Si hablamos con propiedad de El Duende es porque en toda su amplísima trayectoria recorrida, desde hace nada más y nada menos que veinticuatro años ininterrumpidos y rápidamente transitados, reúne desde su primer número hasta el 600 "un lenguaje, que parte de tener palabras", que hablan del pensamiento libre en su integridad, entremezclado con la cultura hecha poesía, música, prosa, como artículos literarios y artísticos que "al abrir la ventana oscura de la ignorancia, cae la blanca nieve del saber…, del conocimiento y de la intelectualidad, a todo dar", sin tocar en lo absoluto aquello que se menciona sin tapujo alguno más allá de su naturaleza de suplemento literario, que además "aparece bajo el brazo", cada quincena con algo nuevo y remozado.
El Duende, aparece y desaparece como quien diría "cobrando vida", con sus multifacéticos rasgos, atrayentes páginas, primero curiosamente hojeadas para ver y empezar a leer per se, qué es lo que nos trae como obsequio literario para disfrutar de lleno de su lectura, que es enriquecida, distractiva y elocuente; y porque al adentrarnos de lleno en sus entrañas, empezamos a navegar en un apacible mar de sabiduría, recogiendo y recopilando para nuestras despensas del saber, la mejor de las riquezas plasmadas en cultura viva.
El Duende, es un sabio con nombre e identidad propia, con carnet de artista y certificado de nacimiento desde hace 24 abriles…, es un genio y mágico personaje, que nos hará compartir para siempre sus travesuras literarias…
¡Oh! mi Duende; exótico personaje, que albergas místicas estrofas de trozos de poesías. Haz recorrido seiscientos pasos, de alto grado, con huellas marcadas y plasmadas, en similar o más cantidad de numerosas páginas; para ser más exacto, son alrededor de veintiún mil y pico páginas doradas que guardas celosamente entre tus entrañas, valiosos tesoros culturales. En fin, todo un gran bagaje de tesoros cuasi escondidos por sus dilectos narradores, poetas y escritores antes de publicarlos; guardados en bibliotecas, estantes, vitrinas…, gaveteros de todo intelectual y hasta el escritorio del abuelo, querendón y fanático de tus memorias.
Con tu genial magia apareces y desapareces y cuando lo haces, presurosos, estamos prestos a embebernos y no envilecernos trozos y trozos de la lectura de tus entrañas. Hasta los habitantes de los polos conocen tu sombra en torno a la cual giran tus prosas, relatos…, y hasta tus tretas de sabio, de lumbre eterna.
De a de veras te has convertido en pura magia; magia desde donde empiezan a discurrir, otros largos e infinitos pasos; pasos de aquello que como regalo de vida y como alegorías en nuestras despensas del saber, las tendremos celosamente guardadas y custodiadas y como personaje principal…, sigues luciendo el "Ormesí dorado", dibujado con letras y tinta de imprenta, sellando en alto relieve como impronta…, el camino recorrido.
Recuerdo que has sido creado, con un principio y sin un final, estás predestinado a nunca morir…, menos desfallecer. Vuela como el aire, hasta ahora, arrastrando tus límites más allá…, de la imaginación; "para seguir innovando". Te pido haz que no me quede tras las puertas…, de la sabiduría y de la ilusión.
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