Ese es Vito Lavadenz, un hombre que por sus venas corre gasolina en vez de sangre y que va a estar ahí “hasta cuando Dios disponga” y que su nombre adquirió en los últimos días una relevancia notable, luego de que la Asociación de Automovilismo de Santa Cruz, a la cabeza de Carlos “Chichi” Santos, decidiera colocar su nombre a la 40 versión de la competencia “Integración del Oriente” que se correrá en los próximos días.
Con su estilo de siempre, Vito nos contó una pequeña parte de sus experiencias, de su larga y dilatada trayectoria.
P. ¿Cómo y cuándo te nace el amor por el periodismo?
V.L.: Fue algo que siempre me gustó, empecé con el Dr. Bismarck Kreidler, Víctor Roque Peña Sanguino, me animé y le pedí a Roque que si podía ayudarlo a tirar cables, porque antes se tiraba cables del camarín a cabina central en las casetas arriba, para el micrófono de campo para hacer el sorteo de los árbitros, dar las alineaciones, así empecé.Hasta que un día me dice Roque, “alístese que el próximo domingo va a hacer radio”, va a saludar, no me animaba hasta que por fin dije: por qué no, así fue.
P. ¿Fueron transmisiones de radio desde el estadio?
V.L.: Sí, transmisiones de fútbol desde el estadio y después fue el automovilismo.
P. ¿Fútbol o automovilismo?
V.L.: Una vez alguien me preguntó, y que me disculpe la gente del fútbol, “Vito si te proponen ir a una gran final de la Copa Libertadores de América, un Mundial o Integración del Oriente, ahí nomás, respondí me voy a la Integración del Oriente, sin duda, sé que el fútbol es pasión de multitudes pero para mí, el automovilismo, toda la vida.
P. Tuviste un maestro extraordinario en el automovilismo, Bismarck Kreidler, ¿incidió en algo?
V.L.: Increíble pero esto fue como una anécdota, el hombre manejaba el tiempo, el espacio como si lo estuviera viendo. Una vez en una Integración, en un lugar llamado San Diablo donde estaba Ricardo Maturana, Monín Camacho había pasado 17 autos, y dice: “atento Bismarck, va endiablado Monín Camacho con los faros encendidos, yo estaba en San Rafael, recuerdo que estaba lloviznando, y Bismarck dice: si esto es así, “prioridad para Monín Camacho, están saltando los cronómetros, prioridad para Vito Lavadenz en San Rafael” y cuando dijo eso, veo que venían tres autos y ahí ingreso yo, me entusiasmé tanto que dije: “coche a la vista, tres coches a la vista y sigue lloviznando”, era impresionante cómo se adelantaba a las cosas, fue de película realmente.
P. ¿Estuviste desde la primera Integración?
V.L.: No, no, me fallé, de 40 competencias me fallé dos, las primeras, las demás estuve en todas.
P. ¿Es tu gran anhelo, es lírico o en serio que quisieras correr alguna vez una Integración?
V.L.: La soñé, la soñé, dije alguna vez: “voy a correr la Integración”, o vos crees que largando en el puesto 24 voy a llegar en 24 ni idea, no ves que varios se quedan. Tuve con mis colegas a quien aprecio mucho dos opciones, Joselito Jaldín, que nunca creció siempre se mantuvo chico y Bernardo Vaca Contreras que no bajó nunca de peso, se subía al auto y lo inclinaba, entonces así no se puede, la verdad, con ninguno pude.
P. ¿Qué diferencias hay de las carreras de antes a las actuales?
V.L.: Los equipos de banda corrida que se usaban antes eran tan complicadas que tenías que templar una antena, buscar una zona alta, una batería grande, saber dónde nace el sol, en medio del monte, difícil realmente. Las de ahora, gracias a la tecnología, llevas un celular y relatas, tranquilo.
P. Y las competencias en sí, ¿hay diferencias?
V.L.: Diferentes, diferentes. Si hablamos de Rally, antes eran más larga las etapas, por caminos de tierra, la satisfacción que despertaba en los pueblos, ahora todas las carreteras son de asfalto, aunque en esta Integración de los 40 años, hay etapas muy largas.
P. ¿Qué te ha dejado en todos estos años tu relación con el automovilismo?
V.L.: La gran amistad con los dirigentes de Adecruz, competidores, dirigentes a nivel nacional y amistad en todos los pueblos por donde hemos recorrido, nombrar a todos es largo e interminable de hacerlo.
P. ¿Y cómo te cayó el que Adecruz haya puesto tu nombre a los 40 años de la Integración?
V.L.: Para mí fue una prueba muy especial, realmente especial porque el doctor me había dicho, no se emocione, prohibido el estrés porque recién había sido operado, me colocaron marcapasos. Una prueba muy emotiva fue en el Rally Sudamericano cuando Marco Bulacia, hijo, estaba a 12 segundos del paraguayo Gustavo Saba que fue primero, entonces uno se emociona. La otra fue cuando Adecruz pone mi nombre a los 40 años de la Integración, qué felicidad, muy emotivo, quiero agradecer a mi familia, a mi esposa, a mis hijos, por el aguante que me dan y entonces, agradecimiento también a ellos.
P. ¿Le has puesto algún límite a esto de transmitir carreras de autos y hasta cuando Dios disponga?
V.L.: Dios, primeramente Dios es el que al final decide, la verdad que con este susto que me dio, no sé, que él decida.
37 Años
de transmisiones por diferentes radios, son las que lleva Vito hasta el momento.
"El doctor Bismarck Kreidler era increíble, parecía que estaba ahí, mirando la carretera. Se adelantaba a las cosas, era algo de película se puede decir'.
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