Mientras pasan los comerciales en la televisión, corre para que la cambien de vestuario y se pierde detrás del set. En cuestión de segundos ya está de vuelta. Se incorpora a las luces, se para firme y después del “3, 2, 1” saluda a sus televidentes.
La miss Bolivia 2005, Desirée Durán, tiene una cualidad muy singular que encanta, enamora, ‘embruja’. Es un torbellino de mujer. Quizás el ser original, creativa y entusiasta la llevó a convertirse en poco tiempo en uno de los rostros más frescos y bellos de la pantalla chica en Bolivia.
En los cuatro años que lleva como conductora de En hora buena demuestra que puede gozar de una gran calidez y solvencia para hacer girar las cámaras y que solo la muestren a ella. Eso sí, cuidando mucho que el ego no se sobreponga para nada.
Siempre está atenta a todo y jamás pierde la sonrisa, esa misma que le ayudó a ubicarse entre las 10 más bellas del Miss Universo. Nos atendió ayer, cerca de las 12:00. Y cuando apretamos el ‘rec’ de la grabadora ella volvió a hacer lo suyo, envolver con su encanto y dulzura.
- Tenés dos programas en la TV y seguís haciendo trabajos como modelo... ¿creés que este fue tu año?
- ¡Ay! Dios quiera que de aquí a unos diez años más sea el año de Desirée. Lo único que quiero es seguir trabajando. No solo me apasiona estar en la tele, sino que también disfruto estar en contacto con la gente y la mejor muestra es que ellos te sigan aceptando y te demuestren su cariño.
No sé si será mi año, pero recibí muchas bendiciones de Dios y la oportunidad de seguir trabajando. Es lo único que deseo.
- ¿Facturás bien?
- (Risas) ¡Ando con problemas con Impuestos! (bromea). Me considero afortunada en ese punto porque gracias a Dios las empresas han confiado en mí. Creo que sí, es muy diferente comparar lo que se vive en nuestro medio con modelos de otros países, pero me va bien.
- ¿Es un sí?
- Me va bien (risas).
- Eso significa que sos exitosa económicamente...
- Todos los días voy en busca del éxito, no solo como profesional, si no también como madre. Lucho para llegar al éxito económico y todo va sumando.
- ¿Cuál es el rating de Desirée?
- ¡Ay! No sé. No me pongás en números, pero por ejemplo se pudo medir el rating con la feria (Expocruz), donde la gente hacía fila para entrar en mi estand.
- ¿Es cierto que jamás llegás temprano a los lugares?
- ‘¡Ciertísimo!’. Salvo mi trabajo como maestra de ceremonias. De noche, de día, siempre llego tarde (risas). Al canal llego relativamente temprano. Soy lo más vueltera que existe en el mundo. Si me das un rimel, voy a pasar dos horas con él en mis pestañas y si me lo dejás olvidate, me lo tenés que quitar.
Entro al set y todavía me siguen haciendo los rulos, me acomodan el cinturón, me retocan el brillo que me lo puse mal... Es impresionante ver a todos a mi alrededor.
DESIRÉE AL DESNUDO
- Acabás de posar para Leo Ville, ¿De qué se trata tu nuevo trabajo?
- Es un calendario para la clínica estética Al Siluet, de la que soy la imagen para el próximo año.
- Hay una foto donde solo estás envuelta con unas hojas...
- ¡Ah! ¿Vieron esas fotos? ¿Por qué?
- ¿Estabas desnuda?
- No, no, no, no. Tenía la misma malla que utilicé en la foto del vestido, que en realidad eran telas y telas armadas en mi cuerpo. La base era un body, que ayudaba a poder crear esa imagen de mostrar piel, sin hacerlo.
- ¿Alguna vez vamos a tener un desnudo?
- No lo hice en mi época de modelo... dicen que nunca hay que decir nunca, ¿no es cierto? Siempre voy a respetar el trabajo de otras modelos que tiene que ver con el tema del desnudo, pero no lo veo conveniente.
Creo que cada uno va creando su estilo en distintas áreas y nunca me he visto enmarcada en eso. Hice una vez un trabajo para Paceña donde me tapaba con un sombrero y quizás fue lo más osado que he hecho. Costó meses y meses que me convencieran, porque puedo andar de biquini en la piscina, pero es diferente en el trabajo que uno muestra. Estoy en un programa familiar y quizás no sea lo adecuado.
- Y si te hicieran una propuesta para un desnudo...
- ¿Una propuesta? ¿De cuántos millones estamos hablando? (Risas). Dicen también que todo tiene su precio...
- ¿Tiene un precio el desnudo de Desirée?
- No tiene.
FRENTE AL ALTAR
- ¿Cuándo te vas a casar?
- (Muecas) ¿Cuándo me voy a casar?...
Ocurre un largo silencio y después rompe en risas. Mira a su colega de trabajo y le pide: “Andrés (Barba), ¡vení sentate! Esta es la pregunta seis, soplame, ¿qué respondiste vos?
Y por fin dice: cuando Dios lo disponga. Siempre lo he dicho, respeto y sé que es una parte fundamental en la vida de toda persona... La bendición de Dios en el tema de la vida de pareja, el formalizar el matrimonio... creo que es lo que te permite tener una vida familiar plena, entonces no te puedo dar fecha, pero sí está en mis planes.
- Con mucho respeto, eso significa que te gusta vivir en concubinato...
