‘Toto’ Arévalo cumplirá 60 años de edad el miércoles; y está cerca de los 45 en la actividad 
Su primera transmisión de fútbol fue a los 12 años, en su escuela  (Juan Crisóstomo Carrillo) de Cochabamba. Todos los lunes, en la Hora  Cívica, en el Salón Auditorio, los alumnos cantaban el Himno Nacional,  el de Cochabamba y había otros números. Un lunes de esos, le pidió  permiso al director si, en el cierre, él podía simular un relato de un  partido de la selección nacional, que en marzo de 1963 jugaba el  Sudamericano.
El niño Alfonso Arévalo se puso detrás de un banco. En sus flancos  estaban dos de sus compañeritos: Javier Villalobos y Pedro Rivero, uno  era el comentarista y el otro la voz comercial; él, el relator, su  micrófono, un pedazo de madera.
Los tres simularon estar en una cabina del Félix Capriles, donde esos  días se jugaban partidos del torneo de la región. Cuando empezó el  relato, todos escucharon atentos y en silencio. El niño sabía los  nombres de todos los jugadores, y describía las jugadas como lo hacían  los relatores en el estadio.
El final del relato terminaba con gol y un grito estruendoso que  hacía temblar las paredes de la escuela, que por un momento se convertía  en un estadio de fútbol. Después, los aplausos y las felicitaciones.
Así comenzó ‘Toto’ Arévalo su andadura por un destino (el del  periodismo deportivo) que él se encargó de construir día a día con  sacrificio, dedicación y esfuerzo.
“Me compraba todas las revistas que llegaban y sabía de memoria los  nombres de todos los jugadores de Bolivia y de todos los equipos  argentinos. Entonces, sólo imaginaba lo que iba a ocurrir en la cancha y  relataba. Desde entonces nunca me separé de esta pasión”.
Arévalo cumplirá, pasado mañana, 60 años, un aniversario especial de  vida. “Yo siempre digo que estoy en el primer tiempo de mi vida  periodística, estoy llegando a los 45 minutos, a los 45 años. Y soy, y  siempre he sido, un periodista a tiempo completo”.
El inicio.  Tenía 17 años cuando —todavía estudiante de colegio— habló por un  micrófono de radio. “Estaba preparado para dar el salto”. Un amigo lo  llevó a Radio Centro, y Carlos Dalence le hizo una prueba, al vivo y en  directo.
“Lo sorprendí, porque sabía datos y antecedentes de los jugadores y  de las noticias que había de fútbol. Desde ese momento nunca abandoné el  micrófono”.
El 67 se inició, por tanto, una vida vinculada a lo que él llama “una  apasionante carrera”. Relató su primer partido un año después. En Santa  Cruz jugaban Blooming y Wilstermann. “Ganó Blooming en el viejo  estadio, donde las cabinas eran kioskos, sin vidrios por el calor. Me  entusiasmé tanto que me quedé hasta el final, y no sabía cómo volver al  centro, porque el estadio era alejado de la ciudad”.
Recuerda que un jugador de Blooming, Germán Benquique, pandino, un  puntero derecho, lo vio parado y lo sacó del lugar en su moto, “me monté  en una Suzuki azul”.
A sus 21 años la revista Goles de Argentina, que competía con El  Gráfico, lo nombró corresponsal en Bolivia, igual Hoy Deportivo de La  Paz. Trabajaba en Los Tiempos de Cochabamba y suplía a Tito de la Viña  relatando cuando éste viajaba.
En abril de 1977, el periodista Eduardo ‘Pachi’ Azcarruns, que estaba  en la revista Enfoques, en Televisión Boliviana, lo convenció para  dejar el valle y venir a La Paz. “fue un paso muy importante y difícil,  Dejé todo lo que tenía en Cochabamba. Y llegué cuando la televisión  estaba emergiendo en Bolivia. Creo que llegué justo a tiempo, y tuve  unos primeros seis meses extraordinarios, inolvidables…”
Al año siguiente —recuerda—, fue invitado al programa 300 millones de España, en el que contó su corta pero exitosa experiencia.
