Orureña de nacimiento, es una comunicadora incansable que ha sabido beber de todas las experiencias y patentarlas en diversos proyectos en variados formatos. Mujer de radio y televisión, de teatro y baile, Claudia Daza (40) forma parte de esa generación de muchachas que no pudo o no supo ponerse sus propios límites para generar espacios donde son ellas quienes protagonizan la pericia.
Creció en un campamento minero y aprendió a vivir en el campo junto a sus padres, y fue en ese contexto que tuvo su primer acercamiento con el arte a través del charango. “También recuerdo que amaba la tunkuña, solía levantarme a las seis y media de la mañana para llegar a la escuela y buscar la mejor piedra y practicar mi mejor salto. También amaba leer, creo que fue todo un evento cuando me enseñaron”. Entre revistas de Condorito y obras de Shakespeare, la pequeña de Claudia fue creciendo y madurando entre otras artes como la danza, y empezó a abrazar el flamenco apenas superaba la pubertad. “El flamenco me tocó a los 13 y desde esa vez me dediqué durante años a tener vida de ensayo con mi hermosa familia Los de Roshegui. Vivía ensayando”.
Quería hacer cine, vivía en la Cinemateca Boliviana alucinando con muchas películas que allí se proyectaban. Pero lo más cercano era Comunicación Social. “Mis padres se rajaron con la ‘Cato’ (Universidad Católica Boliviana). Y allí conocí un grupo de chicos con los que vivíamos haciendo videos de ficción”. Pero la carrera es diversa y entre otros tópicos Claudia fue atraída por la radio; entonces comenzó a producir. “Tenía mente de escritora, amaba jugar con la música, me gustaba mi voz, podía estar grabando horas de horas hasta llegar a tener una mezcla analógica perfecta”.
Una vez licenciada de la carrera empezó a trabajar en Fundearte, donde hizo de productora, además de ayudar en cortometrajes, “y terminé manejando agendas de medios de muchísimos artistas para talleres”. A partir de esos contactos conoció a Jimmy Vásquez, director de Radio París La Paz, quien en 2003 la recibió como productora y ya lleva 14 años como radialista. También fue profesora de video y responsable de comunicación en el colegio Montessori, hasta que le llegó la hora de producir uno de los programas más innovadores dirigidos a niños: PICA. “Mis entrevistados son mi universidad permanente”.
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