La participación del ‘soberano’ en No Mentirás (PAT), la integración nacional en Buenas o Malas (ATB), las revelaciones y el estilo de Carlos Valverde en Sin Letra Chica (Cadena A) y las polémicas discusiones en Que no me pierda (Red Uno) son las atracciones que el televidente tiene a las 22:00, cuando, por lo general, se alista para conciliar el sueño.
Programas de contenido informativo que tratan de profundizar los hechos noticiosos que se destacaron en la jornada, con analistas, expertos y, en algunos casos, con la participación de los mismos protagonistas, se intenta dar luces sobre los más variados temas.
Ésta es la característica común de los programas que la televisión nacional transmite a las 22:00. Donde, además, se hace evidente que las entrevistas y los debates son un recurso que está siendo explotado para incrementar la audiencia. “El objetivo fundamental de estos programas es fortalecer la capacidad de análisis del televidente”, explica Max Tórrez, experto en estudios de televisión. “Cada uno de ellos tiene su propio estilo y está estructurado de manera diferente”, agrega.
Para el periodista e investigador Antonio Gómez, la innovación en cuanto a formatos es saludable; sin embargo, es crítico con respecto a la agenda temática que manejan los programas de las 22:00. “Los periodistas están acostumbrados a tratar la agenda que impone el Gobierno”, afirma. “Es importante para la sociedad que los medios definan su propia agenda, pues de este modo no estarán atentos únicamente a los intereses que tienen los actores políticos”, añade.
Carlos Guevara, Coordinador Académico de la Universidad Nur, sostiene que los formatos y contenidos responden a la actual coyuntura política y social del país, y que no es coincidencia que estos horarios ‘estelares’ hubiesen sido destinados para su transmisión. Sin embargo, otro factor importante, reconocido por los mismos productores, es el rating (la medición de audiencia en la televisión).
“Que no me pierda es polémico porque atrae a la audiencia, pues vivimos de la cantidad de audiencia que tenemos, pues si es alta, los anunciantes son varios, pero si baja, también disminuyen nuestros ingresos y no tendríamos dinero para pagar sueldos”, explica Enrique Salazar, conductor de Que no me pierda. “La gente que viene al programa sabe que es polémico. Si la gente prefiere vernos a nosotros es porque les gusta que sea así”, agrega Salazar.
Otro programa que está hecho a partir de la figura de su conductor es Sin Letra Chica, donde Carlos Valverde hace, lo que él llama, periodismo ciudadano. “Lo mío es enimentemente de opinión. Y estoy conforme con la llegada que tengo”, afirma Valverde y aclara que no le ‘estorban’ los demás programas con los que comparte horario de transmisión, pues cree que su público es diferente. “Lo que hago es apreciado por los actores políticos y los demás medios del país, tanto escritos como televisivos, pues toman material que publico como referencia. Si eso sucede, supongo que es porque lo estoy haciendo bien”, señala Valverde, que anuncia una serie de entrevistas a los candidatos presidenciales los viernes de este mes. “Conversaré con Manfred Reyes Villa, Samuel Doria Medina y René Joaquino. Será un programa que cambie la manera de hacer entrevistas preelectorales”, sostiene.
Max Tórrez coincide con la definición de Valverde y añade una conclusión muy interesante: “Carlos tiene privilegio de recibir información que ningún otro medio posee. Además, pareciera que desde hace un tiempo el MAS gobierna viendo el programa de Valverde, porque es curioso observar cómo una información publicada por él la noche anterior es desmentida o aclarada por los funcionarios del Gobierno al día siguiente”.
La propuesta de ATB es fiel a su política de integrar al país con contactos directos desde ‘las bases’ de los distintos departamentos. “Aunque a veces resulta un problema esta dinámica porque es muy difícil mostrar temas que puedan interesarle por igual a los paceños, cochabambinos y cruceños”, explica Tania Sandóval, jefa nacional de prensa de ATB. “Sin embargo, es un desafío para nosotros no saturar a la audiencia con temas políticos, es por eso que en Buenas o Malas hay sectores dedicados al humor y a las variedades”, añade Sandóval.
Tórrez y Guevara hallan que lo más llamativo de No mentirás sea la participación del público por medio de mensajes de texto y llamadas telefónicas, y la inclusión de una modelo que entre debates realice un desfile para exhibir sus atributos físicos. “Conserva el toque personal de José Pomacusi (director del programa). Se diferencia por sus transmisiones en vivo y por su estructura rígida y formal. No mentirás hace un periodismo liviano y es evidente que no pelea desesperadamente por el rating”, señala Tórrez.
