A tiempo de recibir la estatuilla y el pergamino que le otorgan este reconocimiento, Navia destacó que “la libertad de expresión no es un patrimonio de un periodista, sino el principal capital que tienen las personas olvidadas, esas que quizás nunca se toparon con un reportero o autoridad política que se lanzara a los caminos chuecos del país. Siento que este galardón es un aplauso a la prosa prensada al reporteo profundo para no solo encontrar el qué, sino, y en especial, el porqué de las cosas”, remarcó.
La presidenta de la ANP, Ana María Tineo, fue la encargada de entregarle la estatuilla de la libertad, y no midió palabras para elogiar la trayectoria de este periodista, que comenzó su labor hace 16 años.
Navia es parte de la redacción de EL DEBER, a la que agradeció por darle la posibilidad de mostrar realidades a través de la investigación. Esta labor lo ha hecho merecedor de otras distinciones, como el Premio Ortega y Gasset (2007), del diario El País de España, al que se suman muchos otros logros que anoche se mencionaron en la ceremonia llevada a cabo en el salón Pedro y Rosa del Diario Mayor.
Entre distinguidos
En la cita estuvieron exgalardonados de la ANP, como el cardenal Julio Terrazas, que fue el primero en recibir esta estatuilla en 2007, y el monseñor Nicolás Castellanos, que obtuvo este reconocimiento el año pasado. La ANP cada año elige a una personalidad para conferir esta distinción como reconocimiento al aporte por la defensa de la libertad de expresión y los valores humanos y democráticos.
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