Enrique Salazar: «Aclaro: no me arrepiento de nada»

Que no me pierda cumple nueve años al aire, tiempo suficiente para haberse convertido en un referente de la televisión nacional. Con un estilo frontal a la hora de conducir, su director ha sabido ganar adeptos y críticos por partes iguales. El periodista cruceño se explaya en esta entrevista

- ¿Cómo evalúa estos nueve años de Que no me pierda?
- Muy positivos. Hemos ido corrigiendo errores. Cada vez uno es más consciente de la importancia que tiene el periodismo. A medida que pasa el tiempo uno va evolucionando, empieza a madurar. Sabe qué es lo mejor para la ciudadanía. Hemos tenido un crecimiento de lo que significa el periodismo en la sociedad, sin descuidar lo que a la gente le gusta ver y escuchar, y también aprovechar el espacio para hacer la ayuda social, sin compromiso.

- Usted siente que ha crecido profesionalmente, ¿En qué aspectos puntuales?
- Sí. Todo es un proceso, y estos años me han servido para mejorar en todos los aspectos. Observar mejor lo que la ciudad necesita. Uno aprende de los invitados, de la gente que lo rodea. Desde que me inicié he cambiado mucho, para bien.

- ¿Cuál ha sido su mayor logro en este tiempo?
- Que mi programa sirva de termómetro de lo que pasa en el ámbito local y nacional. Somos uno de los más vistos y eso es un gran compromiso. La competencia es muy dura, hemos sabido posicionarnos y somos respetados.

- Su programa es uno de los más vistos, pero también uno de los más criticados. ¿Por qué cree que sucede esto?
- Porque soy polémico. Esa es la verdadera razón. Aquí viene la gente y hablamos de todo, yo pregunto de todo. Porque pienso que así es como uno llega a alguna parte y puede hacer algo en la televisión. Mucha gente quiere venir a mi programa porque le gusta como lo manejo.

- Una de las críticas es el mal trato que da a sus invitados ¿Sucede así?
- Sí, seguro. Lamentablemente ese es uno de los errores que siempre cometo. Es uno de los puntos que debo mejorar y es lo que estoy tratando de hacer. Sé que a veces me enojo, pero es porque siento que los invitados no son sinceros. Muchos me criticaron por la vez que vino Azkargorta al programa, pero mis preguntas fueron bien intencionadas y bien dirigidas. También está el caso con el cantante Américo y otros. Me excedo, pero aclaro: no me arrepiento de nada.

- ¿Cree que salió mal parado en la entrevista que le hizo a Xabier Azkargorta?
- No, para nada. Si fue él el que empezó a comportarse de manera infantil. Yo estaba tranquilo. Quería aclarar cosas, decirle que si venía que trabaje y no se lleve la plata así nomás.

- ¿Cuál considera que es el nivel de la televisión boliviana en la actualidad?
- En el aspecto tecnológico ha mejorado mucho. Lo de las redes sociales ayuda para que las noticias lleguen mejor y haya más respuesta del público. A nivel de calidad se ha estancado. Debemos mejorar. Eso se da en parte por las leyes que dicta el gobierno. Creo que la Ley Contra el Racismo ha perjudicado mucho porque es un arma de doble filo. Si bien se avanzó en cuanto a luchar contra la discriminación, uno casi no puede expresarse porque todos buscan el doble sentido a lo que uno dice y de ahí surgen los problemas.

Pin pon

Una entrevista: Es difícil escoger una, porque todas las noches tengo una diferente y todas me gustan, pero disfruto las que tengo con el ministro Juan Ramón Quintana.

Un sueño: Ser útil a la sociedad desde el lugar en que me encuentre, seguir ayudando a la gente y llegar a mejorar la televisión.

Una canción: Me gusta mucho De niña a mujer de Julio Iglesias, soy muy romántico.

Una película: Una propuesta indecente.

Un libro: Como periodista uno va leyendo un poco de aquí y otro poco de allá, pero La tiranía de la comunicación de Juan Ignacio Ramonet siempre lo releo.

Un amigo: Con el tiempo y el trabajo uno va perdiendo amigos, así que prefiero nombrar a decir mi hijo y mi padre.

Un político: Siempre me gustó Jaime Paz Zamora con sus errores y aciertos.