Una de las peculiaridades del lenguaje popular es el uso excesivo y generalizado de “diminutivos”. Es decir, la tendencia de disminuir o reducir las palabras (por ejemplo en lugar de decir “ahora”, se dice “ahorita”).
Les comento que en las calles… en el transporte y hasta en los medios de comunicación escucho las siguientes frases:
“Ahorita te llamo”, “ahorita te mando un mensajito”, “ahorita vamos a habilitar el teléfono”, etc.
Pareciera que la palabra “ahora” no es tan inmediata como la palabra “ahorita”. Pareciera que al decir “ahorita” las cosas se harán más rápido que al decir “ahora”.
¿Acaso no podemos utilizar otras palabras o sinónimos? Por ejemplo: “en seguida”.
Y qué me dicen de estas otras expresiones en diminutivo: “en un ratito llego”, “espérame un ratito”, “un ratito, por favor”, etc.
¿Será que la frase “un ratito” expresa un espacio de tiempo más breve que la expresión “un rato”? No lo creo, es simplemente la preferencia de reducir las palabras.
Incluso nos gusta reducir los nombres de las personas. En lugar de decir “hola Jaime”, decimos “hola Jaimito”. ¿Será exceso de cariño? Algunas veces quizá, pero la mayoría de las veces es simplemente la manía de usar diminutivos.
Por alguna razón, los latinos utilizamos demasiados diminutivos, a tal punto que la Academia de la Lengua Española terminó aceptándolos.
No sólo el “ahorita” está reconocido, sino también el “ahoritita” mexicano y el “ahoritica” centroamericano. No porque sean expresiones correctas, sino por la fuerza de su uso.
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