Una ruidosa marcha de periodistas y otros trabajadores de medios de comunicación se realizó ayer en La Paz para exigir que se respete la libertad de expresión y sean retirados los procesos penales contra tres medios.
Durante la jornada de ayer, los periodistas paceños fueron impedidos de ingresar a la plaza Murillo, que estuvo cercada por policías desde tempranas horas.
Ello obligó a la marcha de periodistas a rodear la plaza Murillo sin poder ingresar en ella. Sin embargo, un grupo más reducido de reporteros logró ingresar, uno a uno, a dicha plaza.
Por lo tanto, en determinado momento se organizó una protesta dentro de la plaza mientras la marcha recorría las calles aledañas.
Al promediar la mañana, otra marcha, esta vez de periodistas alteños, llegó al centro paceño. Los periodistas de ambas ciudades se fusionaron en las calles Yanacocha y Comercio.
Finalmente, todos los trabajadores de la prensa llegaron al Ministerio de Comunicación, en la avenida Camacho, donde varios dirigentes hicieron breves discursos.
Carmiña Moscoso, secretaria general del sindicato de El Diario, dijo que el fin del Gobierno es “acallar a los medios y apresar a los periodistas”. Pidió que “se metan presos a los corruptos, a los que reprimen, no a los periodistas”.
El secretario ejecutivo de la Confederación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, Ramiro Echazú, consideró los juicios anunciados como “una afrenta” y una “manera de impedir que los medios realicen su trabajo libremente”.
También hizo un breve discurso el presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz, Antonio Vargas, que lamentó que se “amedrente” a los medios y que “se trate de imponer una visión única” de la sociedad.
El Ministerio de la Presidencia acusó a la ANF, Página Siete y El Diario del presunto delito “de difusión e incitación al racismo” por el manejo informativo del discurso que el presidente Morales pronunció el 15 de agosto en Tiwanaku.
A mediodía, cuando la marcha había concluido, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, expresó sus “excusas” por haberse impedido que los periodistas ingresaran a plaza Murillo. Atribuyó el hecho a una “confusión”.
Dijo que la instrucción no era impedir el ingreso de los reporteros, sino ejercer un “control del ingreso” a la plaza.
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