensa (ANP) se mantiene alerta frente a las agresiones del poder, vengan de los niveles locales, departamentales y nacionales, y no cesará en denunciarlos ante los lectores y en los foros internacionales.
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