Dos meses antes de presentar su primer disco, titulado Origen, Daniel Descalzio se tatuó en el brazo derecho el versículo 4:13, de Filipenses, aquel que dice: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”. Un mensaje que lo motiva a no desertar en su carrera musical. Y con esta frase, el joven compositor de 26 años se declara “una persona de mucha fe”.
Origen es una placa con nuevas composiciones inéditas que hablan del amor y del desamor, pero con una madurez poco habitual en la escena musical cruceña. También tiene canciones que se refieren a problemas sociales como los embarazos en los adolescentes, plasmados en los temas Ella, Depende de ti y Te quiero enseñar. El sonido de Descalzio es de un pop contemporáneo que puede batirse de igual a igual con producciones extranjeras con piezas como No volverás y Qué hay en tu mirada. Y es que la grabación de sus piezas las hizo con músicos que conoció en su iglesia. “Conozco mejores músicos que tocan en la iglesia que los que tocan en boliches”, afirma.
Daniel empezó a rasgar la guitarra un día que le pidió a su padre que le enseñara, las cuatro notas que aprendió aquel día quedaron cortas a la mañana siguiente cuando fue hasta el mercado a comprar “un librito” para empezar su formación autodidacta. Después tuvo distintos profesores de música que curtieron sus habilidades. “Creo que tengo más talento compositivo y carisma que técnica vocal”, reconoce Daniel. Aunque no es un problema que opaque su capacidad sobre el escenario.
Sueño hecho realidad
Descalzio fue perseverante con la voluntad de Dios hasta que un día un amigo de su padre lo escuchó tocar y le ofreció pagar los gastos de la grabación de un disco. Fue así que se metió a Judá Works Music, el estudio de Ray Zubieta, y concretó el trabajo
No hay comentarios:
Publicar un comentario