El periodismo boliviano y cada episodio de la historia de Oruro que construyó Ángel Torres Sejas, están de luto y lloran su partida. El mundo de quienes lo conocieron se oscureció tras conocerse ayer la noticia de su partida a la diestra de Dios Padre.
Las generaciones actuales quizá no lo conozcan en persona, pero sí tuvieron la oportunidad de escudriñar entre las páginas de su tesoro, para descubrir "Oruro en su historia", libro que deja como legado de su inmenso amor por la tierra que lo viera nacer.
Hablar de Ángel Torres, es remontarse sin ir muy lejos al 2003, cuando ganó el Premio Nacional de Periodismo, galardón apetecido por muchos periodistas bolivianos.
Si bien Torres nació en la ciudad de Oruro, desde 1954 radicó en La Paz, hasta el día de su muerte. Pero nunca se olvidó de su terruño, ya que estuvo constantemente por la Alta Tierra de los Urus.
PERIODISTA
En su labor periodística, cumplió servicios en "La Nación", "El Diario", "Última Hora", corresponsal en La Paz de "Los Tiempos" de Cochabamba y "El Mundo" de Santa Cruz, simultáneamente trabajó en las radioemisoras de La Paz, "Amauta", "Altiplano" y "Méndez".
También fue redactor del periódico "Correo Boliviano" cuyo destino eran los residentes bolivianos en los Estados Unidos. Su formación y vocación innata para hacer prensa, lo llevaron a acreditarse al Palacio de Gobierno y a las Cámaras Legislativas.
Su espíritu tesonero lo llevó hasta España donde hizo cursos de documentación para periodistas iberoamericanos, en el Instituto de Cultura Hispánica.
Su carrera dedicada al periodismo, le permitieron obtener varios galardones como la Medalla "Bautista Saavedra" (1989) y obviamente el Premio Nacional de Periodismo (2003) entre otros tantos que logró a lo largo de su vida.
Sus restos mortales son velados en la ciudad de La Paz.
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