ANÁLISIS Viceministra de Políticas Comunicacionales mostró titulares y editoriales del diario paceño.
Redacción central / Cambio
Peñaranda y su asesor editorial en Página Siete, también chileno, mintieron al país en puntos relacionados con el interés nacional.
La Época reveló, en base al trabajo de dos periodistas chilenos, que Peñaranda es chileno-boliviano.
Al margen de las reacciones que surgen desde Chile por la demanda que interpuso el Estado boliviano ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, la viceministra de Políticas Comunicacionales, Claudia Espinoza, identificó que “en el país también hay reacciones contrarias a un anhelo del pueblo boliviano que más bien amplifica la posición de la ultraderecha chilena”, como es el caso del exdirector de Página Siete, Raúl Peñaranda.
“En el tema marítimo era muy explícita la política editorial del medio cuando estaba Raúl Peñaranda, pues sólo tenían cobertura las fuentes chilenas, quedando excluidas las coberturas nacionales”, señaló Espinoza en una entrevista a la red ATB.
En este sentido, la autoridad gubernamental mostró varios titulares y editoriales del matutino paceño —cuando era dirigido por Peñaranda—, en los que se advierte la intencional contraposición a la política del Estado boliviano, no sólo referida a la demanda marítima, sino también contraria a la política de nacionalización de los recursos, que son del pueblo boliviano, medida estratégica asumida por el gobierno del presidente Evo Morales.
“Tenemos ejemplos de cómo el periódico (Página Siete) ha titulado de manera sistemática la posición chilena y cuando hablamos de normas, de ética periodística sabemos que hay que cumplir lo mínimo que se exige cuando tenemos la responsabilidad de dirigirnos a la opinión pública”, añadió.
Los pasados días, el semanario La Época reveló, en base al trabajo de dos periodistas chilenos, que Peñaranda es chileno-boliviano. Esta condición explica los vínculos en la estructura propietaria de Página Siete, como el hecho de que Raúl Garafulic, fundador del matutino, sea cuñado de la ex diputada chilena Mónica Zalaquett, quien siendo parte del partido UDI representa intereses de la ultraderecha chilena, pero además es parte de grupos empresariales pesqueros. Zalaquett manifestó en varias oportunidades su oposición a la demanda marítima boliviana, como lo registró la prensa chilena.
‘CONTROL REMOTO’ UN LIBRO SIN FUNDAMENTOS
La Viceministra de Políticas Comunicacionales ratificó que el libro de Raúl Peñaranda Control Remoto no contiene fundamentos ni documentos que puedan respaldar sus afirmaciones.
“El señor Peñaranda no representa a un periodismo independiente, responde a intereses puntuales y a financiamientos que le proporcionan la posibilidad de hacer varios trabajos que los llama periodísticos (...) como un libro donde señala que el Gobierno controla medios como ATB, PAT y La Razón. El periodista, alineado a una marcada posición antigubernamental, habla de una investigación académica, sin embargo en el libro uno no encuentra un solo documento que respalde las afirmaciones que hace respecto a que la Vicepresidencia controla la información de estos medios”.
Según el libro de Peñaranda, todos los medios de comunicación donde el Estado pautea publicidad son “paraestatales”, lo cual es una mentira para la Viceministra de Políticas Comunicacional, quien informó que el Ministerio de Comunicación cuenta con una base de datos de 5.000 medios, donde ha llegado la publicidad gubernamental de manera constante y transparente.
“Yo pongo en duda que sea una investigación académica, y aun cuando fuese académica, lo académico no está desvinculado de una posición política. Por eso hay que recordar cuando el señor Peñaranda trabajó con Tuto Quiroga, ¿qué funciones cumplía? Tampoco era un simple periodista; entonces, se toman decisiones políticas y comunicacionales, no nos vamos a engañar”, añadió Espinoza.
EL ARGUMENTO DE LA “XENOFONIA” QUIERE OCULTAR EL FINANCIAMIENTO DE USAID
La Viceministra de Políticas Comunicacionales también cuestionó la distorsión que se dio a la información en torno a Peñaranda, pues se la tildó de xenófoba, cuando en el fondo más bien apuntaba a un manejo de la información contrario a los intereses bolivianos, esto cuando Peñaranda era director de Página Siete y sus últimos vínculos con agencias estadunidenses que tienen como finalidad la desestabilización de gobiernos progresistas.
“Aquí hubo una distorsión malintencionada de Peñaranda. El semanario La Época evidencia su doble nacionalidad, algo que el periodista ocultó a la opinión pública, pero también revela las fuentes de financiamiento actual de Peñaranda por agencias del Departamento de Estado de Estado Unidos como Usaid a través de la agencia IPYS y GALI, claramente opositoras a los gobiernos progresistas latinoamericanos”.
Además la viceministra Espinoza recordó los varios casos en los que Peñaranda y su asesor editorial en Página Siete, Juan Carlos Araoz, también chileno, mintieron al país en varios temas relacionados con el interés nacional.
“Incluso fueron desmentidos categóricamente por la Iglesia Católica cuando publicaron que cuatro ministros habían sido excomulgados. A raíz de esa mentira fue que Peñaranda renunció al medio”.
Por eso “cuestionamos la trayectoria de Peñaranda, de cómo mintió, distorsionó y manipuló hechos noticiosos, amplificó la posición de la ultraderecha chilena, se opuso sistemáticamente a nuestro derecho marítimo y hoy se reclama independiente. Como Ministerio de Comunicación es nuestra obligación informar a la opinión pública de todo esto”, sostuvo Espinoza.
“Cuestionamos la trayectoria de Peñaranda, de cómo mintió, distorsionó hechos noticiosos y amplificó la posición de ultra derecha chilena.
Claudia Espinoza
Viceministra de Políticas Comunicacionales
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