“Mi abuelo la tuvo más difícil”, dijo Jorge Carrasco Guzmán, gerente general de EL DIARIO, en entrevista con el padre Eduardo Pérez Iribarne.
Sus palabras traen a la memoria la arremetida militar del gobierno dictatorial de Juan José Torres, que el 7 de octubre de 1970 impuso el cierre del Decano de la Prensa Nacional por un año, marcando un nefasto antecedente para la prensa boliviana.
EL DIARIO tenía en esos años incluso dos ediciones al día, una matutina y otra denominada EL DIARIO de la Tarde. La población tenía entonces, toda la información y seguimiento al acontecer de la Patria.
El régimen progresista del militar aliado con los sectores radicales de la izquierda clásica vio a esta casa periodística como un enemigo y decidió acallar la voz de la prensa independiente.
En 2003 vino otra afrenta del poder. Fue durante el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada en las luctuosas jornadas de “Octubre Negro”, cuando por orden de los colaboradores del mandatario, entre ellos Carlos Sánchez Berzaín, se confiscó la edición matutina por tratar de tapar la verdad de los hechos.
La población se había levantado contra el régimen neoliberal y EL DIARIO titulaba en portada “El pueblo tiene derecho a pedir renuncia de Sánchez de Lozada”. ¿Cuál era la fuente?, precisamente la voz del pueblo que era amplificada por el periódico cumpliendo su función de medio de comunicación, que entendió que la violencia y muertes de octubre de 2003 debían ser reflejadas en su contexto y momento histórico, mientras otros canales y radios decidían optar por otro tipo de programación.
Este 6 de junio marca otro capítulo negro para las páginas, no del Decano de la Prensa Nacional sino del periodismo boliviano, pues más allá de los problemas internos, el régimen del proceso de cambio ha decidido llevar las amenazas a los hechos. No es casual que este medio, junto al diario local Página Siete y la Agencia de Noticias Fides (ANF), tengan un proceso instaurado por el Ministerio de la Presidencia por haber citado las palabras de Evo Morales, cuando la noticia fue reflejada en primera instancia por el canal estatal en sus acostumbradas transmisiones en vivo y directo cuando el mandatario hacía uso de la palabra, pero al parecer, los medios estatales y aquellos con línea oficialista están “libres de pecado”.
“Tenemos el privilegio de haber reflejado la historia de Bolivia los últimos 109 años y la prensa independiente a veces es la piedra en el zapato de los gobiernos de turno, pero nosotros no vamos a cambiar, porque el día que tenga que cambiar será mejor buscar otra actividad. Nosotros hacemos periodismo y diarismo sin colores políticos”, añadió Carrasco Guzmán prometiendo seguir con el trabajo informativo como la edición que el amable lector tiene en sus manos.
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