En los últimos años, el periodismo ha sufrido cambios sustanciales que no solo afectan al ejercicio de la profesión, sino a la consideración social que se pueda tener de los profesionales de la comunicación.
También estamos siendo testigos de una TV ‘invadida’ por personajes que saben y opinan de todo sin conocimiento y que hacen cuestionarnos acerca del papel que cumple la televisión en esta sociedad del conocimiento y, sobre todo, qué función puede tener el profesional en este escenario de competidores diversos, en muchas ocasiones piratas, intrusos en la profesión, y que, en el mejor de los casos, formados en otras disciplinas diferentes a las artes escénicas o la comunicación.
Conseguir el significado de los hechos exigirá mirar más allá de las ruedas de prensa y de los comunicados, contactar con fuentes bien informadas, acudir a más y diversas fuentes, pasar más tiempo con los implicados y con los afectados, en definitiva, mantener esa ambición de querer saber más de lo que ya se sabe en el momento de decirlo.
Para ello Enrique Salazar cambió hábitos y rutinas de trabajo para que la información que presenta ofrezca algo más que la simple descripción de los hechos y ser el primero en transmitir la noticia de una forma diferente, interpretativa y analítica.
Un estilo diferente de presentar en TV, cercano al ciudadano, promueve la filosofía de contar las noticias del día, con la discusión política, el intercambio de opiniones y la realidad social actual: sucesos, economía, inseguridad y ayuda humanitaria.
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