—Fue por accidente, no había quién anime el cumpleaños de mi hijo Mateo y entonces decidí pintarme y hacer la fiesta para mi hijo, y los papás de sus amiguitos y amigos míos empezaron a pedirme que amenice sus fiestas infantiles y así comencé haciéndolo gratis y luego empezaron a llamarme los amigos de mis amigos y empecé a cobrar y lo vi como un negocio y así nació Narices.
—¿Cómo llegó Narices a la Tv?
—Yo trabajaba en un programa televisivo llamado Tres por tres en la red PAT y cuando Carlos Rocabado dejó el Animanía me hicieron la propuesta desde la dirección ejecutiva del canal de ingresar mi personaje a la televisión.
—¿Por cuántos canales pasó Narices?
—Estuve en PAT durante siete años y algo más trabajando para la red en La Paz y luego me trajeron a Santa Cruz para crear un nuevo proyecto, El circo de Narices, luego de este proyecto el programa migró a Full televisión, que pertenece al mismo grupo, y de ahí pasó a Activa televisión, que es el canal donde aún me encuentro con el programa de Narices.
—¿Qué otras actividades tiene Narices, además de la televisión?
—Narices hace fiestas de cumpleaños, trabaja todos los fines de semana animando fiestas temáticas. En sí es la parte fuerte de Narices que no solo le dio el éxito en La Paz, sino también en Santa Cruz. Narices también participa en diferentes eventos, algunos solidarios, que son completamente gratuitos.
—¿Qué otras actividades hace el personaje Narices?
—La fundación Narices de lucha contra el cáncer quedó en La Paz, allí apoyábamos a los niños con esa enfermedad, pero en Santa Cruz se apoya a las fundaciones y personas que quieren hacer actividades para los niños con problemas de salud. Lo hacemos de manera gratuita y con todo el amor del mundo.
—¿Ha sido fácil enfocar la comunicación hacia los niños?
—Siempre me ha gustado trabajar con niños y jóvenes, nunca ha sido un tema difícil. A los niños, o les gustas o no, no es como los adultos que por educación te aguantan; a los niños, si les gustas, están ahí contigo, sino ni se te acercan; así ves si tu personaje es bueno o malo. Lo mismo pasa en las fiestas de cumpleaños, para mí es un gran termómetro: si el público está conmigo y tengo su aceptación, eso me dice que todavía Narices debe seguir.
—¿Narices tiene fecha límite?
—Narices tiene que irse como Narices y tiene un tiempo que él ha puesto de vida activa que será cuando su relleno (Luis Fernando Blacutt) cumpla 45 años, es decir dos años más para estar como personaje. Luego ya me dedicaré a mi productora de audio y otras proyecciones.
—¿Narices vivió algo inolvidable?
—Un día, saliendo de un evento en el Hospital del Niño, una mamá me encuentra y me pide que vaya a ver a su hija a la sala de Oncología. La niña estaba tapada y se emocionó cuando me vio, sus ojitos se le llenaron de lágrimas y me dijo: ‘El viernes me voy a mi casa’. Yo me emocioné pensando que estaba sana y por eso volvería a su casa, pero me explicaron que en realidad ella se estaba yendo a morir con su familia. Su abrazo, a pesar de que ella sabía que se iba a morir, la emoción que transmitió al ver a Narices, me inundó el corazón. Esa experiencia es algo que se quedó en mi alma y en mi memo-ria para siempre.
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