Cuando se habla de cocina, de inmediato viene a la mente la imagen de amas de casa, chefs o algún intelectual que haya escrito sobre el tema, pero no hay un referente en cuanto a periodismo gastronómico que muestre el gran potencial económico que tiene la gastronomía en el país y que promueva esta difusión más allá de las fronteras.
Precisamente con este objetivo el Movimiento de Integración Gastronómica Boliviana (Miga) organizó una charla con la periodista gastronómica de Perú María Elena Cornejo, fundadora de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) y la Asociación que organiza la Feria Internacional de Gastronomía (Mistura), para transmitir la experiencia que tuvo el movimiento peruano y el rol del periodismo gastronómico en su país.
“El fenómeno gastronómico en Perú comenzó hace unos 30 años con los pioneros que empezaron a reflexionar sobre traer recetas y técnicas de afuera, pero elaboradas con productos nuestros. En 1992 Teresa Ocampo aparecía en televisión con sus recetas caseras que funcionaban. Ella publicó un libro titulado “Qué cocinaré”, el cual es un referente de la cocina popular casera y fácil de hacer”, recuerda Cornejo.
En esa época, según Cornejo, el periodismo gastronómico en Perú lo ejercían los escritores y sibaritas (persona de gustos refinados). Por ejemplo, se hablaba del periodista Raúl Vargas, director de Radio Programas del Perú, quien junto a otro autor escribieron la llamada “Crítica de la sazón pura” que sirvió como referente filosófico para los que querían reflexionar sobre la cocina y los grandes temas en los años 80.
“En 1992 la Universidad de San Martín de Porres en Lima realizó un seminario denominado Arte, Cultura e Identidad sobre la mesa, en el que participaron poetas, escritores e historiadores, ni un solo cocinero, pues en ese tiempo los que pensaban en gastronomía eran los intelectuales y reflexionaban sobre los aportes de la cocina peruana a los distintos grupos de migrantes, del plato que nos identifica y si existía continuidad de tradiciones gastronómicas, entre otros”, menciona Cornejo.
Poco a poco se comenzó a publicar recetarios menores con el aval de instituciones como los productores de quinua o de papa. Ya en 1999, el periódico El Comercio del Perú publicaba fascículos con diferentes técnicas de cocina que dieron lugar a 5 tomos de 40 fascículos con temas diversos de cocina, repostería y de brasas, entre otros.
“Sin duda el impacto que causó el discurso de Gastón Acurio en la Universidad del Pacífico el 2006, marca un antes y después en el boom de la cocina peruana, en el cual hizo referencia a de su experiencia personal pues él al tener acceso a una buena educación quería retribuir con todo lo que el país le había dado. Con ello logró sensibilizar a gran parte de los asistentes, al decir que ellos tenían una responsabilidad consigo mismos y con el Perú”, comenta la periodista.
PERIODISMO GASTRONÓMICO
Cornejo narra a grandes rasgos cómo fue este proceso en su país y cuánto tiempo les llevó posicionar su gastronomía como una de las más reconocidas a nivel mundial, que no solo pasa por una iniciativa privada aislada, sino de impulsar la creación de políticas de Estado que apoyen esta difusión más allá de las fronteras y del tiempo.
“La motivación de amar al Perú, rescatar su historia y sus productos, incluía investigar y empoderar a la gente, esto caló tan profundo que el discurso de Gastón se constituyó en un referente de la gastronomía. Luego con la creación de la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega), de la cual soy fundadora junto a otras 32 personas, se ha logrado una gran alianza entre el productor y la cocina”, recuerda Cornejo.
A partir de ese fenómeno culinario que se dio en Perú, se pensó en la gastronomía como algo con desarrollo sostenible para la economía y como una locomotora que en la actualidad mueve cerca de 6 millones de personas con empleos directos e indirectos y se tiene 100 mil restaurantes, que emplean a 4 mil personas con un promedio del 7% del Producto Interno Bruto.
“Lo han posesionado los cocineros que internacionalizan la gastronomía, se logró abrir un espacio en los que fueran amigos y compartían, no competían. A fuerza de conversaciones y trabajo para que todos vayan en el mismo sentido y que si uno triunfaba arrastraba al otro. De esa manera se creó un movimiento gastronómico para todos”, enfatiza Cornejo.
La tarea del periodismo gastronómico en Perú tuvo un papel importante porque la tarea consistía en visibilizar a los cocineros, los productos, a realizar viajes, a traer periodistas del extranjero para internacionalizar y acompañar a los cocineros en las diferentes ferias gastronómicas internacionales. Además de presionar en grupo e incidir en la creación de políticas de estado destinadas a impulsar este campo.
“Este proceso fue bocado a bocado, cada día aprendes un poco, tienes que tener pasión, y estar convencido de posicionar a tu gastronomía como una de las más importantes del mundo. Eso te da una energía y una imaginación para superar cualquier escollo posible, porque como periodistas teníamos claro el objetivo y así lo hicimos”, recuerda la periodista.
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