En su editorial del 28 de febrero, el diario estadounidense “Washington Post” hizo un análisis en torno a la actual coyuntura política boliviana, partiendo de la consideración de que está agobiada por una serie de hechos producidos en los últimos meses.
Haciendo una retrospectiva de los sucesos, menciona que el presidente Evo Morales llegó al poder con el patrocinio del exgobernante de Venezuela, Hugo Chávez, adoptando muchas de sus tácticas políticas. Sostuvo que el actual mandatario boliviano fue el que promovió la aprobación de una nueva Constitución Política del Estado en 2009, lo que debilitó eventualmente al Congreso elegido democráticamente en elecciones.
El diario estadounidense afirmó también que esas medidas comprometieron la independencia de los tribunales, Banco Central y medios de comunicación independientes, que fueron intimidados en reiteradas ocasiones.
Hizo mención al proyecto de ley aprobado por la Asamblea Legislativa que dio paso al referéndum del 21 de febrero, consulta que fue contraria a las pretensiones del presidente Evo Morales de presentarse como candidato a los comicios generales de 2019. “El Jefe de Estado con más años de gobierno en Bolivia, confiaba en que esa consulta le permitiese postularse para otro periodo gubernamental, sin embargo, el 51 por ciento de población electoral le dio las espaldas”, sostuvo.
El “Washington Post” hizo mención a los ingresos florecientes del país en estos 10 años de gestión, gracias a los precios altos de las materias primas, especialmente de las exportaciones del gas, lo que permitió invertir en carreteras y otras infraestructuras.
Subrayó también que el crecimiento económico tuvo un promedio del 5 por ciento al año durante la última década, acotando que la pobreza extrema se redujo a la mitad. En tanto, dijo que en Venezuela desperdició una ganancia inesperada proveniente de altos precios del petróleo.
Sin embargo, hizo hincapié el matutino de muchos bolivianos estaban lejos de saber lo que ocurría realmente en su país, especialmente los hechos de corrupción que poco a poco fueron siendo develados. En ese marco, sostiene que Morales, de 56 años, recientemente se vio obligado a reconocer una relación sentimental que mantuvo con la señora Gabriela Zapata, la misma que carece de un título universitario, pero que ejerció el cargo de gerente comercial de una empresa china que recibió casi $us 500 millones en contratos con el Gobierno, los mismos que fueron suscritos en su mayoría en medio de denuncias de irregularidades.
Asimismo, el diario se refiere al tema del ex Fondo Indígena, entidad que administraba los fondos indígenas destinados a proyectos de desarrollo para las comunidades, recursos que fueron desapareciendo.El medio estadounidense en su editorial afirmó también que Morales aceptó a regañadientes su derrota en el referéndum del 21 de febrero, sin embargo, resalta las afirmaciones de Morales cuando dijo: “Este no es el final de Evo”.
Finalmente, advirtió que el país, al igual que otras naciones exportadoras de materias primas de América Latina, se va a enfrentar en los próximos años a un ajuste económico muy difícil, lo que probablemente erosionará aún más el apoyo al caudillo.
“Si el señor Morales es sabio, tratará de evitar el desastre económico y político que se observa en Venezuela y buscará fortalecer la economía del gas, permitiendo al mismo tiempo aceptar a posibles sucesores para conversar y competir libremente. A diferencia de Chávez o de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, Morales tiene la oportunidad de dejar algunos legados positivos; pero para ello tiene que aceptar el límite de sus pretensiones”.
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