Mario Maldonado estuvo vinculado al periodismo desde su adolescencia, primero como editor de una publicación que difundía en el colegio y después con Acción Católica. "Me acerqué a Presencia para que se imprimieran allí estas dos publicaciones; luego, en 1958, a mis 20 años, entré a trabajar a ese periódico”, cuenta. Desde entonces ha ejercido el oficio por más de 50 años.
Recientemente fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo 2015. De sus días como periodista en Presencia recuerda que en 1966 tuvo la suerte de ser becado en la Universidad Pro Deo, en Italia. "A mi regreso, volví justo en la época en que se habían instaurado los regímenes militares. Fue entonces que llegué a ser jefe de redacción”. En la actualidad, preside el Comité Nacional de Ética Periodística.
Se muestra crítico con el periodismo boliviano actual, ¿cómo superar ese periodismo "timorato”-como lo ha llamado- que observa en los medios?
No he sido crítico en sentido negativo. Simplemente que considero que antes, incluso en época de dictaduras, se hizo un periodismo de denuncia. En cambio ahora, pienso que muchos medios tienen un trabajo diferente, donde (los periodistas) viven una autocensura voluntaria o involuntaria.
Los periodistas podrían hacer un poco más para señalar lo que no se sabe, más que por dichos, y para verificar si aquello es verdad o no. La crítica no iba en desmedro de nuestros colegas, pero sí creo que se debe considerar que la situación no les favorece. Ahí está el libro de Raúl Peñaranda que muestra cómo están coaptados algunos medios y cómo su personal tiene que acomodarse a las circunstancias.
¿Qué opina del manejo que se hace de la publicidad estatal? Se dice que el Estado beneficia con ésta únicamente a medios que le son afines...
Es un absoluto abuso porque esa publicidad no es de carácter particular de un gobierno. Las obras públicas son obras del país y eso se debe divulgar a través de todos los medios.
La publicidad oficial siempre fue dirigida, pero creo que eso es un gran abuso. El Estado se confunde con los medios como si fueran partidos políticos, y entonces utilizan (la publicidad estatal) como chantaje para que los medios hagan lo que el poder determina.
¿Qué opina de que los medios, en general, continúen priorizando temas políticos, económicos o incluso de crónica roja y dejen de lado temas que afectan directamente al ciudadano?
La política y economía son sumamente importantes. En la época dictatorial, las noticias del plano político estaban en primer lugar. Ahora bien, es cierto que a veces hay noticias estupendas en el país y que no son privilegiadas por los medios, ya que justamente priorizan los aspectos negativos que a veces no siempre son una buena escuela de enseñanza para el país, especialmente la crónica roja.
Justamente, ¿qué opina del hecho de que la crónica roja sea uno de los ejes más explotados por los noticieros de la televisión?
En algunos medios se han llegado a unos extremos que debieran corregirse. A veces uno está a la hora del almuerzo con la familia y se están mostrando cadáveres o se está señalando que hubo violaciones, cuando todos esos temas deben presentarse en otros horarios. Pero eso nace de la política de cada medio.
Todas estas cosas hoy se muestran con más realismo que antes. Son hechos que deben publicarse, pero deberían hacerse con la responsabilidad que corresponde. El problema no es decirlo, sino cómo se lo dice o se lo plantea.
Usted preside el Comité Nacional de Ética, ¿cómo ve al periodismo boliviano en este tema?
La ética es un aspecto muy amplio que tiene que ver con la formación y la responsabilidad de los periodistas. Mi concepto de ética abarca incluso hasta el vocabulario que se usa. Me preocupa mucho, por ejemplo, que en los medios se utilicen frases como: Tal club "a la cabeza de su presidente”, o cuando se abusa del condicional. Falta precisión.
Por otro lado, quienes están en los medios radiales se explayan en adjetivos, a veces malas palabras. No sé si se creen modernos o sin complejos, pero creo que hay muchas personas en el país, si no la mayoría, que quiere que las cosas se traten con respeto y responsabilidad.
Ahora bien, el Tribunal de Ética, en cinco años, ha resuelto más de 50 casos de diferentes aspectos, donde tanto la opinión pública como algunos periodistas han recurrido.
Creo que finalmente hemos logrado que la autorregulación sea una realidad en el periodismo boliviano. En todos los regímenes dictatoriales y democráticos siempre ha habido la tentación de controlar el trabajo periodístico, pero la autorregulación significa que seamos los propios periodistas los que nos demos las normas que regulen nuestro trabajo.
¿Qué representa para usted haber ganado el Premio Nacional de Periodismo?
Para mí, significa el corolario de un trabajo donde se ha persistido y se he trabajado más de 50 años. Actualmente presido el comité gestor del Consejo Nacional de Ética que ha sido la instancia creada con mucha responsabilidad por todos los sectores de la comunicación social en Bolivia.
Hoja de vida
Mario Maldonado
Nació en La Paz, en 1937. Estudió en el colegio Germán Busch.
Labor Trabajó en el desaparecido diario Presencia por 36 años. Inició como redactor y más tarde llegó a ser colaborador de Huáscar Cajías, quien entonces era director de ese medio.
"Es cierto que a veces hay noticias estupendas en el país y que no son privilegiadas por los medios”.
"Finalmente hemos logrado que la autorregulación sea una realidad en el periodismo boliviano”.
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