Poco temeroso a presenciar hechos sangrientos y visitar la morgue, Wilfredo Cacho Ordóñez, conductor de los programas de crónica roja Metropolicial y Telepolicial, asegura que es inevitable sentir el dolor ajeno cuando informa acerca de hechos relacionados a la muerte, la impunidad y el crimen.
“Es doloroso dar noticias acerca de asesinatos a niños, sentimos el dolor ajeno”, asegura el periodista especializado en el área policial desde hace más de 28 años.
Desde muy joven, Ordóñez tuvo la inquietud de trabajar en la televisión y mostraba sus primeras habilidades cuando era elegido como “maestro de ceremonias” de las horas cívicas de su colegio.
En ese camino, fue invitado a conducir un programa de radio y trabajó en la emisora Nueva América. Luego, en 1983 fue convocado por el compadre Carlos Palenque e ingresó para trabajar en Metropolitana.
Recuerda que en la primera entrevista de trabajo que sostuvo con el compadre, éste le preguntó cuánto ganaba y le ofreció un sueldo superior.
Ordóñez aceptó la propuesta y también la idea de emprender el proyecto del Metropolicial, el primer programa de radio especializado en crónica roja o policial.
No fue fácil asumir la conducción del programa por las críticas de los otros medios de prensa debido a que se abordaban temas relacionados a asesinatos, violaciones y accidentes de tránsito. Además, tuvo que enfrentar el limitado acceso a las fuentes policiales. “No querían dar declaraciones, pero ahora nos invitan para hacer coberturas”, comenta el periodista.
Cada día, el Metropolicial ganaba audiencia y en 1987 Palenque y Ordóñez decidieron lanzar el programa en televisión y así nació El Telepolicial.
Ese hecho, según Ordóñez, marcó un hito en la televisión nacional porque es el primer programa de crónica policial en Bolivia. “Era un espacio ausente en la producción nacional, pero ante todo era urgente informar a la gente sobre hechos que les afectan a diario, como la inseguridad”, dice.
Recuerda que las primeras coberturas fueron complicadas porque tenía que visitar la morgue, entrevistar a los delincuentes y lo más complicado era hablar con los familiares de las víctimas. Confiesa que sus estudios en la carrera de derecho, en especial las clases de criminología, también le sirvieron de mucho para desempeñar su trabajo.
En el ajetreo diario del oficio, también tuvo que lidiar con las amenazas y agresiones de algunos delincuentes.
A pesar de eso, Ordóñez dice que le apasiona su trabajo y se siente recompensado cuando en la calle la gente lo saluda con cariño e incluso algunos le dicen “Tío Cacho”. (Anahí Cazas)
Auto perfil
Vida Nació un 26 de agosto. Vive en la zona de Gran Poder y baila morenada desde hace17 años.
Personalidad “Soy una persona alegre, folklorista y apasionada por su trabajo. Me gusta servir a la gente y ayudar en todo lo que se pueda”.
Tiempo libre “Me gusta escuchar música y ver noticias por cable”.
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