Los veo en la TV y los escucho en la radio. Tienen un acento marcadamente “argentino”, ridículo y sobre actuado. Es una tendencia que va creciendo y los locutores sin experiencia o sin criterio van imitando.
¿De dónde surge esta manía de hablar como argentinos? Primero, aclaremos que nuestra sociedad es fácilmente permeable a los modismos y acentos foráneos. Especialmente la parte occidental de Bolivia, donde se habla con acento neutro, es decir: no se acentúan las palabras. Este acento es como una pizarra en blanco… se nos puede pegar fácilmente cualquier pronunciación más marcada.
Un boliviano que llega de Chile habla como chileno, una boliviana que estuvo en España habla como española. Es un fenómeno individual, pero también se producen fenómenos masivos gracias a los medios de comunicación. Por ejemplo, en los 80 la población boliviana empezó a utilizar modismos mexicanos por la influencia de la serie televisiva El Chavo del 8. Aún hoy perviven
expresiones como “sin querer queriendo”.
También en los 80, los Djs de las FM con formato “Top 40” imitaban el acento norteamericano con tanta exageración que se los llamaba los “masca-chicles”.
Sin embargo, ahora se produce un fenómeno mucho más radical que amenaza con hacer perder la identidad de la radio y la tv nacionales: el efecto Tinelli. Muchos locutores, consciente o inconscientemente, van imitando al animador argentino, lo cual es un error porque pierden su identidad y demuestran una carencia absoluta de personalidad mediática. Imitan el acento argentino porque no tienen voz propia, no tienen un sello personal.
Valorarnos como bolivianos es cuestión de autoestima. No necesitamos copiar a otros para ser originales. ¡Recordemos que los que imitan, se limitan!
(*) Consultor en Comunicación con amplia experiencia en radio y televisión. Es Director de XPERTICIA, empresa especializada en asesoramiento y capacitación en Comunicación.
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