PREMIO LIBERTAD 2016 | ESTE VETERANO ACABA DE SER RECONOCIDO POR SU LARGA TRAYECTORIA EN EL PERIODISMO BOLIVIANO.
Polémico, contestatario, crítico pero nunca complaciente, el periodista Humberto Vacaflor es el más reciente ganador del premio Libertad-Juan José Zeballos, que otorga cada año la Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia, para reconocer a quienes, como él, han contribuido al periodismo en el país y han mantenido su línea a través de los años. En esta entrevista, hablamos con Vacaflor sobre su pasión, el periodismo, de sus antojos no cumplidos, la poesía, y de cómo ve él al periodismo actual en Bolivia. Como siempre, Humberto Vacaflor, sin pelos en la lengua.
OH!: ¿Por qué decide Humberto Vacaflor ser periodista?
Creo que el periodismo me eligió a mí. Desde niño me gustó leer, sobre todo poesía. Y en voz alta. Me gustaba el sonido de las palabras combinadas por un buen poeta. Sin darme cuenta, estaba aprendiendo sintaxis y puntuación, pero además vocalización, entonación, esenciales para el periodismo escrito y audiovisual.
Y un día, cuando yo acababa de cambiar mi voz de niño a adulto, una radio de Tupiza estaba buscando locutores. Me presenté. El director, Liber Forti, me eligió para leer unos textos que iban con el tono de mi voz. A esa edad perdí el miedo al micrófono. Y a los que protestaban contra los libretos que escribía Líber, mi maestro en el anarquismo y en la vida.
Cuando la radio Chorolque, del conjunto de teatro Nuevos Horizontes, es amenazada por el sindicato del partido comunista de los ferroviarios de Tupiza, entiendo que la comunicación puede provocar molestias de origen político. Ya en La Paz, bachiller en busca de futuro, trabajo en radios como locutor y recalo en radio Altiplano, como locutor y reportero, en 1962, a mis 19 años. En 1965 comienzo a trabajar como redactor de Presencia.
La noticia más impactante de esa época fue la guerrilla del Che, que estalla en marzo de 1967. Soy el primer enviado a Camiri. Me expulsan dos veces de la zona por haber difundido una noticia que los militares interpretaron que favorecía a los guerrilleros, la primera vez, y por haber hecho entrevistas exclusivas a Regis Debray, la segunda.
OH!: ¿Fue esa la noticia que más lo marcó cuando era joven? ¿La que más difícil le fue cubrir?
Era una fuerza extranjera que proponía un cambio en la política boliviana. De un lado, la información de los militares, del otro, ninguna información. Fue cubrir una guerra desde un solo bando. Pero tuve la fortuna de haber dado la primera noticia de la captura de Regis Debray, Ciro Bustos y Erick Roth en marzo de 1967, pero sobre todo la noticia de que el Ejército boliviano sabía que era el Che Guevara quien dirigía a los insurrectos. Todo eso está registrado en Presencia.
OH!: Estuvo exiliado durante mucho tiempo, ¿Cómo fue esa experiencia a nivel personal, familiar y qué le enseñó en el periodismo?
Tras la guerrilla del Che, el diario Presencia me ofreció una beca para estudiar en la Universitá Degli Studii Sociali de Roma. Cuando volví, en 1970, había muerto René Barrientos, lo había sucedido Luis Eduardo Siles Salinas, quien había sido derrocado por Alfredo Ovando, derrocado por militares de derecha desplazados a su vez por Juan José Torres. Fui elegido secretario general de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia y en septiembre de 1971, fui presionado para asilarme en la embajada argentina, con el ofrecimiento de que de esa manera ayudaría a que ocho colegas de Presencia mantengan sus empleos y sus vidas normales. Me asilé pero la dictadura no cumplió su palabra. Fue la primera y última vez que hice un trato con una dictadura.
El exilio en Buenos Aires resultó mejor universidad que la de Roma. Trabajé en la agencia de noticias ONA, y en la agencia de noticias italiana ANSA. Escribía los libretos de Argentina Económica, que se difundía en radio el Mundo.
Volví a Bolivia en 1976, porque el 24 de marzo de ese año se produjo al golpe de Jorge Rafael Videla y el surgimiento de una dictadura sanguinaria. Asumí como corresponsal de ANSA en Bolivia e inicié el programa Bolivia Económica en radio Panamericana. Además, publiqué el boletín Bolivia Económica, hasta que en 1980 tuve que volver a salir de Bolivia, esta vez protegido por la ONU.
OH!: ¿Qué es lo que más le gusta del periodismo?
Que es mi vida. No sé hacer otra cosa. Soy periodista a tiempo completo. Y me gusta que el periodismo sea esencial para la democracia y para la defensa de la libertad. Un periodista es el encargado de que la sociedad esté enterada de lo que importa al bien común. Si alguien se moviliza en defensa de esos valores, es porque se ha informado a través del periodismo. Incluso ahora, los temas que son tratados por las redes sociales provienen, el 70%, de las informaciones ofrecidas por el periodismo.
OH!: ¿Y qué es lo que no le gusta?
Mi hermano Juan León me dijo, en su lecho de muerte en abril de 2015, que no concebía a un periodista militando en el frente de quienes están contra la libertad de expresión. Son quintacolumnistas, me dijo. Es decir que, siendo soldados de un ejército, el de la libertad, actúan en contra de ese objetivo. Eso es lo que no me gusta del periodismo, que a veces sus soldados son desertores.
OH!: ¿Si no hubiese sido periodista, qué oficio habría escogido?
