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domingo, junio 02, 2013

Grisel Quiroga Navajas: “No me da la gana de hablar de mi vida privada”

Mide 1.63, no quiere decir cuántos años tiene, ama la comida chatarra, vive con su papá y su abuelita y se declara "verde", es decir, amante de los animales y de todo el planeta. Es Grisel Quiroga, la rubia de enorme sonrisa, la paceña que cada mañana entra en los hogares cruceños a través de la señal de Unitel.

Quería ser mochilera, pero a diferencia del común de la gente, la fama la perseguía a ella, no viceversa, hasta que la alcanzó. Estudió Comunicación Social en Brasil, se especializó en publicidad en el país vecino, regresó a Bolivia e hizo una maestría en Márquetin Empresarial en la UPSA, un diplomado en Educación Superior.

Trabajó con su padre en los colegios Esteban Bertolusso, pero cuando quiso regresar a Brasil con la mochila al hombro, porque no se habituaba a Santa Cruz, Hugo Daza le ofreció incursionar en actuación y desde entonces sus ganas de salir corriendo a otro país se paralizaron porque su fama comenzó a subir como la espuma.

Después vino el trabajo con Carlos Valverde y directo saltó a Unitel con La Batidora. También tiene el programa Apagá la TV por radio Activa y está solicitada para imagen de campañas publicitarias, ha posado para Divinas Calzados Bolivia, la tienda de ropa infantil Country Kids y el detergente Ola Maximus.

¿Desististe de tu viaje a Brasil por Chaplin?
Iba a Brasil para buscarme la vida en San Pablo, a andar en metro y sufrirla, eso era lo que deseaba, porque si bien acá estaba feliz con mi papá, todo era ya dado. Yo quería ganarme y buscarme la vida. Además es difícil entrar a la sociedad cruceña, no tenía amigos ni nada, solo conocidos. Me volví muy rutinaria, yo no estaba acostumbrada a eso, siempre he sido libre, de arriesgar.
El año que estuve en Santa Cruz no me bastó para acostumbrarme, quizás porque me gustaba mucho Brasil, a pesar de que sabía que si llegaba sola a San Pablo iba a ser un piojo. Cuando descubrí la actuación supe lo que me gustaba, porque antes de eso yo solo era la chica chistosa, la que lanzaba carcajadas que se escuchaban a cuatro cuadras. El destino quiso que yo me quede.

¿Que tenía de bueno Brasil para jalarte tanto?
Simplemente sentí que encajé y que debí nacer allá, me gustó mucho la gente, la sociedad, me adapté muy bien y el lugar donde yo vivía era precioso, tenía excelentes amigos, allá nadie se fija cuánto tienes, la gente te quiere por lo que sos.

¿Te costó hacer amigos en Santa Cruz? ¿Es difícil entrar a la sociedad cruceña?
Yo creo que sí porque cada quien tiene sus grupos cerrados o camarillas, como los llamen, además yo nunca había vivido en Santa Cruz, a lo mucho había venido a participar en competencias de hipismo por cuatro días. Para mí fue tremendo ir a un boliche y que te apunten con un láser para dejarte entrar, no podía creer lo que estaba viendo. Comencé a evitar eso, no podía ir en contra de lo que yo pensaba.

¿Te molestaba ser una x?
Para nada, porque yo nunca había conocido lo que era no ser una x, era feliz siendo x en La Paz y en Brasil. El ser x no interfiere en mi felicidad, mañana seguiré siendo solo Grisel y, además, mis amigos tienen autorización para darme un manazo si me alzo.

¿Te incomoda la fama cuando te persiguen para preguntarte por tu vida privada?
Inicialmente me molesto porque me gusta mucho mantener mi vida privada, me he vuelto celosa con ella. Hay cosas que he decidido guardar para mí y punto, porque si no las guardas sos de todos. Todo el mundo sabe y dice de todo de vos como si te conocieran y me gusta saber que hay cosas que yo solo sé. A veces el acoso llega a ser falta de respeto, ahora ya me parece hasta gracioso, pero creo que no te acostumbras, simplemente aprendes a lidiar mejor con eso. Han llegado a acosarme estando embarazada, poniendo en riesgo mi seguridad, los programas de farándula. Me gusta creer que tengo una cierta responsabilidad de mi imagen ante mi público, si bien no quiero ser un ejemplo para nadie y no creo que tenga que serlo, me preocuparía que saquen algo que decepcione a mi gente.

¿Seguís con "Ronico"?
Es una parte mía que me reservo, a mucha gente le interesa si sigo o no con él, pero no me da la gana de alimentar esa curiosidad, es algo que reservo para mí porque sé que cuando comience a hablar de eso, no terminará. Lo importante, esté o no con él, es el tipo de relación que tenemos y siempre será buena, eso es lo que la gente necesita saber, creo que lo demás será obvio y la gente se dará cuenta.

¿Estás viviendo en casa de tu papá, no sentís que estás criando sola a tu hijo?
No, más bien voy rumbo a la independencia, soy familiera pero tengo claro que en algún momento hay que independizarse. No siento que estoy criando sola a mi hijo porque tengo una familia maravillosa que me apoya mucho y la familia de "Ronico" también me adora, es el primer nieto de ambas familias, o sea que tenemos una relación muy buena. Vivo con mi padre por elección propia.

¿Conocés a tu mamá?
Claro, he llegado a tener contacto, por cuestiones de la vida siempre hubo distancia, desde que yo tenía dos años y medio. Le deseo lo mejor, que sea feliz, aprendí que hay que dejar de juzgar y perdonar, estoy trabajando mucho en eso, principalmente ahora que soy mamá, pero tengo la suerte de que dos ángeles compensaron mi vida, mi papá, Ismael Quiroga, y mi abuelita, que es mi mamita. Mi padre es el más abnegado del mundo y mi abuela es una santa.

¿Por qué decís que tu príncipe azul es tu hijo?
Las mujeres vivimos esperando que sea la pareja la que espere con un beso, la que siempre nos vea hermosas, en cambio a tu hijo no le importa cómo estás vestida, llora cuando te vas y quiere más de vos, no te guarda rencor, es el amor más puro. Creo que ese es el amor de príncipe que toda jovencita quiere.

¿Y Brasil?
Solo me iría si tuviera una mejor opción que en Santa Cruz, ya tengo un hijo y no puedo ir a buscar opciones, porque mi prioridad es ser la mejor madre del mundo. Tal vez si hubiera planificado no tendría a mi Lucas, pero cómo es la vida, las palabras tienen poder, yo decía soy profesional, estoy ganando mi plata y tranquilamente ya puedo ser mamá.
Hoy me encanta el lugar donde vivo, me veo viviendo aquí; cuando extraño La Paz me voy allá unos días y Brasil siempre estará ahí, para cuando yo quiera ir. Nadie puede pasarse la vida extrañando, es algo ya superado



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