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lunes, mayo 08, 2017

José Gramunt de Moragas: “El periodismo está acorralado y atropellado”



Sentado en el que él llama su “carretón”, la silla de ruedas donde sus huesos largos de origen tarragonés apenas caben, dice que a veces sufre y llora, aunque no deja de contagiar su carácter vigoroso. De pronto, pesadamente, gira la maquinaria para moverse entre la computadora que lo mantiene conectado con el acontecer mundial y la mesita donde ha colocado el manuscrito de su última obra en plena producción, que llevará por título “Galería”. Desde su retiro en la Casa La Esperanza, de la Comunidad Jesuita en Cochabamba, el padre José Gramunt de Moragas concede unos minutos a ECOS para hablar de periodismo, liderazgo político, democracia y de sus recuerdos, los que ahora ocupan su mente brillante y se van transformando en un libro.

El maestro de varias generaciones de periodistas y defensor de la libertad de expresión tiene 94 años y su voz valiente, que oportunamente elevó a lo largo de gran parte de la historia democrática de Bolivia, por momentos, se apaga.

Con parsimonia muestra las fotos de su manuscrito que, aclara, solo difundirá por internet. Cada una irá seguida de un texto explicativo. En ellas aparecen personajes célebres, hay tomas familiares y momentos relevantes de su carrera como uno de los más grandes periodistas de este país, que lo naturalizó como ciudadano en 1992 luego de que llegara desde su natal España en 1952 para hacer sus primeras armas en el oficio en la Radio Loyola de Sucre, donde descubrió su vocación.

Un periodismo “acorralado”

El padre Gramunt ve una hegemonía del Estado sobre los medios de comunicación y afirma que “la mayoría (de estos) no son libres”.

Cuando se le pregunta sobre cuál es la situación del periodismo en Bolivia actualmente, responde contundentemente que está “acorralado y atropellado”.

“Veo todos los días las alertas o advertencias hasta a la Conferencia Episcopal, a la Asociación de Prensa... ¿Qué quiere decir esto? Que el periodismo se ve atropellado”, enfatiza.

También le consultamos sobre cuál es el rol que le toca jugar al periodismo en esta coyuntura y Gramunt contesta elevando la voz: “Decir la verdad y nada más que la verdad. Si alguien no tiene la verdad por delante, no puede hablar en público, no puede escribir. ¿Quién va a abrir las hojas de un periódico?, ¿quién le va a creer si sabe que no está la verdad? En democracia, la prensa libre es esencial”.

Amenazas para la democracia

En diferentes etapas, en las que la verdad se tornó huidiza, esta personalidad de la comunicación apareció como una luz que incomoda a quienes escogen vivir en su propio oscurantismo, evitando la reflexión ideológica. Con la misma lucidez que le permitió caracterizar los capítulos de la historia del país en los últimos sesenta años, hoy no tiene pausa e identifica el nacionalismo, el populismo, la xenofobia, el racismo, el proteccionismo y el autoritarismo como amenazas para la democracia y la libertad.

Mantuvo vigente su columna “¿Es o no es verdad?” por más de 50 años en los principales diarios del país. “No es necesario ser pesimistas, pero sí es conveniente serlo. En todos mis años de periodista he sido uno de los críticos más importantes de Bolivia contra todos los gobiernos de turno; desde siempre, desde que llegué a Bolivia. Yo creo que con Evo Morales no se va para adelante. El otro día leí lo de los fondos campesinos… sobre (la exministra) Achacollo; se han llevado la plata. Le están sacando el jugo a Bolivia”, opina de la actualidad del Gobierno nacional.

¿Cuál ha sido el peor momento de la democracia en la historia de Bolivia? “El peor gobierno ha sido el de Evo Morales, que ha perdido la noción de lo que es gobernar. Ya no somos República de Bolivia, somos un Estado Plurinacional. Eso es destrozar la idea fundamental de la patria”, responde Gramunt.

