El analista está preparando un libro, con el sello de la Editorial El País, que de ya causará polémica. Su investigación aborda el supuesto caso de terrorismo en el que Eduardo Rózsa aparece como personaje central.
Carlos Valverde Bravo dice a quemarropa: “No me estoy guardando nada”. Y sus palabras van dirigidas como un misil a un personaje por de más polémico: Eduardo Rózsa Flores, quien fue abatido por un grupo de elite de la Policía en abril de 2009, junto a Árpád Magyarosi y Michael Dwyer.
Rózsa es el personaje en torno a quien gira la investigación que Valverde presentará dentro de unos meses y que tuvo un adelanto en la XII Feria Internacional del Libro de Santa Cruz como parte de las actividades realizadas por Editorial El País.
“Está muy avanzado”, comenta el analista, mientras se acomoda para conversar. Entonces, la primera pregunta para el investigador es, tal vez, la que se hacen muchos: ¿Quién trajo a Rózsa a Bolivia? Valverde responde sin titubear: “Yo creo que lo contacta una gente del gobierno a través de una persona del partido comunista cruceño y Rózsa, a su vez, se contacta con la gente de Santa cruz y les dice: 'Estoy dispuesto a ir'. Hay dos momentos que el Gobierno no los investiga y no dice nada. Primero: todos dicen que Rózsa se perdió de Santa Cruz y nunca más se supo de él, también lo dice su hermana; sin embargo, Rózsa vino a Santa Cruz hace diez años para sacarse una célula de identidad con su nombre ¿Por qué el gobierno nunca lo dijo? Segundo: Eduardo llegó a Santa Cruz y consiguió que alguien le haga en Potosí una célula de identidad con el nombre de Jorge Hurtado, que es con el nombre que se movía acá. ¿En Potosí un nacido en Santa Cruz? ¿Tenía tanta muñeca? Ya estaba contactado por la gente del Gobierno y te estoy hablando del Gobierno de Evo Morales. Si vos te pones a analizar, es muy rara la presencia de Eduardo Rózsa en Bolivia…
¡OH!: ¿Y qué paséo con los de Santa Cruz?
Los de aquí pisaron el palito… Yo le iba a poner al libro el nombre de “Pateando Hormigueros”, por esa frase estadounidense. Ellos lo dicen para ver cuántas hormigas tiene o qué tan vivo está ese hormiguero para capturarlas. A mí se me antoja que aquí pasó lo mismo… Era muy fuerte el movimiento de la media luna, el gobierno estaba arrinconado y entonces le dijeron a Rózsa que se contactara con la gente de Santa Cruz.
¡OH!: ¿Y quién lo contacta?
Hasta donde yo sé, la persona que lo contactó trabajó o trabaja para el gobierno, pero no lo he encontrado. Por eso que no he colocado su nombre en el libro. Ambos pudieron haberse conocido en la Unión Soviética. Son hipótesis de trabajo que son necesarias y que debió haberse planteado el fiscal Sosa y la gente de Santa Cruz, pues ninguno lo hizo, entonces lo asumo yo.
¡OH!: ¿Qué otra duda despejará?
Voy a tocar la parte de Santa Cruz, porque aquí hubo algo… Rózsa no estuvo aquí por nada. Él estaba haciendo cosas relacionadas con lo que algunos pudieron haber llamado la autodefensa de Santa Cruz, mientras que, por otro lado, está la presencia de gente del Gobierno en un tema que no está del todo aclarado, como la probable relación de Rózsa con la embajada de Estados Unidos o el rol de Raúl García Linera.
¡OH!: ¿Usted cree que la gente tendrá un panorama más claro con su libro?
Ese es mi aporte… Yo creo que sí, las condiciones están como para eso. Hay muchísima documentación que le va a servir a la gente para buscar más datos por internet o para saber cómo llegar a mayor información.
¡OH!: ¿Ha publicado todo lo que sabe?
Estoy publicando todo lo que conozco… No me voy a guardar nada. Lo correcto es que la gente reciba toda la información.