- La palabra concubinato ya es fea. Cuando la gente me pregunta de esto, no respondo directamente. Hay muchas personas que se animaron a vivir con su pareja, sin ningún tipo de papel de por medio, y no es que todo el tiempo estén pensando en decir: “¡Ah! Sí, vivo en concubinato”. No es la respuesta, es algo mucho más natural.
- Entonces, ¿en qué vive Desirée Durán?
- En armonía, paz y felicidad, basada en que se puede creer en el amor, en la oportunidad de tener una vida en pareja.
- ¿Cómo va tu relación con Rony Suárez?
- Te cuento que bien, ¡gracias! La relación que hemos llegado a formar, en base a mis hijos, es importante para mí. El poder tener ese triángulo perfecto (padre, madre e hijos) es clave.
- ¿Vas a tener más hijos?
- No. Con seguridad puedo decir que ya no voy a tener más. Es más difícil preparar a los niños para lo que vivimos ahora. Quiero darles lo mejor, protegerlos y también prepararlos para que se cuiden. Estoy feliz con los tres y quiero que se quede ahí, dos o tres más sería complicado; me llenaría de temores. Sus retoños son Rony (5) , María Agustina (4) y María Victoria (2).
DE NIÑA A MUJER
- ¿Qué queda de la Desirée que hizo vibrar a Bolivia al ubicarse favorita en el Miss Universo 2006?
- Te lo aseguro que la esencia sigue, pero se aprende muchas cosas, vas madurando. En esa época salís al mundo que te pintan en los cuentos de hadas y vas descubriendo la realidad. Creés que las personas pueden ser buenas. Sigo siendo una niña soñadora, creo en la buena fe de las personas.
- Esa vez muchos dijeron que te iría mejor si te quedabas en Los Ángeles...
- ¿Qué pasó?, me vas a decir ¿no? Es ahí donde digo que Dios tiene un plan para todos nosotros. Pude haberme quedado, era un mundo tan raro, que te absorbe. Fui a los estudios Universal, compartí con muchas personalidades y hasta querían que modelara en Alemania.
¡Estaba ahí! ¡En Los Ángeles! Pero no hice ni siquiera el intento para cambiar mi boleto del vuelo, porque tenía que volver, hablar con la prensa y cumplir con el contrato de Promociones Gloria.
- Para el Miss Universo pesaste 50 kilos, ¿hoy cuánto es?
- No vivo presionada por mi peso, no es que tenga una balanza en mi casa... bueno, tenía pero mis hijos la fregaron (risas). No es que todas las mañanas me levante y me pese. Me he mantenido entre 55 y 57 kilos.
- En Argentina Susana Giménez es la diva de la TV, ¿vos te ves como la Susana boliviana?
- (Risas) Me faltan unos cuantos añitos. ¿Sabés qué me llama la atención? El hecho de que la gente aprecia el tema de la experiencia, del profesionalismo y de los años en que se mantuvo vigente en el programa. Espero poder llegar a hacer lo que ella ha hecho, porque aquí, dentro de nuestra sociedad, el tema de la TV es más traicionera, porque van pasando los años y te van descartando de diferentes opciones...
- Y hay que procurar estar vigente... ¿Cuál es tu clave para eso?
- Disfrutar de lo que uno hace, porque cuando disfrutás, querés innovar y te metés cien por ciento al trabajo. No hay más ciencia.
- ¿Cuán ciertos son los rumores acerca de tu relación con tus colegas de En hora buena?
- No te puedo decir que sea común y corriente, porque va más que eso. Con Sandra nos conocemos hace tiempo, con Yankel también y con Andrés somos grandes amigos. Más que colegas somos amigos. Hemos tenido altos y bajos, pero nada más.
Cara a cara con la cocina y el peso
- ¿Cocinás como lo hacés en tu programa de fin de semana?
- Sí, no soy chef profesional, pero sé hacer todo lo que un ama de casa hace.
- ¿Cómo se hace para mantener una figura como la tuya?
- Desde que tuve mis hijos cambió mi organismo. ¡Me encanta comer de todo!, ¡comida chatarra y de todo! Sé que es necesario tener una buena alimentación, no por estética, sino por salud, porque pasan los años y el cuerpo te pasa la factura.
El único ejercicio que hago es estar con mis hijos. Juego con ellos como si tuviera cinco años, no hago absolutamente nada, pero no soy sedentaria. Vivo activa y no me privo de nada.
- ¿Cómo te alimentás?
- Desayuno muy bien. Por tradición tomo avena y me encanta. Me como tres sándwiches de jamón y queso y salgo volando de mi casa. Como algún bizcochito y en el canal hubo una temporada en que pedíamos sopa de maní con Yankel.
Recién almuerzo por la tarde. ¡Y ni te digo qué es! Algún pollo a la broaster o cualquier comida chatarra porque me encanta. De madrugada voy y busco a la heladera lo que sea, soy más de lo salado, que de lo dulce. Dame arroz y voy a ser feliz toda la vida.
- Un plato que te salga superbien...
- ¡Majadito! (risas).
- ¿Qué auto manejás?
- Un Nissan 2008, me lo compré tres días antes de la feria.
- Sos un peligro al volante...
- ¡No! Para nada, me dicen Hamilton Durán (risas).
- ¿Te gusta darte el lujo en tu casa o en el colegio de tus hijos?
- Uno trabaja para la educación de los hijos. No soy una mujer de lujo, pero me gusta vivir bien. No soy excéntrica para vestir, pero soy amante de la ropa y de los zapatos. No gasto la plata que no tengo, no me excedo y no compro cosas que no puedo pagar, siempre todo dentro de mi realidad, eso me lo enseñó mi mamita (Edy Morales).
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