En el mes del niño anhelo que los medios de comunicación dediquen tiempo a revisar su contenido. Es un desacierto que en horarios de protección al menor muestren cadáveres, violaciones, etc., a través de tomas fuertes e innecesarias que incluso a los adultos nos erizan la piel.
Hablo de nuestros canales locales, porque con los de cable no podemos hacer nada, pues los horarios varían de acuerdo al país. Debemos ser responsables y tener en cuenta que los niños no tienen la capacidad y madurez de discernir la información; para ellos la realidad y la fantasía se ven de la misma manera y tienden a imitar. Tuve la oportunidad de comprobar los estados de agresividad que generaron las imágenes de los noticiosos en febrero, luego de los escandalosos crímenes de esposos que acuchillaron a sus mujeres; la búsqueda de estos asesinos hizo que los medios insistan en mostrar los avances de la investigación, repitiendo el hecho hasta con imágenes animadas, con dibujos, demasiado gráficos que mostraban claramente la violencia e impresionaban por la crueldad y presencia del hijo. Estas imágenes se pusieron de moda en los juegos y en el comportamiento de los niños, quienes inocentemente lo hacen imitando lo que ven. Son este tipo de escenas las que desatan conductas negativas y, aunque se nos haya hecho común verlas, la afectación e influencia es muy negativa para los niños. Si continuamos así, sin controlar lo que se transmite, solo generaremos la repetición de estas actuaciones.
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