Luego de estar cinco años al aire, hoy se emitirá en Estados Unidos el último episodio de la aclamada serie "Breaking Bad", la que tiene el reto de ofrecer a sus seguidores un epílogo a la altura y cuyo final ha generado los mismos niveles de expectación de otras producciones como "Lost" o "Los Soprano".
¿Cuál será el destino de Walter White, el anodino profesor de química enfermo de cáncer que se convierte en Heisenberg, un cruento capo del narcotráfico? ¿Habrá lección moral contra el hombre que se pasó al lado oscuro? ¿Se salvará el antihéroe con el que tantos se han llegado a sentir identificados?
"Queda por ver si sale de pie o tumbado boca arriba", expresó escuetamente y sin decir nada el creador de la serie Vince Gilligan al diario "Los Angeles Times". Los analistas que ya vieron el episodio final —y que millones de espectadores en todo el mundo descargarán poco después de su emisión en Norteamérica— han mostrado opiniones contrapuestas.
Y es que cerrar una serie, y más si es tan amada, reverenciada y analizada como "Breaking Bad", es quizás la tarea más dura para los guionistas; por ejemplo, hace sólo una semana otra serie exitosa, "Dexter", concluyó con un final que decepcionó a la mayoría de seguidores, que expresaron su ira en las redes sociales.
Por ello, la decisión ya tomada por Gilligan y mostrada este domingo alcanzará gran relevancia para el recuerdo futuro de la serie. Es el día del juicio final.
"Los finales que han funcionado bien son los que han sido fieles a la serie", dijo al diario "Boston Globe" Jason Mittell, profesor de Cine y Cultura de Medios en la Universidad de Middlebury, que cita como ejemplos los desenlaces de "The Wire" y "Six Feet Under".
A priori y pase lo que pase, el final de "Breaking Bad" es ya un acontecimiento televisivo. Netflix, el portal que vende películas y series para verlas directamente en Internet, creó una aplicación contra "spoilers" para quienes no quieran enterarse accidentalmente del contenido del último capítulo.
A nivel de avisaje, la revista "Forbes" asegura que las marcas pagarán 250.000 dólares por 30 segundos de publicidad durante los entremedios del episodio final de la serie, porque se espera que la producción bata su récord y congregue a ocho millones de espectadores esta noche, según el analista Brad Adgate.
Una excelente cifra para una cadena de pago, que sin embargo se quedaría lejos de los finales de "Los Soprano" (11,9 millones en junio de 2007) y de "Sex and The City" (10,6 millones en febrero de 2004).
Números ridículos si se comparan con los 105,9 millones de personas que vieron en Estados Unidos el final de "M*A*S*H" el 28 de febrero de 1983, emitido en la cadena CBS cuando la audiencia televisiva no estaba tan atomizada ni existían las redes sociales para expresar en tiempo real la decepción o el entusiasmo por el cierre de una serie.
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