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lunes, diciembre 08, 2014
En 50 años de vida, ANF integró al país a través de la noticia
Un medio de comunicación que integró al país a través de la noticia y una escuela para decenas de periodistas, eso fue la Agencia de Noticias Fides (ANF) durante 50 años. Esa historia fue recuperada por la periodista Julieta Tovar Ibieta en su libro Del papel carbónico a la computadora; Historia de la Agencia de Noticias Fides: 1963-2013, que fue presentado hace algunos días en La Paz.
“La idea del padre (José Gramunt de Moragas) fue precisamente ésa, integrar al país, porque en el siglo pasado, Bolivia estaba dividida, incluso físicamente; él veía esto y quería articular a la nación con noticias, desde La Paz para que se difundan en el interior y de esos lugares a la sede de gobierno, aunque en este último caso en menor cantidad (...). Estoy segura de que ha logrado ese objetivo”, dice Tovar en una conversación con Animal Político de La Razón.
Esa integración, afirma, no solo permitió que los habitantes de diferentes regiones se conozcan, sino también posibilitó saber que había zonas tan pujantes como Santa Cruz o Tarija. Esa expansión nacional tuvo su época de oro en la década de los 90. En ese periodo, cuenta la escritora, la agencia estaba conformada por 12 periodistas que redactaban las notas en La Paz, a los que se sumaban corresponsales en capitales como Cochabamba, Santa Cruz, Oruro, Potosí y Sucre, además de la región del Chapare cochabambino.
Pero no solo fue un medio que articuló diferentes regiones a través de la noticia, sino también fue una escuela por cuyas aulas pasaron decenas de periodistas, algunos de los cuales no habían tenido formación académica, como los que fundaron este medio nacional.
“Hay una anécdota, que relata el libro, de un periodista que aprendió la pirámide invertida en dos minutos. El padre (Gramunt de Moragas) cuenta que la nota empezó con un relato para poner al final ‘y murió el presidente Barrientos’. El padre, que era muy enérgico para esa época, preguntó a esa persona cuál era la noticia y él le respondió ‘la muerte del presidente’, y el padre le respondió ¿y?... y aprendió, nunca más olvidaría dónde estaba la noticia y dónde debía empezar. Ésa es una muestra de cómo ANF fue una escuela y Gramunt de Moragas un maestro, un formador”, resume la autora.
El sacerdote jesuita José Gramunt de Moragas, señala Tovar, fundó la agencia el 5 agosto de 1963, pero las primeras noticias con esa sigla recién fueron publicadas el 5 de julio de 1964. Su primer cliente: el periódico La Patria. “ANF surgía para vencer los contrastes y desigualdades entre información política y de desarrollo regional y nacional, con una información centralizada en la ciudad de La Paz. Excepto Los Tiempos de Cochabamba, el resto de los periódicos no registraba lo que acontecía en el país”, menciona la autora en su texto.
Su cliente más fiel, asegura, fue el diario El Deber de Santa Cruz, pero luego también se abrió espacio en la desaparecida Presencia, en Los Tiempos. “Ha sido difícil entrar (a los medios) porque todos tienen sus periodistas, su equipo, pero ANF se ha sostenido y está 50 años en el servicio”.
La autora resalta también que este emprendimiento es pionero en Bolivia y en América Latina. Si bien es la tercera agencia que se crea en la región latinoamericana, luego de Telam de Argentina (1945) y la Prensa Latina de Cuba (1959), es la primera privada, pues estas últimas son medios oficiales.
La radio Fides cuenta en los orígenes de esa agencia, puesto que el sacerdote que la fundó era director de esa emisora radial. Tovar detalla que por entonces se generaba bastante información y una vez que se la transmitía quedaba en el aire, por lo que al sacerdote jesuita se le ocurrió crear una agencia. “Ahí surgió todo, en base a esa emisora radial, todo era prestado, desde su director, que fue su fundador, la máquina de escribir, hasta los periodistas”.
En ese periodo, el padre tuvo que salir dos veces del país, una de ellas a comienzos del 70, cuando fue destinado a radio Vaticano de Roma. Durante ese tiempo se suspendió la emisión de las noticias. Gramunt de Moragas retorna en abril de 1972, y retomó el servicio.
En 1979, el sacerdote sale nuevamente de Bolivia y retorna ese mismo año, pero no a la radio Fides, pues la emisora tenía otro director. Como la agencia tenía varios años de vida, Gramunt de Moragas decide reabrirla. Ese año se da el hito más importante para ANF, ya que en abril obtiene su personería jurídica.
Reseña. Tras retomar operaciones, el sacerdote alquila una oficina en el edificio Presencia. Allí habilita máquinas de escribir y utilizaba papel carbónico para tener copias de las notas de prensa. Posteriormente moderniza su servicio con la adquisición de una máquina de teletipo, por la que se despachaba las notas. “El padre recurrió a su herencia para modernizar el equipo, lo que es parte de la propia historia del país; empieza con la máquina de escribir, el teletipo, luego entran las computadoras y, finalmente, en 2007, el internet, casi por décadas va creciendo”, manifiesta.
Que la agencia haya sobrevivido 50 años, según Tovar, se debe al empeño del padre Gramunt de Moragas, quien además de destinar a ese proyecto parte de su herencia, le puso una marca personal, cual era que los periodistas debían tener al menos una nota exclusiva. El sacerdote, expresa la autora, decía: “Un periodista que se precie de serlo debe una nota exclusiva cada día” y así fue funcionando la agencia.
Antes de 2007, ANF se sostenía solo con la venta de noticias, pero luego decayó. Por problemas económicos se tuvo que reducir la cantidad de periodistas, tanto en La Paz, como en número de corresponsales. La falta de recursos económicos, indica, se debió a que el número de clientes se redujo.
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