Todos juntos. Marge, Homero, Bart, Lisa y Magui se convirtieron en íconos culturales.
La familia más loca de la Tv, Los Simpson, finaliza su temporada número 21. El canal Fox emitirá el último capítulo mañana, a las 20.30, con las estrellas de American Idol como invitadas.
Simon Cowell, Ellen Degeneres, Randy Jackson, Kara DioGuardi y Ryan Seacrest —ex jurados del reality musical estadounidense—darán su voz a sus propios dibujos animados en una nueva aventura en Springfield. Esta vez, Moe organizará un certamen musical y contará con los mejores para elegir a una nueva estrella de la canción.
Con ese episodio, Los Simpson despedirán su temporada 21, en la que no faltaron innovaciones como el debut de un nuevo héroe, llamado Everyman; un homenaje a Alfred Hitchcock, el maestro del terror. Además, Marge se convirtió en símbolo sexual y Homero ganó la lotería y contrató a la banda Cold Play.
Y mientras alistan la despedida del ciclo, los productores ya tienen lista la temporada 22 de Los Simpson. Su reto es mantener a la serie en el horario estelar que domina desde hace dos décadas. Polémica y divertida, el programa de la familia de Homero y Marge Simpson es una sátira a la clase media en Estados Unidos.
La trama se desarrolla en Springfield, hogar de todos los personajes, donde los políticos son corruptos, los sacerdotes son indiferentes y los policías, incompetentes. Aun así, éstos se han convertido en íconos globalizados de la cultura popular.
Nada es casual en el programa. Que Homero trabaje en una central nuclear permite tocar temas sobre el medio ambiente. Ver cómo Bart y Lisa crecen, da a los guionistas la oportunidad de tratar asuntos controvertidos de educación.
Aunque cuenta con millones de fans, la serie también tiene detractores que critican el lenguaje y los modales de los personajes y la violencia de algunos episodios. Con estos argumentos, en Venezuela se sacó a Los Simpson del aire y en Argentina un capítulo que hacía referencia a Juan Perón fue censurado.
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