Con más de 30 años de trabajo, el Conejo Ricky es un personaje querido y recordado por chicos y grandes. Cargado siempre de su zanahoria va repartiendo alegría y buenas melodías. Ahora hace un brinco mágico de su cuevita y tenemos un conejo en la radio.
“Hice radio y haré con todos y en todas las épocas, la Red Patria Nueva lanzó un concurso de aptitudes para conceder un espacio a los niños y salimos dos ganadores, El Chanchullo de Andrés y La Hora de los Chicos del Conejo Ricky, que se emite los domingos, de 7 a 8 de la noche, en 94.3 FM para todo el país, excepto en Santa Cruz, que sale por FM 102 y en Cochabamba por 93.7 FM”, comentó el popular personaje.
LG: ¿Qué te motivo a volver hacer radio?
CR: La poca producción infantil dedicada a la formación de los niños mediante la recreación, porque hacer radio no es sólo poner música, presentar artistas, contar chistes colorados o hablar imitando, también se debe mostrar la otra cara, donde están ocultos y casi olvidados los valores, las buenas costumbres. Creo que la radio debe reeducarnos a todos, a los que hacemos y a los que nos escuchan, dando un lugar preponderante a la radio con el apoyo de todos.
LG: ¿Cuándo comenzaste a hacer radio?
CR: Muy joven, a los 15 y 16 años, luego cuando estaba cumpliendo mis 20 fui director de Radio Telamayu (Centro Minero) en Atocha, Potosí. Después pasé a Radio El Cóndor dando la hora en el programa “Juvenil en Progreso” y posteriormente estuve en radio Altiplano con “La Hora de los chicos”, Radio Illimani, Aspiazu, Nueva América, la radio de mi gran amigo don Raúl Salmón, Litoral y CBA en Cochabamba, finalizando en Radio Fides y luego dar un salto gigante a la televisión. Quiero destacar el apoyo que me dio don Iván Cerrudo Ormachea, “El Amigo Musical”, y la orientación de mis maestros de Teatro del TNT, gracias a la formación autodidacta que tuve logré mis sueños.
LG: ¿Qué significa la radio para ti?
CR: Para un conejo paceño-boliviano la radio es la principal herramienta de comunicación entre grandes y chicos, nos permite formarnos culturalmente, siempre y cuando se utilice sabiamente los micrófonos para llegar a la población con programas óptimos, creativos y musicales, naturalmente. Es una responsabilidad de los conductores en sus diferentes facetas, ser claros, capaces y verdaderamente orientadores ante su inmensa audiencia.
LG: ¿La radio está brindando espacios educativos infantiles?
CR: Caramba, me pescaste en curva, pero un comunicador tendría que saber. Bueno, a ojo de águila, de acuerdo con un sondeo y seguimiento que pude monitorear, estimo que de la radiofonía boliviana (estos datos son perfectibles), un 10% está dedicada a la educación, un 30% a la propaganda y publicidad, un 20% a programas de chistes, un 10% a la música y un 30% a los informativos y farándulas.
Casi no existe una aproximación de los programas infantiles, son como cuatro lunares en la programación local y nacional. Vamos, comunicadores, a crear más programación para nuestros niños, que están desviando su atención hacia otras vías de comunicación.
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