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lunes, mayo 30, 2016

No somos del “cártel de la mentira", señor ministro



El pasado 19 de mayo el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, en su interpelación que se le hizo en la Cámara de Diputados, declaró públicamente por más de cuatro horas, transmitido por Bolivia TV ante los gritos de una oposición que cuestiona al Gobierno por los supuestos hechos que vienen aconteciendo en torno al caso de la señora Gabriela Zapata y un supuesto tráfico de influencias en contratos millonarios con empresas chinas; que en Bolivia existen cuatro medios de comunicación que conformarían el "cártel de la mentira" donde el ministro puntualiza que los reportajes y publicaciones de estos medios, Página Siete, ANF, EL DEBER y Erbol están conspirando para desacreditar al presidente del Estado Plurinacional, Juan Evo Morales Ayma, en su gestión.

Como trabajadores que nos ganamos el pan de cada día honradamente en EL DEBER, rechazamos esas afirmaciones hechas por la autoridad de Gobierno y le pedimos que no nos ataque, al contrario, él y todo el gabinete del Gobierno, más los simpatizantes del partido político que nos gobierna, tienen que ver qué es lo que está pasando en el país, cómo están los sistemas de salud, educación, transporte, etc., y, en fin, todo el conjunto que engloba al Estado boliviano con sus reparticiones, y estar alerta ante las denuncias y trabajos periodísticos sobre supuestos indicios de corrupción y así el mismo Gobierno tenga el apoyo y la confianza de todos los habitantes del país.

Somos conscientes de que el Gobierno boliviano desde el 2008 ha encarado una lucha, conjunta con los trabajadores, para mejorar la calidad de vida de los mismos, y desconocer eso sería un cinismo de nuestra parte. Pero también es importante reconocer que nadie es perfecto y que en esta cancha que nos tocó habitar en el planeta, día a día tenemos que forjar un Estado próspero para nuestras próximas generaciones; pero eso se consigue con el aportes de todos los que hacemos patria, y los funcionarios públicos tienen que ser fiscalizados y la prensa tener todo el acceso a documentos y entrevistas que se requieran. Si damos esas señales de un buen periodismo imparcial, digno y autoridades que no se molesten; con seguridad que vamos a lograr llegar a nuestros sueños de una Bolivia participativa y digna.

Tenemos que avanzar, no es tiempo para que estemos en “guerras”, somos bolivianos abrazados por una bandera y una historia.

En mi calidad de sindicalista pienso en lo mejor para mi país, pero no me gusta ver prepotencia de una lado y del otro, lo expreso con el buen ánimo de los principios de la libertad de expresión; podremos pensar diferentes y no estar de acuerdo pero que eso no sea excusa para que no podamos darnos las manos entre las instituciones y ciudadanos

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