La gran paradoja de los programas de radio y televisión es sobrevivir con el auspicio de empresas privadas y estatales pero sin afectar el interés de estas empresas.
Es decir, los medios de comunicación necesitan el apoyo comercial de los auspiciadores, pero al hacerlo se inhiben de comentar aspectos negativos de los patrocinadores, caso contrario pueden perder el auspicio traducido en miles de bolivianos.
¿Hasta qué punto un programa de radio o TV tiene o puede tener independencia editorial frente a sus patrocinadores?
Por ejemplo: si un programa tiene el auspicio de una entidad bancaria y ésta tiene problemas de liquidez, seguro se abstendrá de comentarlos. O si un programa tiene el auspicio de una entidad estatal, se abstendrá de hacer comentarios que puedan afectar la imagen del gobierno, en ambos casos estamos hablando de una autocensura para no perder la publicidad.
Considerando que todos los programas tienen auspiciadores de distintas categorías comerciales, municipales, gubernamentales o estatales, podemos concluir que ninguno tiene independencia editorial total.
En otras palabras, para tener completa independencia, un medio, un programa de radio o TV, una revista impresa o un periódico, no deberían tener ningún tipo de publicidad, sólo de ese modo podrían informar libremente, sin la presión directa o indirecta de los auspiciadores, lo cual es muy difícil, pero no imposible.
Podemos concluir que los medios dependen de la publicidad, pero al vender publicidad…también ellos se venden y mantienen una línea editorial precaria y fácilmente manipulable.
(*) Director de Xperticia, empresa de asesoramiento y capacitación en Comunicación.
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