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domingo, febrero 24, 2013

La prensa de Oruro es pionera en reorganizar sindicatos en dictadura

Los periodistas de Oruro fueron pioneros en la reorganización de los sindicatos, en el ocaso de la dictadura de Hugo Banzer Suárez, desplazó a los coordinadores laborales y a pesar de las restricciones militares, convocó a asamblea y a elecciones.

El 17 de febrero de 1978 se registró las elecciones con tres candidatos, de los cuales, para demostrar democracia institucional, se decidió ir a una segunda vuelta con los dos más votados: Jorge Barrientos Zapata, del Frente de Reivindicación Sindical, y Willy Camacho Flores, del Frente de Unidad y Progreso.

La segunda vuelta se realizó el 21 de febrero. Ganó el primero, con mayoría de votos, pero para que todo sea legal, se invitó al jefe departamental de Trabajo, Hugo Pedregal del Castillo, para la posesión de la nueva directiva el 10 de marzo, como homenaje a la fundación del Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro.

Era el primer sindicato de todas las organizaciones laborales que decidió reorganizarse, a pesar de la vigencia de la dictadura, aunque para entonces, Banzer ya había decidido convocar a elecciones para el 29 de mayo del mismo año, gracias a la huelga de hambre de cuatro mujeres mineras que junto con sus hijos tomaron la extrema medida en La Paz.

Sin embargo, había restricciones militares que cumplir. Las reuniones seguían prohibidas. Para cualquier asamblea o reunión, se debía pedir permiso a la Segunda División de Ejército y se debía presentar un informe de los temas a tratar.

Después de las elecciones en el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro, los otros sindicatos de los mineros de San José, fabriles, campesinos, constructores, maestros urbanos, maestros rurales y el propio sindicato de Huanuni tomaron la decisión de reorganizar sus directorios, teniendo como invitados a los dirigentes de la prensa de Oruro.

Oruro tenía, como ocurrió con todas las organizaciones sindicales, coordinadores laborales. Para la designación de los coordinadores, el gobierno de Banzer aplicó el decreto ley de Servicio Civil Obligatorio. El que no quería asumir responsabilidades, era objeto de persecución política. Por eso, el Sindicato de la Prensa de Oruro tenía como coordinadores a Guillermo Moscoso Bermúdez y a Augusto Dávila Sanabria, el fundador de la organización sindical. Por respeto a las dos personalidades, los periodistas nunca expresaron disconformidad.

Oruro fue la sede del Congreso Extraordinario de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, del 20 al 22 de abril de 1978, a pesar de las restricciones. Día antes de la realización del congreso, los jefes militares de entonces conminaron a los periodistas a obtener permiso para esa reunión y también debían presentar sus discursos por escrito y verificar “que no se diga nada en contra del gobierno”. Nadie cumplió esas obligaciones.

El Congreso fue organizado por el Sindicato de Trabajadores de la Prensa de Oruro y se inauguró en el Paraninfo Universitario. En el lugar, protestaron contra el gobierno dictatorial, por la violación de los derechos humanos y la falta de libertades ciudadanas, reclamaron mejores salarios, el retorno de la democracia para garantizar una convivencia pacífica entre los bolivianos, exigieron el regreso de los exiliados , la libertad de los dirigentes sindicales confinados y apresados.

El Congreso fue presidido por Jorge Barrientos Zapata, como anfitrión. Después de la presentación de su informe, Miguel Velarde Tapia, ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Prensa de Bolivia, se decidió, en profundo debate, la elección de nuevos dirigentes. Oscar Peña Franco fue elegido nuevo secretario ejecutivo de la Federación de la Prensa de Bolivia, el 22 de abril y de inmediato fue posesionado. Una de las resoluciones más importantes fue expresada en la reivindicación marítima y la vigencia plena de la libertad de prensa.

Las elecciones generales se realizaron el 29 de mayo de 1978. Para matizar el proceso electoral, se creó un frente en el mismo Palacio de Gobierno, con el general Juan Pereda Azbún.

La creación de ese candidato enervó los ánimos de la ciudadanía que prefirió votar a favor de la entonces Unidad Democrática y Popular del Dr. Hernán Siles Zuazo. Banzer tuvo la única alternativa de dejar el poder. Creó un ambiente propicio para anular las elecciones, pero el general Pereda se declaró ganador y tomó el poder derrocando a Banzer.

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