“¿Qué pasó?”, el documental realizado por el productor de programas periodísticos en televisión y radio, Carlos Valverde tiene fecha de estreno. El jueves 19 de noviembre que está en puerta ingresará a la cartelera del Cine Center en Santa Cruz y de varias otras salas del país.
Decenas de muertes provocadas en los últimos cuatro años en Bolivia y una promesa incumplida pone en el ojo de la tormenta a la gestión del presidente boliviano Evo Morales Ayma. “¿Qué pasó?”, le pregunta Valverde y justifica ese cuestionamiento en imágenes y un relato guionizado por él.
Un equipo de 20 personas realizó este trabajo de investigación periodística durante dos años. Valverde invirtió en él 55 mil dólares, una buena parte de ellos sacados de sus ahorros “para la vejez”, en una apuesta personal por dejar constancia de los sucesos históricos de un período oscuro en la vida boliviana. Valverde adelanta algunos aspectos de la película documental que, quiere, sea vista, incluso fuera del país.
¿Usted pone el dedo en la llaga política a diario en la televisión. Por qué eligió el cine para una nueva producción y un cuestionamiento contundente, “¿Qué pasó?”?
La idea viene a partir de lo que considero se comenzó a construir alrededor de Evo Morales. Cuando vi la película “Cocalero” me gustó mucho, está bien hecha, muestran cómo el dirigente sindical se convierte en presidente. Pero después vi “Evo pueblo”, que es pésima, y descubrí que alrededor del presidente comenzó a construirse un mito. Evo Pueblo, Espuma de plata, Todos somos Evo... hay como 15 pequeños documentales acerca de él, hay artículos por montones. Es decir, se estaba construyendo un mito y eso es muy peligroso. A los seres humanos cuando están vivos no se los puede construir en mitos porque la gente tiene una idea distorsionada de ellos. A Hitler, a Mussolini, a Stalin, a Mao, a Fidel Castro se los construyó como un mito viviente, se les sacó todo lo malo y sólo se los mostró como figuras justas, buenas y dadivosas que lograron todo.
Y habida cuenta, me dije, si al señor le gusta tanto aparecer, hagámosle una película que lo interpele y le pregunte “qué pasó”.
promesa incumplida
El documental le toma la palabra empeñada al presidente Morales...
Que el Presidente nos responda a una pregunta en base a su primer discurso en la Plaza de los Héroes en La Paz. Ahí, afuera de la iglesia de San Francisco, cuando él dijo: “Será y va a ser un gobierno sin muertos”. Y cuando nosotros comenzamos a trabajar esto el 20 de noviembre de 2007, descubrimos que habían demasiados muertos, que la palabra de Evo Morales no se había cumplido y que este gobierno en relación a los derechos humanos se comportaba exactamente igual a los gobiernos a los que él había prometido no parecerse. En materia de derechos humanos, se parece mucho a los otros.
‘viajamos donde hubo muertos’
¿Cómo se desarrolló el proceso de trabajo?
En noviembre de 2007 comenzamos a juntar toda la documentación que podíamos y desde 2008 hasta este año viajamos a todos lados. Hemos estado en todos los lugares donde hubo un muerto por violencia política en este país, en los Yungas de Vandiola, en el municipio de Vacas, en Lipichi, en Huanuni, en Cochabamba, en Pando, en Sucre, en Tarija. Hemos recorrido el país por donde hubo un muerto. Y no con la intención de decir “los muertos de Evo”, porque la idea nuestra es que siguen siendo los muertos del Estado. Se mata a nombre del Estado. Y los muertos siguen saliendo del mismo campo de donde salían en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, del campo popular en su mayoría. El gobierno, a través de la Policía, el Ejército o Fuerzas Armadas, sigue poniendo las balas y el pueblo sigue poniendo los cuerpos. Las protestas en este país, casi todas, terminan con una palada de tierra. Por eso interpelamos al Presidente y por eso nos atrevimos a hacer el documental.
cuatro hechos son el eje
Este trabajo ¿describe una realidad, la denuncia o cuestiona?
