Al partido Republicano no le ha hecho ninguna gracia encontrar la cabeza del expresidente George W. Bush, o mejor dicho su réplica, empalada en una secuencia de la primera temporada de la serie Game of Thrones, producida por HBO.
La toma en cuestión pertenece al último capítulo, cuando el joven Joffrey (heredero del Trono de Hierro) obligaba a su prometida Sansa (la hija mayor de la Casa Stark) a observar una serie de cabezas que había mandado cortar. Los creadores de la serie, David Benioff y D. B. Weiss, han reconocido que se percataron del parecido del molde con la cara de Bush una vez grabada la secuencia, pero la falta de presupuesto no les permite crear cada una de las cabezas. “Así que alquilamos las prótesis. No podemos permitirnos el lujo de hacer todos desde cero, especialmente en las escenas en que necesitamos muchas”, aseguraron.
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