El  hijo querido. En julio de 1977 lo invitaron a hacer un programa  deportivo en el canal. No sabía qué nombre ponerle. “Había una lista  larga. Me obligaron a poner Videodeportes, que no me gustaba, pero así  empezó”.
Al año siguiente, en Montevideo, se reunió con dos colegas para  hablar de fútbol, el chileno Raúl Prado (+) y el paraguayo Carlos  Alberto Gómez (+). En el encuentro surgió la idea de sellar sus  programas con el mismo nombre. Carlos Alberto dijo: “Deporte total” y  así bautizaron ese día sus programas.
“Lo primero que hice fue preparar una canción para Deporte Total de  Bolivia, que además fue la primera que se utilizó en un programa de  televisión, no sólo deportivo. Jorge Lencina, un amigo que conocí en una  Copa Libertadores en Uruguay, ideó la canción, que al comienzo no me  gustaba, pero fue un éxito y ya lleva recorrido más de 33 años”.
Tanto “pegó” la canción de Deporte Total que un día Laureano Rojas le  pidió reproducir en discos la canción, un lado tenía la versión  original y en el otro lado una versión popular. “Se vendió bien, fue un  éxito. Todos los niños querían escucharla”.
A su vuelta a Bolivia de Videodeportes pasó a Deporte Total, y se inició un programa diario.
“Mi primer compañero fue Jimmy Vázquez, y desde entonces han pasado  muchísimos periodistas por Deporte Total y no hemos parado en el tiempo.  Es una historia hermosa que estoy llevándola a un libro, porque en mi  vida he hecho lo que más quería hacer, periodismo deportivo”.
Experiencias.  Arévalo comenta que conoció “a todo el mundo” del deporte. “Estuve con  Pelé en su casa. Nunca recibía periodistas en ella, pero le dije que si  no le hacía una entrevista iba a perder mi trabajo. Me abrió las puertas  de su casa. Después se volvió un gran amigo”.
Otro astro con quien se lleva bien es Diego Maradona. “Es divertido.  Para la gente o el periodismo es tosco, pero en la intimidad es un  hombre divertido. Cuando vino a Bolivia, no como jugador, los  periodistas de Argentina llamaban a mi celular y él decía: ‘No voy a  contestar, yo vine a hablar con bolivianos, no con periodistas  argentinos. Hablaré con ellos cuando regrese, que me esperen...’”
Recuerda que el día que iban de Santa Cruz a Cochabamba, en el avión  se le acercó y le regaló una pelota con una inscripción que alcanzó a  leer: “En la vida uno conoce amigos, pero hay algunos que son especiales  y tú eres uno de ellos”. Estaba la firma del Pelusa. “Llegamos a  Cochabamba y se hizo una transmisión, y en ese momento me robaron el  balón. Fue un robo en vivo y directo” (sonríe).
No faltó a mundiales desde Argentina ‘78, tampoco a Juegos Olímpicos desde Los Ángeles ‘84.
El gobierno de Jaime Paz Zamora lo invitó a la Secretaría General del  Deporte (hoy Viceministerio). “Yo no había aceptado todavía, pero el  Presidente lo anunció y no pude desmentirlo. Fue una experiencia  distinta. Aprendí a mirar el deporte desde otra perspectiva”.
Un libro que escribe reflejará su paso por el periodismo, camino por el que todavía transita, con la energía del primer día.
Los datos
Valluno
Nació el 26 de enero de 1951 en  Cochabamba. Sus padres, Simón Arévalo (+) y Lola Araníbar (+). Sus  hermanos: Marina (+), Simón (+), Amalia, Pilar, Federico y Virginia.
Su familia
Está casado con Sonia Deheza y tiene  cuatro hijos: Ximena, Carola, Diego y José Miguel. Y tres nietos: Abril,  Santiago     y Sofía.