Hacemos un poco de todo. Tengo la intención de que este documental salga afuera, por eso comenzamos con un análisis de cómo llega Evo Morales al gobierno, de los errores cometidos por el sistema político y después entramos al tratamiento profundo de los temas, sobre todo de cuatro hechos fundamentales, los más grandes: Huanuni, Cochabamba, Sucre y Pando. Les dedicamos mucho tiempo con testimonios de la gente y de todo lo que se sufrió. Terminamos cuestionando al sistema democrático boliviano que no ha sabido, hasta ahora, resolver el asunto de la protesta. Se la sigue tratando exactamente igual que en la dictadura. Hay dictaduras similares en número de muertos a los que hay en época democrática. Entonces, hay algo que está mal. No se sabe cómo responder los requerimientos de la población que protesta, si no es de la misma forma en que se hacía antes, a tiros y con una represión brutal. Y en este gobierno no debía ser así porque este gobierno viene del campo popular.
“¿Qué pasó?” también hace revelaciones?
No, porque no buscamos eso. Éste es un recuento de hechos y lo que se pudo hacer para evitar esas cosas. Lo que hacemos es tomar los medios de comunicación, periódicos, radio y televisión de todo el país, para respaldar lo que contamos y para que nadie salga a decir “eso no fue así”. La intención es mostrar que la información que sale en los medios es lo que ocurrió.
¿Para que conste? porque pareciera que todo se deja hacer y pasar, queda la impunidad...
No. No es que pareciera, sino que sí se deja hacer y pasar. Sánchez de Lozada tiene 80 muertos. Este gobierno ya casi llega a 70 y, ojo!, a Sánchez de Lozada todos le pedimos que se vaya. ¿Por qué?, entre otras cosas, por las muertes de El Alto. Y aquí (en la gestión Morales) han habido muertos de dos tipos: los que pudieron ser evitados con una oportuna intervención del gobierno: En Huanuni se les ofreció cajones en vez de policías y militares para evitar el enfrentamiento. Cajones para enterrar a los muertos que de ello deriven. Lo dijo Montes delante del ahora ministro Rada, que fue una oferta del Vicepresidente de la República. ¿Se pudo evitar Pando?, claro que se pudo evitar!. Era cuestión de mandar militares o finalmente de evitar que los campesinos masistas salgan desde Riberalta hasta Pando. Cochabamba se pudo evitar. Christian Urresti no hubiera muerto si la Policía no se replegaba, pero hubo una orden de que se repliegue. Hay otros hechos en los que el Gobierno lamentablemente sale a matar como es el caso de Yungas de Vandiola. El Gobierno no tiene problemas, si no se van por las buenas, se van por las malas, igual que los gobiernos anteriores. No es que éste sea peor. Es que se parece mucho. Y la queja de uno es que no debía parecerse a otros.
¿Quiénes son los protagonistas?
El protagonista es básicamente el presidente, Evo Morales, porque la frase más esperanzadora y a la vez más dura viene de él: “Será y va a ser un gobierno sin muertos”. Es una frase demasiado grande como para que haya quedado en nada. Él es el protagonista.
¿Qué considera incubó toda esta violencia?
En democracia no se sabe resolver los conflictos si no es a bala. Pasa en Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia y Ecuador. Otros países que han sabido desenvolverse en democracia. Chile tuvo a Pinochet y, sin embargo, en su democracia uno no encuentra muertos. En Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay también hubo dictaduras peores que las nuestras. En Argentina hay 30 mil desaparecidos, en Chile 20 mil y demuestran que es posible no sumar muertes.
¿A qué publico está destinado “Qué pasó”?
Espero que lo vea todo el público posible. Hay partes conmovedoramente dramáticas. Nelson Urresti hablando de su hijo, a más de uno nos sacó lágrimas... se muestra cadáveres, pero es parte de lo que ocurrió, no hay truculencias, se respeta las imágenes del muerto como la sensibilidad del público. Había que mostrarlo. Me gustaría que lo pueda ver mucha gente, que lo vean los jóvenes para que se enteren qué está pasando en este país y los grandes para que no se olviden que esto no se tiene que repetir.
¿Qué tan difícil fue acceder a la información?
Nos costó conversar con autoridades de Gobierno. Sobre este tema no quieren hablar. Siempre presentaron excusas. Sin embargo, hemos hecho un trabajo equilibrado, no de oposición. Yo no puse los muertos, no maté. Lo que sale es lo que ocurrió. Costó porque hubo que moverse por mucho. Jorge y Chavo fueron a Riberalta. Y de ahí, casi clandestinos, entraron a Pando... clandestino un periodista en su propio país donde se supone que se vive en democracia... Melvy, en Huanuni, tenía agentes del Ministerio del Interior detrás de ella para ver lo que decían las víctimas o los parientes de los muertos. Tropezamos con cosas como esas.
