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domingo, julio 03, 2011

¿Cómo se definen los programas que ve la gente en la televisión?

En Bolivia no hay una medición electrónica de rating, lo que dificulta la evaluación científica de las preferencias de la audiencia y deja sin respaldo veraz y orientador sobre bases ciertas a los programadores televisivos, que recurren al instinto y a las encuestas de entidades especializadas para armar la programación en sus canales.
Según los responsables de programación de las redes televisivas en Bolivia, esta ausencia incide categóricamente en lo que verán los televidentes bolivianos y deja ‘ciegas’ a las empresas que buscan promocionar sus productos y servicios en un programa de probada alta audiencia.
Para ser más claros, la televisión nacional depende de las suposiciones de los ejecutivos de los canales, de la oferta de los proveedores de ‘enlatados’ internacionales y del criterio de los representantes de las empresas auspiciadoras que depositan su dinero apoyados en ‘tincazos’.
En otros países funcionan complejos sistemas de medición mediante aparatos instalados estratégicamente en televisores de ciudadanos que indican minuto a minuto cómo se reparte la preferencia de la audiencia.
Por ejemplo, en Argentina la multinacional brasileña Ibope indica públicamente qué programa es el más visto en determinado horario. Esta empresa también opera en Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Es tan importante esta tarea que el Gobierno argentino ya anunció que creará su propio organismo de medición de rating, pues no confía en la empresa privada. Hay que tomar en cuenta que los números de Ibope son los indicadores de los anunciantes que el año pasado invirtieron más de $us 4.824 millones en publicidad.
El comunicador social Carlos Guevara, investigador de la Universidad Nur, duda de la confiabilidad de las encuestas de las empresas que operan en Bolivia.“No tenemos la certeza de su rigurosidad científica. Además, el levantamiento de estos datos no se hace sistemática y periódicamente”, explica el académico.
Guevara se anima a dar un ejemplo de las contradicciones que hay por esta deficiencia. “La telenovela Al fondo hay sitio (Unitel) se emite en un horario en el que muchas personas retornan a sus trabajos (14:00), debió estar en un horario estelar nocturno, así el canal pudo haber tenido mucho más rating del que seguramente tiene”, sostuvo.
Para el investigador, la intuición que tienen los programadores es cuestionable. “Otro ejemplo, un canal apuesta por un programa de humor, al día siguiente, aparecen otros dos humorísticos en el mismo horario”, ejemplifica.
Y mientras el ciudadano se pregunta por qué abunda uno u otro formato, cada canal continuará afirmando que tiene la mayor audiencia del país y los televidentes seguirán viendo más de lo mismo.

No se sabe cuál es el canal más visto
José Pomacusi | Periodista
En Bolivia no hay rating. La frase no encierra un juicio de valor. En Bolivia no se miden las audiencias televisivas, no se sabe cuál es el canal o el programa más visto. Para medir el rating se necesitan dos condiciones: una, un acuerdo entre los canales que van a ser medidos y los anunciantes que publicitan en esos medios, para depositar su confianza en una empresa epecializada en medición de ratings, a la cual deben contratar y pagarle por sus servicios; dos, una empresa con la tecnología necesaria para hacer este trabajo. En Bolivia los canales no están de acuerdo entre ellos para aceptar un medidor único y no hay ninguna empresa con la tecnología necesaria para medir el rating con los famosos people meters (medidores de audiencia) que son muy caros para el mercado nacional. Las encuestas son otra cosa, pueden ser retención de marca. El que no haya una medición de rating en el país es un buen negocio para muchos, pero ese es otro tema.

El criterio de cada canal

PAT
“Nosotros elegimos como estrategia, a la producción nacional, es un compromiso de inversión. Nuestros contenidos tienen relación con la interpretación de la audiencia”, explica Sergio Piasek, director nacional de programación y producción de PAT. “Utilizamos fuentes como las mediciones de mercado (encuestas) y nuestro sentido común para interpretar la demanda del público”, añade el productor argentino que trajo Justo a tiempo y Que siga la letra.

Red Uno
Carola Arze, jefe de programación de Red Uno sostiene que acorde a los contratos con proveedores, el canal organiza su valla. “Decidimos producir un programa propio de acuerdo a estudios (encuestas) que encargamos a entidades especializadas. También nos guiamos por las tendencias latinoamericanas”, explica la ejecutiva. “Todas las instancias del canal tienen una cuota de decisión, la comercial, la gerencia general, la de producción, etc.”.

ATB
“Un comité discute la línea general. En cuanto a los noticieros, somos un canal que defiende la democracia y los derechos humanos”, señala Jaime Iturri, director nacional de contenidos de ATB. “El resto de la programación se define buscando lo que tendrá rating, trabajamos con una empresa de estudios de mercado (Ipsos) que nos dice cuáles son nuestros resultados; por el momento no tenemos otra alternativa que confiar en sus mediciones”, afirma.

Bolivia TV
*Rubén Chacón, jefe de programación y promoción de Bolivia TV, dice que como canal público ve televidentes donde otros ven consumidores. “Si bien somos una empresa estatal, tenemos que autosostenernos, por eso en la discusión por lo que se programará en nuestra pantalla participan la gerencia general, marketing y producción”, explica Chacón. “Nuestro criterio está marcado por nuestra línea editorial, que enfatiza en la pluralidad”, añade.

Programas independientes

- Los productores independientes se guían de manera distinta a los canales privados.
Por ejemplo, la unidad de producción audiovisual del Cedure, responsable del programa 2Semanas opera en respuesta a una investigación que realiza para identificar necesidades ciudadanas, así lo explica José Antonio Prado, encargado de la entidad.
Por su parte, Carlos Valverde, que produce Sin letra chica admite que adapta formatos de la televisión extranjera. “No hay otra forma, ya todo está inventado. Hay que saber mirar bien lo de otro lado y tener cuidado en aplicarlo a nuestra realidad”, dice el comunicador.

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