Esta nota es el resultado de la arbitrariedad judicial que se observa hasta en el campo del periodismo deportivo, arbitrariedad que linda en el abuso del poder de alguna dirigencia deportiva, que parece constituirse en una suerte de emperadores intocables, al extremo de que utilizan a la justicia ordinaria, manejando irregularmente el procedimiento legal correspondiente.
Nos referimos a las actitudes últimas ocurridas en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde el periodista deportivo Juan Pastén Peñafiel ha sido objeto de aquella arbitrariedad que no tiene nombre en el campo de la justicia y el derecho, sino más bien en una mala praxis procesal, al extremo de que con una simple fotocopia se pretendió aprehender a dicho profesional de la comunicación, incurriendo en el desconocimiento de lo dispuesto por el Art. 23-III) que se refiere al mandamiento emanado de autoridad competente, pero de ninguna manera una simple fotocopia, así como en la previsión del Art. 270 del Código Penal.
A quienes fueron los autores de tamaña desfachatez, que por lo demás no se identificaron, se les debe aplicar las sanciones punitivas pertinentes, porque no solamente que suplantaron a la autoridad sino que fueron más allá, agredieron físicamente, cuando la brutalidad está prohibida por la propia Constitución Política del Estado, ya que degeneró esa agresión en tortura y en trato cruel prohibido por el Art. 15-1 y el Art. 15-2) de la Carta Constitucional.
Finalmente, se obvió la vigencia de la Ley de Imprenta y la intervención de autoridad judicial sin la debida competencia, lo que significa que incurrió en el delito de prevaricato, sancionado y penado por el Art. 173 del Código Penal.
Queda a la víctima, en este caso el periodista deportivo Juan Pastén Peñafiel, el uso de aquellas normas legales que nos permitimos citar.
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