‘Que lo vean para que sepan qué está pasando en este país y que no olviden que esto no se tiene que repetir
Decenas de muertes provocadas en los últimos cuatro años en Bolivia y una promesa incumplida pone en el ojo de la tormenta a la gestión del presidente boliviano Evo Morales Ayma. “¿Qué pasó?”, le pregunta Valverde y justifica ese cuestionamiento en imágenes y un relato guionizado por él.
Un equipo de 20 personas realizó este trabajo de investigación periodística durante dos años. Valverde invirtió en él 55 mil dólares, una buena parte de ellos sacados de sus ahorros “para la vejez”, en una apuesta personal por dejar constancia de los sucesos históricos de un período oscuro en la vida boliviana. Valverde adelanta algunos aspectos de la película documental que, quiere, sea vista, incluso fuera del país.
¿Usted pone el dedo en la llaga política a diario en la televisión. Por qué eligió el cine para una nueva producción y un cuestionamiento contundente, “¿Qué pasó?”?
La idea viene a partir de lo que considero se comenzó a construir alrededor de Evo Morales. Cuando vi la película “Cocalero” me gustó mucho, está bien hecha, muestran cómo el dirigente sindical se convierte en presidente. Pero después vi “Evo pueblo”, que es pésima, y descubrí que alrededor del presidente comenzó a construirse un mito. Evo Pueblo, Espuma de plata, Todos somos Evo... hay como 15 pequeños documentales acerca de él, hay artículos por montones. Es decir, se estaba construyendo un mito y eso es muy peligroso. A los seres humanos cuando están vivos no se los puede construir en mitos porque la gente tiene una idea distorsionada de ellos. A Hitler, a Mussolini, a Stalin, a Mao, a Fidel Castro se los construyó como un mito viviente, se les sacó todo lo malo y sólo se los mostró como figuras justas, buenas y dadivosas que lograron todo.
Y habida cuenta, me dije, si al señor le gusta tanto aparecer, hagámosle una película que lo interpele y le pregunte “qué pasó”.
promesa incumplida
El documental le toma la palabra empeñada al presidente Morales...
Que el Presidente nos responda a una pregunta en base a su primer discurso en la Plaza de los Héroes en La Paz. Ahí, afuera de la iglesia de San Francisco, cuando él dijo: “Será y va a ser un gobierno sin muertos”. Y cuando nosotros comenzamos a trabajar esto el 20 de noviembre de 2007, descubrimos que habían demasiados muertos, que la palabra de Evo Morales no se había cumplido y que este gobierno en relación a los derechos humanos se comportaba exactamente igual a los gobiernos a los que él había prometido no parecerse. En materia de derechos humanos, se parece mucho a los otros.
‘viajamos donde hubo muertos’
¿Cómo se desarrolló el proceso de trabajo?
En noviembre de 2007 comenzamos a juntar toda la documentación que podíamos y desde 2008 hasta este año viajamos a todos lados. Hemos estado en todos los lugares donde hubo un muerto por violencia política en este país, en los Yungas de Vandiola, en el municipio de Vacas, en Lipichi, en Huanuni, en Cochabamba, en Pando, en Sucre, en Tarija. Hemos recorrido el país por donde hubo un muerto. Y no con la intención de decir “los muertos de Evo”, porque la idea nuestra es que siguen siendo los muertos del Estado. Se mata a nombre del Estado. Y los muertos siguen saliendo del mismo campo de donde salían en el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, del campo popular en su mayoría. El gobierno, a través de la Policía, el Ejército o Fuerzas Armadas, sigue poniendo las balas y el pueblo sigue poniendo los cuerpos. Las protestas en este país, casi todas, terminan con una palada de tierra. Por eso interpelamos al Presidente y por eso nos atrevimos a hacer el documental.
cuatro hechos son el eje
Este trabajo ¿describe una realidad, la denuncia o cuestiona?
Hacemos un poco de todo. Tengo la intención de que este documental salga afuera, por eso comenzamos con un análisis de cómo llega Evo Morales al gobierno, de los errores cometidos por el sistema político y después entramos al tratamiento profundo de los temas, sobre todo de cuatro hechos fundamentales, los más grandes: Huanuni, Cochabamba, Sucre y Pando. Les dedicamos mucho tiempo con testimonios de la gente y de todo lo que se sufrió. Terminamos cuestionando al sistema democrático boliviano que no ha sabido, hasta ahora, resolver el asunto de la protesta. Se la sigue tratando exactamente igual que en la dictadura. Hay dictaduras similares en número de muertos a los que hay en época democrática. Entonces, hay algo que está mal. No se sabe cómo responder los requerimientos de la población que protesta, si no es de la misma forma en que se hacía antes, a tiros y con una represión brutal. Y en este gobierno no debía ser así porque este gobierno viene del campo popular.
