Dos casos de periodista que denunciaron el manejo político en los medios de comunicación dentro de la actual coyuntura del “proceso de cambio”, vuelve a poner en el tapete el debate sobre la relación de la prensa y el poder. Al menos tres redes nacionales de televisión habrían pasado a control de régimen provocando reacciones encontradas.
Las pantallas de televisión se convirtieron por vez primera en una plataforma de discusión entre periodistas y al vivo. Sucedió el jueves en la red ATB, cuando los experimentados periodistas Jaime Iturri y Ramón Grimalt discutieron por el criterio de la verdad “medios y política”. El primero dijo que se debe defender ante todo “la justicia social”.
Grimalt le refutó y pidió una explicación sobre esa aseveración, añadiendo que “hay que despojarse de la carga política”, pero fue más allá y sindicó al exdirector del Extra, actual director de contenidos de la citada red, de tener “un discurso que es funcional a un partido político”.
Iturri habría señalado, según lo expuesto por su colega de trabajo, que “el proceso de cambio es el único camino” y le reprochó esa postura política, mientras el aludido dejaba el set en vivo y directo.
“Estoy seguro que si sigo hablando me quedo sin trabajo”, finalizó Grimalt antes de que la anonadada compañera de set mande a la pausa en plena “víspera” del Día del Periodista que se conmemoró ayer 10 de mayo.
Este no es el único caso, pues la expresentadora de la red PAT, Carolina Kempff, presentó su renuncia argumentando que ese medio de comunicación optó por una línea política oficialista.
Kempff se refirió al cambio de directiva que hizo la red en noviembre pasado, cuando la sociedad accionaria de propiedad del Grupo Daher fue vendido a capitales de un consorcio cuyo nombre se mantiene en la más estricta reserva, tal como ATB.
En palabras al matutino cruceño El Deber, la expresentadora del noticiero central citó: “La red PAT a la que entré hace tres años era muy diferente a la de ahora. Desde que se dieron los cambios a fines del año pasado, dejé de sentirme cómoda. El canal fue comprado por otra gente, no sé por quiénes, pero hubo una nueva línea política oficialista (…) No critico ni juzgo a quienes apoyan esta línea, no es que yo sea anti-masista o anti-gobierno, pero como periodista considero que hay que ser imparcial en el tratamiento de la información”.
En ambas polémicas, los periodistas coincidieron que esta labor no debe mancharse por tintes políticos.
Kempff se refirió a su exjefa de prensa, comparándola con la actual línea impuesta en ese medio. “Era una persona muy preparada y cerebral, pero tenía una línea ecuánime, luchaba por la imparcialidad, había comunión de ideas y siempre buscaba que existan la parte y contraparte”. En tanto, Grimalt cuestionó a Iturri el haberse puesto la camiseta oficialista, abriendo esta polémica mediática: “(…) pero en el momento en que te has puesto una camiseta, en el momento en que has dicho que el proceso de cambio es el único que debe existir en este país”.
La otra susceptibilidad dentro de los medios de comunicación surgió tras la revelación de la relación entre el vicepresidente Alvaro García y la presentadora de noticias de la red Uno, Claudia Fernández, que terminó en matrimonio de ceremonia doble, una en Tiwanaku a invitación de las organizaciones sociales y otra en la Iglesia de San Francisco bajo los postulados católicos.
Esas ceremonias fueron transmitidas en vivo por el canal estatal Bolivia TV, dependiente del Ministerio de Comunicación y por la señalada red privada.
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