Sobre liderazgos y políticos

También le preguntamos qué se necesita para ser un buen líder político. En su criterio, tener voluntad de poder. Pero debe estar acompañada de obligaciones para con la historia y el pueblo. El periodista reclama los pesos y contrapesos que, según él, cualquier demócrata necesita para gobernar con honestidad y alejado de la tentación del abuso del poder.

Entre los mejores líderes que ha tenido el país, menciona a Víctor Paz Estenssoro. “Yo creo que es el Presidente que hizo las cosas mejor, aunque con defectos. Era un hombre de una izquierda moderada, hizo la Reforma Agraria, la Reforma Educativa… es un mérito”.

Mirando más allá de nuestras fronteras, se declara admirador de la reina Isabel. “Está estupenda”, según sus propias palabras, a pesar de los años. Destaca a las instituciones inglesas, su sistema judicial y su armada, que, dice, hacen de este un país con gran fuerza política y democrática, incluso capaz de hacerle frente al terrorismo.

Sobre líderes políticos mundiales como Pablo Iglesias (España) y Marine Le Pen (Francia), dice que “son locos”. En cambio “Trump es un misterio; para mí es un bruto, pero como Presidente de Estados Unidos puede manejar muchas fichas”, agrega después.

Afectado por los enfrentamientos que se registran en las calles de Venezuela, Gramunt expresa: “me extraña que no se haya producido ya un golpe de Estado cruel; no lo quisiera. Maduro es un inmaduro. Un jefe de Estado cuya administración no permite que la población tenga alimentos, ropa, medicinas, incluso papel higiénico, es una→ aberración”.

No se imagina un escenario como el de Venezuela en Bolivia. “Nadie lo quisiera, pero nada es imposible…”, morigera.

Una vida generosa

Gramunt de Moragas recibió casi todas las distinciones que un hombre puede imaginar a lo largo de su vida. Los más importantes para él son los títulos Doctor Honoris Causa —que señala con el dedo y cuelgan en una pared de su habitación— conferidos por la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” y la Universidad Privada Boliviana, ambos en 2013, además del Premio Nacional de Periodismo (1993).

Agradecido, dice que tuvo un “destino demasiado →generoso”, y Albert Camus podría agregar que gente como él es de aquella estirpe “que se forja en ese perpetuo ir y venir de sí mismo hacia los demás, entre la belleza sin la cual no puede vivir, y la sociedad de la cual no puede prescindir”.

Para Juan Carlos Salazar, también Premio Nacional de Periodismo, Gramunt es “un sacerdote por vocación y un periodista de oficio y afición tardía; un adelantado en el periodismo boliviano”.

Su vocación de servicio y entrega a los demás ha sido forjada a partir de la fe, pero encontró su camino en la comunicación social. Conservando el acento español, recuerda que creó la Agencia de Noticias Fides (ANF) y reorganizó la Radio Fides; fue director de ambas obras.

Dio mucho al prodigar sus conocimientos a generaciones de comunicadores que encontraron en él un maestro en el ámbito periodístico, histórico y humano.

Su libro “Galería”

“Aquí está el guapo de la película… cuando era joven”, dice riendo el padre Gramunt, deteniéndose en una foto que le tomaron a fines de los 80 o inicios de los 90. En ella, está sentado delante de una biblioteca cuando era Director de Fides. La imagen es parte de la colección de “Galería”, su libro que espera difundir entre sus contactos de correo electrónico y Facebook.

En esa colección tiene fotos desde sus abuelos, de sus padres: José Gramunt y Subiela y Dolores de Moragas y de Balle, hasta la puerta de la finca de su familia que está en Tarragona, España, donde nació. Recuerda con tristeza que de sus siete hermanos, solo quedan tres. Luego muestra la foto de la “Reina Guapa”, esposa del rey Alfonso XIII, y la melancolía se desvanece en una sonrisa.