“¿Qué pasó?” también hace revelaciones?
No, porque no buscamos eso. Éste es un recuento de hechos y lo que se pudo hacer para evitar esas cosas. Lo que hacemos es tomar los medios de comunicación, periódicos, radio y televisión de todo el país, para respaldar lo que contamos y para que nadie salga a decir “eso no fue así”. La intención es mostrar que la información que sale en los medios es lo que ocurrió.
¿Para que conste? porque pareciera que todo se deja hacer y pasar, queda la impunidad...
No. No es que pareciera, sino que sí se deja hacer y pasar. Sánchez de Lozada tiene 80 muertos. Este gobierno ya casi llega a 70 y, ojo!, a Sánchez de Lozada todos le pedimos que se vaya. ¿Por qué?, entre otras cosas, por las muertes de El Alto. Y aquí (en la gestión Morales) han habido muertos de dos tipos: los que pudieron ser evitados con una oportuna intervención del gobierno: En Huanuni se les ofreció cajones en vez de policías y militares para evitar el enfrentamiento. Cajones para enterrar a los muertos que de ello deriven. Lo dijo Montes delante del ahora ministro Rada, que fue una oferta del Vicepresidente de la República. ¿Se pudo evitar Pando?, claro que se pudo evitar!. Era cuestión de mandar militares o finalmente de evitar que los campesinos masistas salgan desde Riberalta hasta Pando. Cochabamba se pudo evitar. Christian Urresti no hubiera muerto si la Policía no se replegaba, pero hubo una orden de que se repliegue. Hay otros hechos en los que el Gobierno lamentablemente sale a matar como es el caso de Yungas de Vandiola. El Gobierno no tiene problemas, si no se van por las buenas, se van por las malas, igual que los gobiernos anteriores. No es que éste sea peor. Es que se parece mucho. Y la queja de uno es que no debía parecerse a otros.
¿Quiénes son los protagonistas?
El protagonista es básicamente el presidente, Evo Morales, porque la frase más esperanzadora y a la vez más dura viene de él: “Será y va a ser un gobierno sin muertos”. Es una frase demasiado grande como para que haya quedado en nada. Él es el protagonista.
¿Qué considera incubó toda esta violencia?
En democracia no se sabe resolver los conflictos si no es a bala. Pasa en Bolivia, Perú, Venezuela, Colombia y Ecuador. Otros países que han sabido desenvolverse en democracia. Chile tuvo a Pinochet y, sin embargo, en su democracia uno no encuentra muertos. En Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay también hubo dictaduras peores que las nuestras. En Argentina hay 30 mil desaparecidos, en Chile 20 mil y demuestran que es posible no sumar muertes.
¿A qué publico está destinado “Qué pasó”?
Espero que lo vea todo el público posible. Hay partes conmovedoramente dramáticas. Nelson Urresti hablando de su hijo, a más de uno nos sacó lágrimas... se muestra cadáveres, pero es parte de lo que ocurrió, no hay truculencias, se respeta las imágenes del muerto como la sensibilidad del público. Había que mostrarlo. Me gustaría que lo pueda ver mucha gente, que lo vean los jóvenes para que se enteren qué está pasando en este país y los grandes para que no se olviden que esto no se tiene que repetir.
¿Qué tan difícil fue acceder a la información?
Nos costó conversar con autoridades de Gobierno. Sobre este tema no quieren hablar. Siempre presentaron excusas. Sin embargo, hemos hecho un trabajo equilibrado, no de oposición. Yo no puse los muertos, no maté. Lo que sale es lo que ocurrió. Costó porque hubo que moverse por mucho. Jorge y Chavo fueron a Riberalta. Y de ahí, casi clandestinos, entraron a Pando... clandestino un periodista en su propio país donde se supone que se vive en democracia... Melvy, en Huanuni, tenía agentes del Ministerio del Interior detrás de ella para ver lo que decían las víctimas o los parientes de los muertos. Tropezamos con cosas como esas.
‘Que lo vean para que sepan qué está pasando en este país y que no olviden que esto no se tiene que repetir
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