Una reacción “antinatural” se produce cuando los fotógrafos se ponen en acción. En el estruendoso escenario de una explosión o en un sangriento enfrentamiento, la gente corre para protegerse... pero no así los fotoperiodistas, que aparecen en una vertiginosa carrera a contracorriente con la que tratan de llegar hasta el lugar del hecho noticioso solo por capturar la mejor imagen.
RIESGOS En 1997, el fotoperiodista Benjamín James, del diario OPINIÓN, acudió a cubrir el linchamiento de una joven en uno de los nuevos barrios de Valle Hermoso, donde una turba lo acorraló e intentó lincharlo junto a la mujer. “¡Él es su novio. Línchenlo!’, gritaban. Les dije que era del periódico, pero no me creyeron. Entonces, me obligaron a pararme frente a ella diciendo: ‘Si ella no es tu chica, entonces ¡sacale fotos, sacale!’, me decían”, recuerda James. Él incursionó hace 30 años en el fotoperiodismo, cuando a sus 10 años ayudaba a su padre en el revelado de fotos para el diario El Siglo, de Potosí.
Fernando Cartagena, con 30 años de trayectoria, es uno de los “dinosaurios” del oficio. En su memoria guarda un momento de alta tensión, en una emboscada militar que los sorprendió a él y otras personas que atravesaban una senda en el trópico de Cochabamba.
“Empezaron a lanzarnos gases y, cuando escuchamos disparos, nos tendimos al suelo. A dos metros de mí cayó don Ramón Pérez (50) -un cocalero-. La bala le atravesó la mano y el estómago. Logramos cargarlo y despacharlo en un helicóptero. pero murió... Cualquiera de nosotros -los periodistas- pudo haber recibido esa bala”, cuenta.
ANÉCDOTAS Además de situaciones peligrosas, los fotógrafos también enfrentan situaciones peculiares. Rubén Rodríguez, que se inició a sus 15 años en el diario OPINIÓN, fue una vez encomendado a tomar la imagen del cadáver de un hombre decapitado y mutilado. “Era la primera vez que entré a la morgue. Vi el cadáver con su cabeza por ahí y sus brazos por allá; entonces junté las partes y sostuve la cabeza con una mano para tomar la imagen, cuando escuché un grito que me estremeció... Era el morguero que me preguntó: ‘¿Qué estas haciendo?’. Me llevé el susto de mi vida. Luego, él me ayudó a sostener la cabeza y recién pude tomar la mejor imagen”, relata Rodríguez.
Es que la memoria de los fotógrafos guarda también algunas anécdotas curiosas y divertidas.
“Un día me mandaron a cubrir un motín en (el penal) San Sebastián. Cuando llegué, todo había terminado, pero, al ver que tomaba fotos, los reos reanudaron el motín”, cuenta David Flores, del diario Gente. “En medio del bullicio y los rostros furiosos, alguien me gritó: ‘¡Te aplazaste Peter Parker’!’ (en alusión al personaje de “El hombre araña”). Y de los gritos aguerridos pasaron a las carcajadas”, recuerda Flores.
Muestra reúne 100 imágenes de 10 reporteros gráficos
Una exposición de fotoperiodismo reúne, en el salón Mario Unzueta de la Casa de la Cultura (avenida Heroínas y 25 de Mayo), unas 100 de las mejores imágenes que han sido capturadas por fotógrafos de periódicos locales y nacionales.
La exposición se extenderá hasta este 16 de marzo.
En la muestra hay fotografías de los fotoperiodistas de OPINIÓN Dico Soliz, Martín Numbela, Noé Portugal, Rubén Rodríguez y Benjamín James.
También hay fotos de David Flores, del diario Gente. Otro reconocido fotógrafo que expone algunos de sus trabajos es Fernando Cartagena, del matutino paceño La Razón. Le acompaña con sus propios trabajos su hijo Diego Cartagena, de la agencia Afka.
Del periódico cochabambino Los Tiempos participan los fotógrafos Daniel James y José Rocha.
“Cada fotografía tiene una historia”, afirma Dico Soliz, al recordar una de las imágenes que expone y que se remonta a la “Guerra del Agua” (2000), donde, al hacer cobertura, los balines le hirieron las piernas.
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