“En un momento de desesperación, cuando veía que nadie hacía nada, hasta pensé en lanzarme al río, pero se pudo amarrar la soga metálica a tiempo a la retroexcavadora y salvar a los pasajeros que eran arrastrados por el río en el bus”. Así relató el periodista Edwin Ramos Vargas, quien dejó la cámara y la filmadora para convertirse en un rescatista en acción en las turbias agua del río Butijlaca.
En una entrevista con Cambio, Ramos recordó que el 28 de febrero, último día de ese mes, se produjo algo inesperado mientras acompañaba una inspección de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), junto a las autoridades municipales de Charaña, Caquiaviri, Comanche y otras originarias, que demandan el pronto asfaltado de la ruta para unir a La Paz con Perú y Chile a través de la Ruta 107 Viacha-Charaña, de 189 kilómetros.
“De pronto vi un bus que era arrastrado por la corriente del río Butijlaca. Nos entró desesperación, y el Director de la ABC llamó entonces a que llevaran con urgencia una retroexcavadora al lugar”, señaló.
Dijo que una vez que llegó la retroexcavadora al lugar, con ayuda de una soga metálica y algunos voluntarios, los pasajeros fueron pasados desde el bus hasta la maquinaria pesada, pero luego el caudal del río creció de manera inesperada y era sumamente peligroso salir del bus.
“A la gente que todavía quedaba en el bus, que eran niños, bebés y mujeres, le entró una histeria colectiva, todos gritaban y nadie hacía nada por salvarlos. En las orillas la gente que miraba gritaba”, contó.
Fue entonces que el experimentado corresponsal de televisión se puso al mando del rescate de los atrapados. “La gente tenía miedo de subirse a la retroexcavadora, pero les tuve que dar seguridad para que salvaran sus vidas; eran todavía 15 personas que quedaban en el bus”.
“Me sirvió el curso Garras del Valor”
Edwin Ramos Vargas, oriundo de Potosí, aprobó el Curso de Corresponsal Antinarcóticos Garras del Valor. Según él, la experiencia le ayudó mucho para enfrentar situaciones difíciles.
“En el curso tuvimos que enfrentar situaciones hostiles de preparación, entonces se me presentó la oportunidad y no lo pensé dos veces; creo que cualquiera en mi lugar hubiera hecho lo mismo”, dijo.
En el bus había niños y bebés que lloraban y la histeria de los pasajeros se desató al ver que eran arrastrados por los caudales del río Butijlaca.
Ramos reaccionó con prontitud y luego agradeció la oportunidad de servir al prójimo, y dijo que esta experiencia le ratifica su compromiso con la sociedad.
Señaló que en momentos de desgracia un periodista no puede limitarse sólo a ser espectador, pues en casos como éste debe pensar en actuar. “No me arrepiento, no hice nada especial”, acotó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario