Tal vez jamás debió irse de vacaciones. Llegó y vino la marea. La magia se agotó después de cinco años y cuatro meses. Un documento de mutuo acuerdo entre ‘Chichi’ Kim y Unitel decía que ya no iba más en La batidora. Eso hacía eco en su cabeza como una pelotita de ping-pong que rebota y rebota.
Pese a todo, no dejó de ser él. Quisieron arrebatarle ese espíritu divertido, pero no pudieron. Eso, se dice a él mismo. Respira. Ya pasó más de una semana. Después de pensarlo varias veces, cree que todo cambio siempre es bueno, “porque te permite explorar, evolucionar”.
¿Un cumpleaños triste?
Siguió cambiando de dígito. Ayer el hombre de los mil personajes cumplió 43 años. Y mantuvo la sonrisa. No tiene nada que reprocharle a la vida. Está agradecido con la televisora por haberle brindado una oportunidad y también “es un honor” que la gente le demuestre tanto cariño en las redes sociales.
Ayer una amiga le envió un screenshot de una página que un seguidor creó en Facebook. Queremos a Chichi en “La Batidora”, así la fundaron. “La gente va a pensar que fui yo el que la hizo”, sale rápidamente a decir. Pero, lo desmiente. Ni siquiera sabía de que esa página ya estaba llegando a los 3.000 ‘me gusta’. “¡Woh! Me sorprenden”, agrega.
Aún se tomará su tiempo para responder a su público. Pero, cree que “hagan lo que hagan, muchas cosas no cambiarán”. Todo ese apoyo lo pone muy “sentimentaloide’ y ya le hizo derramar lágrimas. “No hice nada. Solo fui yo. Solo di amor. Fue una simbiosis entre alma y alma. De público a conductor”, refuerza.
No cree que su fama se haya elevado tanto estos años. Hasta le parece extraño que un niño se acerque y le pida una selfie. “El amor a la gente no es suficiente, siempre hay que querer más”, se vuelve a decir a sí mismo.
Ser divertido se convirtió en su marca. Desde Chichi Grillo hasta La batidora mantuvo intacto eso. Se despidió sin rencores del set, salió por la puerta grande y se llevó recuerdos y amistades.
El Chichi de hoy y del futuro
Siempre tendrá qué hacer. No descarta volver a la caja boba. Seguirá actuando en Ditirambo y también estará muy ocupado con los proyectos que tiene con la constructora Pentágono.
Desde julio es socio de Papa Brown Eventos y después de la buena recepción que tuvo su monólogo Las cosas de la vida, quizá vuelva a montar otro. Sueña con rodar una película y por el momento su corazón no tiene dueña. “Estoy tranquilo, siempre creo en el amor”, culmina. Debe irse. Lo espera una fiesta
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