Finalmente, el tema del rating pasa a un segundo plano cuando la discusión se direcciona al impacto real que tienen estos programas en la realidad nacional. “Hay una fuerte curiosidad de la gente por ver este tipo de programas”, afirma Max Tórrez. Sin embargo, Antonio Gómez es cauteloso al señalar que: “Generan debates en la clase media y alta, pero si analizamos con rigurosidad, no tenemos que olvidar que los sectores mayoritarios no siguen estos programas, porque la gente que vota por el MAS no los ve, prefiere mirar una película o simplemente escucha la radio para formarse un criterio político”.
En detalle
- Rating. Algunos programas encomiendan estudios de medición de audiencia a empresas especializadas en encuestas. Sin embargo, no todos los canales de televisión las aceptan, pues no están de acuerdo con la metodología con que se realizan estos estudios.
- Formatos. Los programas de las 22:00 de las redes nacionales de televisión no coinciden en formatos, pues a pesar de haber similitures con algunos segmentos, las estructuras programáticas son distintas. Algunos programas son más formales que otros.
- Estilos. Cada conductor tiene una forma particular de presentar las noticias, moderar debates y, en algunos casos, emitir juicios de valor. Esto caracteriza al programa y define la tónica en que se desarrolla. Los hay agresivos, distendidos, espontáneos, serios y formales.
- Antecedentes. Los programas de debates siempre fueron una importante plataforma para que la audiencia forme un criterio respecto a temas trascendentales. Un referente histórico es De cerca, un programa que fue conducido por el periodista Carlos D. Mesa.
Las frases
Enrique Salazar | Conductor de TV
“Que no me pierda es un programa polémico porque atrae la audacia. La gente que viene sabe que es así, porque ese es mi estilo.”
Carlos Valverde | Analista
“Lo mío es eminentemente de opinión. Los demás programas no me estorban porque tienen otro público”
Antonio Gómez | Investigador
“Los sectores mayoritarios no siguen estos programas, porque la gente que vota por el MAS no los ve, prefiere mirar una película”
Max tórrez | Investigador
“Pareciera que desde hace un tiempo el MAS gobierna viendo el programa de Carlos Valverde porque provoca reacciones inmediatas”
Opinión
La coyuntura genera estos programas
Carlos Guevara Zúñiga / Comunicólogo
En los últimos cuatro años en el país se dieron una serie de cambios políticos, sobre todo marcados por la seguidilla de ‘actos de votación’, en la que fueron surgiendo una serie de protagonistas sociales que coparon los medios de comunicación. Ante esto surgen nuevos programas con formatos que responden a esta coyuntura política/social y comenzaron a tomar las noches (en horarios estelares) para poder llegar al público que desea conocer en profundidad los temas de actualidad.
La aparición de estos nuevos programas trajo consigo dos nuevos tipos de actores mediáticos, por un lado (nuevos o reciclados) conductores y por otro lado, comentaristas, analistas o simplemente panelistas.
En este panorama surge un hilo conductor en estos programas, que es la presentación de temas político/sociales de actualidad, priorizando los que llevan a polémicas y polarizaciones de todo tipo, lo que varía es la forma de presentar los mismos: en algunos casos los conductores son facilitadores y en otro protagonistas.
Si bien no existe nada oculto en la creación de formatos ni programas de televisión, lo que se ve a las 22:00 en los canales de televisión abierta es una especie de miscelánea o revista, no podría catalogárselos como programas de análisis políticos netamente o como de noticiosos y de entretenimiento. Tienen de todo, hasta ‘ganchos’ para atraer público, como por ejemplo “una pasarela”. Lo cierto es que estos programas terminan siendo palestra de desahogo de muchas frustraciones apoyado por los conductores que dejan que el invitado o analista se explaye, tratan de llegar al morbo de las personas para que se inclinen por una u otra opinión sobre los temas en discusión.
Por lo tanto, hablar de estos programas se complica por que puede terminar siendo una análisis errado con la intencionalidad diferente de los productores.
Lo que vemos a las 22:00 puede servir para estresarnos o desestresarnos, depende de lo óptica política/social que se tenga.
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