— ¿Se estrena de cantante?
— Sí, con la sorpresa de que sacamos un disco. Salió apenas hace dos días, se llama El Gori Gori y está en primer lugar en descargas digitales en música mexicana. A mí me dio mucha risa porque había mucha expectativa y mucha crítica ya que decían que si yo soy actor y locutor, pero no cantante, por qué me atreví a sacar un disco.
— ¿Por qué se atrevió?
— Me atreví por sacar algo diferente. Sé que mi valor agregado no es la voz, pero hicimos un disco con mucho cariño y que hace homenaje a los grandes del cine mexicano que eran comediantes y que también cantaban como Tin Tan.
— Actor, productor, cantante, presentador... Usted se mete a hacer de todo.
— Soy hiperactivo, no me gusta estar haciendo una sola cosa, me aburro rápido. Gracias a Dios no me pasa lo mismo con mi esposa (sonríe) porque estoy muy enamorado.
— ¿Por qué escogió el género de la comedia?
— Me encanta hacer reír, hacer feliz a la gente; creo que esa es la misión de mi vida.
— ¿Por qué escogió la carrera de la actuación?
— Yo creo que ella me escogió a mí. Desde que tengo memoria recuerdo que me gusta ser causante de risas. Mi papá me juntaba en la sala con amigos y me decía: “Haz cara de tigre remojado”. Y cuando la hacía, todos se morían de risa. Gracias a Dios hasta la fecha lo sigo disfrutando e hice de mi pasión mi profesión.
— ¿Su filosofía de vida?
— Todos tenemos la capacidad de ser felices, pero hay personas que prefieren conectarse con la negatividad. Tengo muchos defectos, pero siempre le veo el lado bueno a las cosas y por eso creo que la vida me sonríe.
— ¿Cómo fue su vida antes de ser un rostro conocido?
— Yo trabajaba de repartidor de pizzas, de taquero, de ayudante de cocina, de jardinero, de lavacoches desde mis 15 años, pero siempre con el sueño de hacer películas y trabajar en televisión. Fue la causalidad, más que la casualidad, lo que me llevó a trabajar en una radio en Chiguagua y allí nacieron todos mis personajes, me dije que quería más y por ello me mudé a México (DF), donde pasé complicaciones.
— ¿Como cuáles?
— Recuerdo que no tenía dinero, no tenía trabajo, lloraba en las noches y me arrepentía de haberme ido de mi ciudad. Pero finalmente, después de unos meses de sufrir, llegó la oportunidad de trabajar en Telehit y ahí la vida me sonrió. Hay una frase que dice: los milagros comienzan donde tu zona de confort termina.
— Y usted la dejó...
— Eso es lo que hice, estaba más cómodo en Chiguagua y quizás me hubiera quedado ahí, pero si quieres algo más, debes arriesgarte a salir de esa zona de confort y es cuando suceden las cosas.
— ¿Pensó que sería famoso?
— Sí, la verdad sí lo pensé y estoy convencido de que si no lo piensas, no sucede. Las cosas siempre pasan dos veces, primero en tu cabeza y luego en la vida real. Por eso ahorita no me pongo a ver lo que he logrado o dónde estaba, prefiero siempre pensar que estoy empezando y que hay nuevos retos.
— ¿Piensa dejar su zona de confort ahora en la Tv y en la radio?
— Ahora mismo estoy grabando una película en EEUU, de bajo presupuesto, en inglés y ni siquiera mi inglés es muy bueno (sonríe). Luego salió otra película donde también pagan muy mal y estoy aquí solo, nadie me pela (me hace caso), pero sé que estoy sembrando una buena semilla.
— Entonces, cuando le tocó ser Po de Kung fu Panda, se sintió muy cómodo...
— Sí, yo entrené karate 15 años y hacer esta película animada fue bueno. La primera parte me abrió la puerta para ir a Cannes, ahí conocí a Jack Black y pude sentarme al lado de Brad Pitt y Angelina Jolie. Luego llegó la segunda parte y creo que se viene la tercera.
— ¿Y la Tv dónde queda?
— La televisión me gusta, te da fama, pero el cine te inmortaliza y es algo más sensible, además tienes tiempo de perfeccionar los personajes. No discrimino a la televisión, pero ahora quiero que mi carrera se perfile para el lado del cine.
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