¡OH!: ¿Cree que algún día se sabrá la verdad?
No, será como muchas verdades que tenemos por ahí. Fíjate que hasta ahora, por ejemplo, no sabemos quién mató al Che Guevara ¡Y es el Che! En Bolivia hay muchas cosas que no están resueltas, pero supongo que podremos aportar (con el libro) a que se llegue a lo más cerca posible de la verdad, porque creo, y lo sostengo, por eso tengo la molestia de mucha gente en Santa Cruz, que aquí algo se hizo. Todos me dicen que no, creo ser el único que lo sostiene con tanta vehemencia.
¡OH!: ¿Qué es ese algo?
Estaban intentando un movimiento de defensa cruceño y terminaron bordeando posibilidades como terrorismo o a alguna mirada separatista… Ahora, ¿por qué se mata a Rózsa? Porque el encargo no fue cumplido y sabía mucho.
¡OH!: ¿Y quién lo mata?
El gobierno, porque el gobierno lo había contactado. Si no, hubiera sido mucho éxito. La forma en la que entran al hotel fue absolutamente desproporcional, no tenía sentido. Cuando sucedió lo de la bomba en la casa del Cardenal, de acuerdo a lo que me escribió Mario Tadic, gente del gobierno entrevistó a Rózsa haciéndose pasar como periodistas. Ellos sabían su día a día, pudieron haberlo agarrado en la calle, pero no… La única forma de acallarlo era matándolo.
¡OH!: ¿Y cómo se llamará el libro?
“Mi alma ya está en Santa Cruz”… ¿Sabes por qué? Porque fue la última frase que Rózsa le dijo a Andras Kepes, el periodista que lo entrevistó en una especie de entrevista 'premortem', cuando le pidió que, si lo mataban, la publicara. Me parece que si los seres humanos tenemos alma, el alma de Rózsa se quedó aquí…
¡OH!: Un personaje interesante.
Interesantísimo. Un hombre que corrió mucho mundo y que hizo muchas cosas. Para mí fue un mercenario por la forma en la que participó en la guerra de los Balcanes. Él es muy atractivo. Si ves su película, es un hombre extremadamente violento, un hombre de temer, autoritario, egocéntrico. El hombre era un peligro para cualquier tipo de organización y yo no voy a esconder eso, aunque algunos lo pueden ver como a un héroe.
¡OH!: ¿Y cuándo saldrá el libro?
Me gustaría lanzarlo en un mes o mes y medio… Todo depende los anexos. Ya está muy avanzado.
“El Gobierno contactó a Rózsa”
En una charla a sala llena, el periodista e investigador dio un adelanto de lo que presentará en su próximo libro, que aborda el polémico caso de Eduardo Rózsa. Desde su punto de vista, hay muchas cosas que el fiscal encargado del caso, Marcelo Sosa, no quiere tocar o prefiere obviar para no complicar al Gobierno.
En la XII Feria Internacional del Libro, Carlos Valverde ofreció una conferencia “Sobre lo que no se dijo del caso Rózsa”, en la que develó varios documentos que nutrirán el próximo libro que tendrá el sello del editorial El País.
El analista político, entre muchas cosas, dijo que tiene la certeza que fue el Gobierno quien contactó a Eduardo Rózsa para que ingrese al país y que los de Santa Cruz “pisaron el palito”.
Según la documentación de Valverde, Rózsa trabajó para el gobierno boliviano y luego fue eliminado por el mismo gobierno, en abril de 2009, ya que era un personaje que sabía o tenía mucha información delicada.
Valverde mostró un flujo de llamadas de Rózsa, varios emails y la cédula de identidad que Eduardo obtuvo bajo el nombre de Jorge Hurtado y que luego, bajo esa identidad, viajó con un pasaje aéreo pagado por la embajada de Venezuela.
También asegura que Rózsa tuvo contacto directo con Raúl Linera, hermano del vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera.
Para Valverde, Eduardo Rózsa Flores fue un mercenario, un periodista que cambió el lapicero por el fusil.
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