Si hubiera tenido un poquito de aptitud, me hubiera gustado ser poeta. Pero las musas han sido esquivas para eso y sólo me han ayudado a ser periodista. Alguien dijo que un periodista es un poeta frustrado.
OH!: ¿Cómo observa el trabajo periodístico hoy?
El gobierno del MAS llegó con la misión de acabar con el periodismo independiente, porque así se lo recomendaron sus mentores venezolanos y cubanos. Los venezolanos le señalaron el camino del control de los medios, mediante la compra de algunos de ellos, el amedrentamiento de otros, la presión tributaria y la mezquindad en el manejo de la publicidad estatal. El MAS ha cumplido muy bien esa labor. Ha acabado con la libertad de expresión pero sin medidas totalitarias, sino con métodos sinuosos, taimados, ladinos, solapados.
Los medios independientes que han logrado sobrevivir a este asedio son pocos, pero últimamente se les están sumando otros, con mucha valentía. Muchos periodistas que estuvieron del lado de la actual dictadura han recapacitado y ahora la critican. El periodismo independiente y valiente ha renacido. Y eso es bueno para el país.
OH!: ¿Qué considera le falta a los periodistas bolivianos?
Hacer un uso más intenso de los medios y los canales alternativos, como los electrónicos, para ejercer su labor. La dictadura odia a las redes sociales porque allí se ha cobijado la libertad de expresión. Los medios establecidos, los independientes, deberían hacer de esos canales sus vías alternativas. Por ejemplo, para difundir la opinión de los ciudadanos, opinión que ha sido amedrentada y proscrita con la ley sobre el racismo y la discriminación.
OH!: ¿Cree que se ha banalizado la información?
Los medios audiovisuales se han banalizado por la fuerza. Fueron intimidados hasta que optaron por dedicar sus espacios de información a temas banales, para sobrevivir. Pero ahora también esos espacios están levantando la cabeza, le están perdiendo el miedo a la dictadura. Eso es resultado del referéndum del 21 de febrero, en que la dictadura tuvo su peor derrota electoral. La libertad tiene que ser plena o no es libertad. Si algún medio se abstiene de ocuparse de una noticia, por presiones, es que hay una dictadura. Los canales ATB, PAT, Univisión y otros, además del diario La Razón, de La Paz, por ejemplo, ni siquiera informaron sobre el premio Libertad de la ANP, sólo porque yo fui el premiado. El dueño de La Razón, Carlos Gil, me dijo por teléfono que no entendía por qué ese diario había ignorado el premio, por el que él me felicitaba. Parece que otros fueran los dueños de esos medios.
OH!: ¿Qué opina de la relación entre el gobierno y los medios de comunicación?
Es una relación de patrón con algunos y de verdugo con otros, con los que no se doblegan. Sé de un diario que recibió multas tributarias por Bs 5 millones en un año, porque lo querían doblegar.
OH!: ¿Cree que es posible y beneficioso regular las redes sociales?
No creo que es cuerdo ni posible. Sólo el dictador de Corea del Norte, un deficiente mental, el Partido Comunista de China y algún otro país, como Burundi, han aplicado esos controles. Sólo dictaduras trogloditas.
OH!: ¿Qué no le perdonaría nunca a un periodista?
Que se venda a una dictadura.
OH!: ¿Qué significa este premio para Usted?
El nombre Libertad me emociona. Nunca había soñado con recibir un premio con un nombre tan expresivo de algo que he perseguido durante toda mi vida: la libertad. Quisiera poder compartirlo con todos los que me formaron, los que lucharon por la libertad, los que cayeron en esa lucha, los que sobrevivieron, los que pelean todos los días, como Líber Forti, Juan León, Fernando Vidal, Marianela Montenegro, Carlos Valverde, Wilson García Mérida y otros.
OH!: ¿Cómo ve el futuro del periodismo en el país?
Muy ligado a las esperanzas del pueblo boliviano de librarse de la actual dictadura, de los capos que controlan las actividades económicas ilegales. El Estado boliviano está en riesgo de ser declarado un estorbo por parte de quienes manejan a las actividades económicas ilegales y delincuenciales, como ocurrió en Somalia en 1991. Si hemos elegido como presidente al jefe de una organización de productores ilegales de coca, habrá que luchar porque el futuro gobernante represente a una actividad económica legal. Mi visión es económica, por un defecto de mi formación como periodista de ese tipo de noticias.
OH!: ¿Cuáles son los próximos proyectos de Humberto Vacaflor?
Seguir haciendo lo que he hecho hasta ahora, pero, además, escribir un resumen de mis obsesiones, que quizá se llame "La derrota del Estado", un título que me inspira, aunque por momentos me parece un objetivo muy grande. Pero lo estoy afrontando.
"La dictadura odia a las redes sociales porque allí se ha cobijado la libertad de expresión"
PERFIL
Humberto Vacaflor Ganan
Nació en Tupiza, Potosí, hace 73 años. Estudió periodismo en La Paz y en Roma (Italia). En 1971 estuvo exiliado en Argentina. También estuvo en México y en Inglaterra en 1980. Trabajó en varios medios de reconocida trayectoria, entre ellos la BBC de Londres. Casado y padre de dos hijos, actualmente vive en Tarija. El periodista informó, durante 26 años, sobre el curso de la economía boliviana y mundial en un espacio de radio Panamericana que fue interrumpido por “presiones del Gobierno de Evo Morales”, según la reseña de su hoja de vida. Ha sido nombrado ganador del premio Libertad–Juan Javier Zeballos 2016 de la ANP.
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