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lunes, julio 28, 2014

Los medios de comunicación y el nuevo Código



Los medios de comunicación son vehículos de información, conocimiento y entretenimiento, pero también son instrumentos de propaganda y de publicidad. A la vez son formadores culturales porque determinan, en gran medida, nuestras ideas, hábitos y costumbres. Moldean gustos y tendencias en públicos de todas las edades e incluso influyen en la manera cómo la persona se relaciona consigo misma, con sus semejantes y con el mundo.

Brindan información y muchos datos para que las personas elaboren sus opiniones. Son, en muchos momentos, los intermediarios entre el poder político y la sociedad o viceversa.

Son un poder porque cuentan con la tecnología, los instrumentos y los mecanismos que les dan la posibilidad de imponerse; que condicionan o pueden condicionar la conducta de otros poderes, organizaciones, instituciones o individuos, independientemente de sus voluntades.

Los medios de comunicación construyen la agenda de los temas sobre los que se discute, todos los días, en la calle, en el trabajo o en la movilidad. Aportan a establecer la agenda política, social y económica. ¿Pero cuál es el verdadero rol de los medios de comunicación y de los periodistas y comunicadores con relación a un tema tan sensible como los derechos de la niñez y la adolescencia?

El 17 de julio, el Gobierno boliviano promulgó el Código Niña, Niño y Adolescente (Ley 548), una norma especial que protege los derechos de la infancia, niñez y adolescencia de nuestro país.

En el marco de esta nueva norma nacional y la Convención sobre los Derechos del Niño, que fue ratificada por Bolivia en 1990, los medios de comunicación, al ser parte de la sociedad civil boliviana, están comprometidos a promocionar, difundir y defender los derechos de la niñez y la adolescencia boliviana, así como vigilar su cumplimiento.

Las y los periodistas y comunicadores sociales bolivianos se constituyen en agentes efectivos de promoción y difusión de los derechos de la niñez y la adolescencia cuando se comprometen personal y profesionalmente con esta causa justa, generando información desde una óptica de denuncia y búsqueda de solución, y no solo desde la descripción factual de aquellos acontecimientos de vulneración de los derechos de niñas, niños y adolescentes que ocurren a diario.

Es fundamental sensibilizar y movilizar las conciencias para que la población asuma la responsabilidad de proteger a los niños, niñas y adolescentes y que el Estado boliviano cumpla con su rol de primer garante de los derechos humanos, a través de la implementación de políticas públicas efectivas, con asignaciones presupuestarias dignas, en el ámbito central, departamental y municipal, dirigidas al fortalecimiento del Sistema Nacional de Protección de las niñas, niños y adolescentes.

DERECHO. Derecho a la protección de la imagen. Para todo lo mencionado, el respeto a los derechos de la niñez y adolescencia debe partir de casa, es decir, desde las salas de redacción ya que a la hora de escribir una noticia sobre temas de violencia contra los niños, niñas y adolescentes, el o la periodista debe tener muy en cuenta que es importante respetar y cumplir con las leyes.

El nuevo Código Niña, Niño y Adolescente establece en el artículo 144, referido al derecho a la protección de la imagen y de la confidencialidad, que: “La niña, niño y adolescente tiene derecho al respeto de su propia imagen… cuando se difundan o se transmitan noticias que involucren a niñas, niños o adolescentes, los medios de comunicación están obligados a preservar su identificación, así como la de su entorno familiar, en los casos que afectare su imagen o integridad”.

En los casos de violencia física, psicológica y sexual contra los niños, niñas y adolescentes, se debe tomar muy en cuenta que las o los periodistas no deben entrevistar a las niñas, niños y adolescentes víctimas, porque el hacerlo significa revictimizarlos, es decir, hacer revivir las atrocidades vividas por esa niña, niño o adolescente.

La consulta a las fuentes directas es un principio para todo periodista, pero en caso de violencia contra la niñez y adolescencia existen otras fuentes de información alternativas a las que el periodista puede acudir como: testigos del hecho, autoridades que investigan el caso, investigaciones existentes sobre el tema, instituciones que trabajan en temas de derechos de niñez y adolescencia, especialistas, datos estadísticos, entre otras.

Proteger la imagen de un niño, niña o adolescente víctima de violencia es indispensable para no exponerlos a mayores riesgos o peligros, así como para evitar que los estigmaticen en su entorno familiar, escolar y comunitario. A través de una noticia elaborada con un enfoque de los derechos de la niñez y adolescencia es posible contribuir efectivamente a que se respete y cumplan los derechos de ese importante segmento poblacional.

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