Es presentadora de Mujeres como vos en Megavisión, un programa destinado al público femenino y a la familia. Desde hace cuatro años acompaña al público por las tardes, de lunes a viernes. Es cruceña y aunque estudió Administración de Empresas, su camino ha sido el de los medios de comunicación.
¿Cómo ingresó al mundo de la televisión?
Uno de mis recuerdos de infancia es que mi padre madrugaba para leer el periódico y cuando yo despertaba e iba a saludarlo me pedía que le leyera el periódico en voz alta como si lo estuviera haciendo para un noticiero. Además que en cada reunión familiar mi papá decía: ‘Romy va a dar sus palabras’ o ‘Romy quiere decir algo’.
Años después me hicieron una entrevista y el dueño de ese medio me preguntó si yo estudiaba periodismo, por la facilidad de palabra que tenía.
Al día siguiente me invitó a participar en un casting para el noticiero. La verdad es que no me animé, pero entonces personalmente el dueño y su esposa se comunicaron con mis padres para pedir que por favor asista al segundo casting.
Sinceramente podría decirles que fue por cumplir con la invitación ya que nunca se me había pasado por la cabeza trabajar en televisión.
Cuando asistí me pidieron que lea el periódico y lo hice como mi papá me enseñó. Desde ese momento me hicieron parte del medio y empecé a trabajar como la nueva imagen.
¿Qué ha aprendido de su experiencia como presentadora?
He aprendido que los presentadores tenemos un gran poder de influencia en las personas, depende de la calidad de persona que somos para llegar como influencia positiva o negativa al público.
En mi caso trabajo para llegar con el mayor positivismo a la mujer y a la familia y enseñarles a afrontar cualquier circunstancia u obstáculos en la vida de la mejor manera, sin tirar nunca la toalla, porque los obstáculos son situaciones que nos ayudan a crecer como personas.
Vivió y trabajó en EEUU, ¿cómo fue?
La experiencia de vivir y trabajar en el exterior fue difícil en un principio porque yo siempre fui muy apegada a mis padres, a mis hermanos y a mi hogar. Pero mis padres en ese momento me dijeron que la mejor forma de crecer es comenzar desde cero, entonces gracias a ellos y de sus palabras fue que aprendí a ser independiente, paciente, a desarrollar mis capacidades y a valorar más lo hermoso a mi querida Bolivia.
Allá en Estados Unidos aprendí que las personas valen por lo que son y por sus capacidades y no por su aspecto físico o material, como ocurre en algunas empresas locales, donde lo primero que ven es la fotografía.
¿Por qué volvió?
Mi mundo y mi vida eran mis padres y a pesar de que siempre venía a visitarlos y hablaba con ellos todos los días y después de haber pasado una vacación maravillosa de casi seis meses acá, una semana después de retornar a Estados Unidos recibí una llamada en la que me informaron que mi padre se encontraba delicado de salud y tuve que volver rápidamente para estar con él y mi familia.
Fue duro porque a pesar de que hicimos todo lo posible terminamos perdiendo a este ser tan amado, entonces fue ahí que tomé la decisión de volver. Mi mundo era mi padre y él en vida siempre me encargó que nunca deje sola mi madre.
Regresó sin su esposo.
Sí, pero eso no afecta nuestra relación, más bien la fortalece. El amor a distancia sí funciona y es la prueba de amor más fuerte ya que uno al ser parte de esta experiencia se da cuenta de que cuando el amor es verdadero ni la distancia puede romper esos lazos y la necesidad de ser uno solo.
Háblenos de su matrimonio.
Mi esposo, Carlos David Lino Castellanos, es el gran amor de mi vida. Enamoramos durante seis años, de los cuales cuatro años estuvimos juntos en Santa Cruz y dos mantuvimos una relación a distancia ya que él por motivos de estudios y trabajo se fue a Nueva York.
A pesar de estar dos años distanciados nuestra relación siempre se mantuvo vigente.
Al tiempo llegó de sorpresa en complicidad con mi familia a pedirme matrimonio. Hoy formamos una bella familia junto a Adrianita, nuestra pequeña hija de 6 años.
Nosotros al momento de casarnos fijamos nuestra residencia en Nueva York.
Gracias a su carrera y a su mérito profesional el reside en Washignton desde hace dos años.
Así que mantenemos nuestra relación a distancia, aunque para nosotros no es un inconveniente ya que estamos en contacto diario; incluso hay fines de semanas que el viene a vernos o nosotros vamos a encontrarnos con él, en nuestra casa de Washignton que con mucho sacrificio y trabajo ambos logramos comprar.
En Santa Cruz, se siente realizada haciendo televisión?
Soy feliz con el programa Mujeres como Vos porque todos los días tenemos a sicólogos, motivadores, terapeutas familiares y de parejas, expertos en relaciones padres e hijos, entre otros profesionales; si bien no hay una escuela para ser buenos padres, buenas esposas y buenas personas, en el programa nos encargamos de tener siempre buenos consejeros familiares y espirituales que sirvan como guía para todas aquellas personas que quieren fortalecerse
¿Cuál es el concepto que tiene de las mujeres bolivianas?
Las mujeres bolivianas luchamos contra viento y marea por nuestras familias, somos trabajadoras, emprendedoras, buenas madres.
¿Qué le inspira de ellas?
Saber que hay muchas mujeres que están pasando por momentos muy difíciles y que necesitan una mano amiga.
¿Con qué palabra se define?
Me defino con la palabra optimismo. Busco siempre lo óptimo en todo, lo mejor.
¿A quien admira?
A mi mamá, Miriam Montalván, siempre quiero ser como ella.
¿Sus planes?
Seguir haciendo televisión.
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