Me siento destruido. Es como cuando te deja el cortejo con el que perdiste la virginidad. He llorado harto porque siento que la Red Uno es como mi casa. Tengo la sensación de que se me han ido seis años de mi vida en los cuales entregué lo mejor de mí”.
Con estas palabras, Sixto Nolasco empieza la entrevista. Una de las figuras más reconocibles de la televisión boliviana aún no sale del asombro por la cancelación del programa Pura Vida. “Pero también estoy muy agradecido con Hans Cáceres, Julio Romero y Jessica Kuljis, porque dieron la vida por mí”, señala.
¿Cuáles fueron los motivos para la suspensión del programa?
Al parecer, el canal tenía que recortar el presupuesto y optaron por cancelar nuestro programa. Lo que siempre pensé es que era más fácil cortar nuestros salarios, pero los ejecutivos hicieron lo que creyeron que era mejor.
¿A qué te dedicarás mientras estés fuera del aire?
A mi revista (GALG). No me puedo ir del país porque tengo contrato con muchas personas, entonces tengo que ser responsable con eso. También pienso abrir una peluquería a fin de mes, donde además dictaré clases de maquillaje. El local estará ubicado en Be Well, el centro estético de la av. San Martín.
¿Hiciste dinero en este tiempo?
El primer año hice como $us 40.000. Ya que mi contrato con No Somos Ángeles (Red Uno) era espectacular. Tenía todo pagado, el salario que recibía se iba directo al banco y lo gasté todo en una noche. Fue en el evento Gala a la belleza, un encuentro que venía haciendo en Miami y Santo Domingo, pero aquí el tiro me salió por la culata, porque yo no sabía que todos los cuadros se venden a auspiciadores y asumí todos los gastos.
-¿Tenés una vida de lujos?
Vengo de una familia trabajadora. Mi madre vendía perfumes y mi padre era camionero que vendía arena. Con mucho trabajo llegó a formar un imperio y a tener su propio avión privado. Yo tuve mucho dinero en mi vida, pero he sido un bruto en las finanzas. Ganaba 10.000 y gastaba 20.000. Por ejemplo, cuando era maquillador de Gloria Estefan entraba junto con ella a la boutique y compraba pantalones de $us 700. Hice mucha plata en Miami y la despilfarré.
¿Y no te conviene volver a Miami?
Dios sabe el momento en que me quiera sacar de acá. Actualmente estoy muy involucrado con mi Iglesia. Leo la Biblia todos los días. Fíjate que yo creo que he ayudado a cambiar a la sociedad boliviana. He abierto una puerta para que el homosexual sea más aceptado. Además, siempre traté de integrar a las diferentes regiones de Bolivia.
¿Te sentís un abanderado de la comunidad LGTB?
No, no me gusta que me señalen. Yo odio cuando me dicen maricón, porque no me considero marica. Hay que respetarse. Yo no entiendo a los hombres que quieren ser mujeres ni a las mujeres que quieren ser hombres. Yo soy hombre y soy homosexual porque mis cromosomas son así. Sin embargo, respeto a todo el mundo, pero prefiero estar fuera de ese grupo.
Debe ser difícil encontrar una pareja con tanta exposición.
Lo es, porque yo no sé con qué intenciones vienen. Lo que hago ahora es acostarme con hombres que quieren una aventura y listo, porque tampoco soy un santo.
¿Y entre ellos hay ‘tapaos’?
Oh… aquí todo el mundo está tapado. Aquí le das dos whiskys a un tipo en una discoteca y al rato ya se te está insinuando. Pero eso sí, yo me guardo mis cosas. Además, yo no como para llenarme, como para alimentarme. Tengo mis gustos bien definidos. No voy por una hamburguesa si puedo ir por algo gourmet.
¿Y qué te dicen en tu Iglesia?
Me dicen que Dios me ama como soy y que cuando él quiera hacer un cambio en mi vida, lo hará
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