El último fenómeno televisivo sobre invasiones extraterrestres, Falling Skies, regresa a la pantalla chica, con una segunda temporada cargada de acción, en la que sus responsables prometen desvelar algunos de los secretos que esconden los perversos visitantes del espacio.
Lo nuevo de Falling Skies, producida por Steven Spielberg y que se estrenó ayer en TNT, señal de cable, retoma la historia en el punto en el que se quedó al término de la primera temporada, cuando el protagonista Tom Mason (Noah Wyle) queda encerrado en una nave especial y la resistencia que forma el grupo autodenominado “Second Massachusetts”, que lucha por sobrevivir en las calles de la tierra.
La estancia de Mason con los extraterrestres, durante un período de tres meses que concluye tras una conversación poco amistosa con el líder alienígena, marcará el curso de los acontecimientos.
Durante la presentación, Wyle explicó que “le permite darse cuenta de que no hay negociación posible, que se trata de una ocupación con la intención de una alienación total. Tom regresa convencido de la realidad. Aparta su esperanza de reconstruir la sociedad hasta que la amenaza haya sido anulada”. EFE.
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