Momentos icónicos en su carrera congelados en el papel. Uno, junto al presidente Felipe González y otras con expresidentes bolivianos, como Luis Adolfo Siles —cuando el Embajador de España le impone al sacerdote la Orden Isabel La Católica—, con Víctor Paz Estenssoro o con el general Barrientos.

Con especial orgullo muestra una donde aparece recibiendo el Premio Nacional de Periodismo, o cuando está junto al papa Juan Pablo II y embajadores de Francia. También otra con el presidente francés Jacques Chirac, y con el alcalde MacLean, en la que le otorga el Escudo de Armas de la ciudad de La Paz.

Sus libros

Toma entre sus manos, que están ahora temblorosas, uno de sus últimos libros, publicado hace un par de años por la Editorial 3600: “De los años de plomo al populismo autoritario” (2015), donde según él, ya lo ha dicho todo sobre periodismo, política y democracia. El texto es una compilación de hechos producidos en Bolivia desde 1960, en un periodo de aproximadamente 55 años.

Lo hojea y se detiene en las fotos del Che Guevara y mientras las muestra dice: “Yo he visto a Siles Zuazo, a Paz Estenssoro, a Ovando Candia, a Barrientos, a Luis Adolfo Siles Salinas, a Hugo Banzer, entre otros. Pero también he escrito mucho sobre la guerrilla del Che”, precisa.

Habla igualmente sobre su libro dedicado a José María Bakovic (2016), en el que aborda los que denomina “atropellos judiciales” que finalmente derivaron en la muerte del expresidente del Servicio Nacional de Caminos (SNC) en 2013.

Su vida en el retiro

El 5 de agosto cumplirá 95 años. Dice que debe cuidar la dieta, pero no mucho. Su alimentación es casi normal a excepción de los embutidos. Lo que le pesa es tener que prescindir del sabor y el aroma del vino, que, como buen español, siempre le ha gustado.

Se siente afortunado de estar en La Esperanza, la casa de los jesuitas en Cochabamba donde tiene atención las 24 horas del día con disponibilidad de una enfermera y la visita semanal de un médico.

Su correo electrónico de contacto es: jgramunt@gmail.com. En Facebook, sus amigos lo tienen como: José Gramunt. •

José Gramunt de Moragas

Es sacerdote jesuita y periodista.

Nació en Tarragona, España.

Llegó a Bolivia en 1952 y su primer hogar fue Sucre, donde dirigió la Radio Loyola.

Ejerció la docencia en la Carrera de Derecho de la Universidad San Francisco Xavier.

Fue Director de la Agencia de Noticias Fides (ANF) desde su fundación en 1963 y Director de la Radio Fides.

Estudió Periodismo en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de España.

Cofundador y Presidente de las Escuelas Radiofónicas de Bolivia (ERBOL).

Corresponsal de las agencias española EFE y de la alemana dpa.

Autor de la columna “¿Es o no es verdad?” por más de 50 años, “Un retrato de Alfonso XIII” (2003), “Un notario bibliófilo y otras historias catalanas” (Tarragona, España, 2001), “De los tiempos de plomo al populismo autoritario” (2015), “José María Bakovic” (2016).

Recibió el Premio Libertad por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) en 2009; el galardón al Pensamiento y la Cultura el 2002 por la Fundación Cultural La Paz; el Premio Nacional de Periodismo de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) en 1993; el Premio al Periodismo de la Fundación Manuel Vicente Ballivián, en 1983 y una “Mención Especial” del Premio Rey de España, en 1984 por su labor informativa.

Es Caballero de la Orden de Isabel la Católica, Caballero de la Soberana Orden de Malta, le confirieron la Encomienda de la Orden del Mérito Civil, la Medalla “Pro Ecclesia et Pontifice” de la Santa Sede y el Escudo de Armas de la Ciudad de La Paz por Servicios Distinguidos.

Doctor Honoris Causa por la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (UCB) y la Universidad Privada Boliviana (2013).

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José Gramunt de Moragas, periodismo, atropellado, acorralado, jesuita

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