En la última sesión de su Asamblea semestral, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) publicó sus conclusiones sobre la situación del periodismo en el continente. La SIP señaló a México como el país más peligroso para el ejercicio de la profesión y situó a otros seis en la lista negra de la libertad de prensa: Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Cuba.
La SIP apuntó que ‘las reiteradas promesas de distintos presidentes para federalizar esos crímenes no se han cumplido y continúan sin ser consideradas por el Congreso’, que el crimen organizado se extiende por el país azteca a otros países y que el periodismo enfrenta leyes restrictivas y acciones que parecieran un plan estratégico para poner fin a la prensa independiente.
‘Las acciones violentas del crimen organizado cobraron las vidas de cinco periodistas —tres en México, uno en Paraguay y uno en Honduras—, mientras que otro reportero mexicano permanece desaparecido’, leyó en las conclusiones de los últimos seis meses el editor del semanario Búsqueda de Uruguay, Claudio Paolillo.
Detalló que tanto en México como en Honduras, diversos grupos de medios de comunicación suscribieron acuerdos para dar tratamiento especial a las noticias del narcotráfico. ‘Pero la mancha del crimen organizado, tanto de las bandas de narcos, como de grupos guerrilleros y paramilitares, se está expandiendo a otros países como Brasil, Colombia, Paraguay, Perú y las naciones de Centroamérica, donde las continuas amenazas proferidas contra periodistas levantan el riesgo de que se imponga la autocensura’, se afirmó en las conclusiones.
En naciones como Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Guyana ‘son frecuentes y reiteradas las campañas de desprestigio de los presidentes contra medios y periodistas’, destacó el periodista. El reporte criticó además la distribución arbitraria de la publicidad oficial y el empleo de los organismos de control fiscal para frenar la opinión disidente en Argentina, Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Guatemala.
La SIP rechazó, asimismo el premio de periodismo a Chávez, alertó sobre Colombia y respecto a Cuba, concluyó que ‘la liberación en Cuba de todos los periodistas encarcelados en 2003 no mejoró la situación. Todos fueron desterrados y, dentro de la isla, se mantiene sin cambio alguno la utilización de los medios estatales como instrumentos de propaganda, de acciones represivas contra los intentos de informar de modo independiente y las operaciones de los órganos de inteligencia para bloquear y silenciar a las voces discordantes’.
La organización publicó sentencias, leyes y proyectos de ley que afectan a la libertad de expresión en Estados Unidos, El Salvador, Colombia, Nicaragua, Paraguay, Chile, Perú, Jamaica, Bolivia, Brasil, Uruguay y Canadá, y recordó las palabras de su presidente, Gonzalo Marroquín, al respecto: ‘Las leyes restrictivas en materia de libertad de prensa y los ataques verbales son una práctica que se repite de un país a otro y parecen ser parte de un plan estratégico para ir terminando con la prensa independiente, para acabar con su credibilidad’.
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